"Vamos a llegar a acuerdos para hacer transformaciones, pero con moderación"
Tras la "paliza" que sufrió su sector en las urnas, el también excandidato acusa que no vio "vientos de cambio" en muchos que eran cercanos al comando de Kast. Cree que la "derecha social" aún es viable y que los Republicanos de primera vuelta no tienen "ninguna cabida" en la reconstrucción de Chile Vamos. A Boric lo llama a enfocarse en el trabajo prelegislativo, "porque en marzo le van a decir: queremos una jubilación mínima de 250 mil pesos, y los números no dan".
Por Mauricio Ávila C.
El amplio triunfo de Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial o, más bien, la sonada derrota de José Antonio Kast, dejó en vilo a la centroderecha. Después de la primera vuelta los partidos de Chile Vamos (o Chile Podemos Más) debieron alinearse tras el candidato del Frente Social Cristiano, olvidándose por cuatro semanas de todas sus diferencias y alejándose del concepto de "derecha social" que especialmente Renovación Nacional (RN) había querido instalar.
El senador Manuel José Ossandón, militante histórico de ese partido y también excandidato presidencial, dice que la "derecha social" no ha muerto, que sigue viva, pero que su sector debe replantearse muchas cosas antes de erigir a un líder, el gran y áspero debate que se abrió en los últimos días. Dice que quiere ser parte de una oposición constructiva y que, de no ser así, la ciudadanía no se los va a perdonar, porque "hay que hacer transformaciones".
-¿Qué sintió el domingo tras conocer los resultados?
-Para mí era bastante evidente lo que iba a pasar y fue una buena paliza, no se puede decir de otra forma. En el fondo, nosotros, como sector, tenemos que ser capaces de hacer un mea culpa, de buscar un proyecto en común. Se ha hablado mucho de que cuál es el nombre del que va a liderar lo que viene y veo que esto no tiene nombre. Creo que es un error buscar nombres y apellidos. La centroderecha tiene que reconstruirse, porque hay grupos que siguen teniendo la esencia de dejar las cosas como están. Pero necesitamos una derecha moderna, con una base a partir de un país que cambió y que requiere pensarse de otra manera, que tenga un crecimiento sostenible, con niveles de desigualdad menores, con una base ambiental potente, con respeto a la diversidad… y eso no quiere decir que tú abandones tus principios, sean estos religiosos o no, pero en el fondo, no puede haber un crecimiento sostenible sin justicia social. Entonces, creo que hay que escuchar bien las demandas, entenderlas, porque hay mucha gente que cree que el 18 de octubre es algo que hicieron los comunistas y la izquierda. Claro, se aprovecharon y se metieron firme, pero eso fue porque la gente estaba molesta. No va a haber ninguna estabilidad o futuro si nos quedamos en una trinchera.
-El discurso de los cuatro candidatos de su sector en las primarias (Sichel, Briones, Desbordes y Lavín) coincidía con lo que usted está señalando, pero ocurre que luego todos los partidos de Chile Vamos se alinearon detrás de José Antonio Kast. ¿Se equivocaron al hacerlo?
-Primero, seamos objetivos. En 2013, en un "Tolerancia cero", y también en un programa del "Pollo" Valdivia, dije que en Chile había existido un golpe militar y que aquí iba a haber un golpe social. Y argumentaba lo mismo que dijeron los cuatro candidatos esta vez. Me trataron de traidor y qué no me dijeron. Me sentí muy orgulloso de eso. Después, algunos de los candidatos de mi sector agarraron la palabra derecha social, que es algo que habíamos creado nosotros, para transparentar a Chile, es lo que logramos en Pirque y en Puente Alto, que sí se podía de alguna manera hacer los cambios o qué se necesitaba para hacer el sistema más humano, más solidario y más social; que el chancho se pelara bien. Seamos objetivos, acá teníamos a dos candidaturas de nicho, de extrema derecha y extrema izquierda. Nunca pensaron que iban a pasar a la segunda vuelta. Por lo tanto, sus programas eran de nicho, era cosa de leerlos, y después tuvieron que adecuarse. En el caso mío, yo no iba a votar por una persona de ultraizquierda y además asociado con los comunistas, porque no tenía ninguna posibilidad de influir en nada. Pero cuando José Antonio me llamó para pedirme ayuda, yo le planteé un montón de cosas y le dije que pensaba que no había ninguna sustentabilidad en su programa si no se entendía que Chile quería cambios y que Chile nos había mandado un mensaje a todos. Uno, y que espero que el Presidente Boric lo entienda, que quería moderación, y en el resultado del Senado quedamos empatados, así que vamos a tener que conversar, lo cual es maravilloso, lo que no pasaba antes. Por otro lado, yo le dije, "mira, cualquier persona que haga una campaña política hoy día manteniendo las AFP como están, protegiéndolas, no tiene ninguna posibilidad de ganar. ¡Ni una!, porque ellas se mataron solas". Le dije un par de cosas, como seis puntos de sugerencias. Pero no era que fuera mi líder, ojo, yo tenía que ser pragmático porque estábamos en una posición difícil, pero eso no quiere decir que eso que llamamos derecha social haya muerto, sino que todo lo contrario, es mucho más fuerte. Lo que pasa es que se hizo mal la campaña de la segunda vuelta, ¿y sabe por qué?, porque la gente dice "sí, quiero orden, pero quiero transformaciones, quiero acuerdos, pero no acuerdos de cocina, sino para que haya transformaciones, haya cambios". Boric fue capaz de interpretar eso, de poner orden, pero que iba a ser capaz de hacer cambios y yo no vi vientos de cambio en mucha gente cercana al comando de Kast.
-¿Hubo un error ahí?
-Absoluto. En el fondo, eso que se plantea que el líder de la derecha es José Antonio Kast no es así. No se equivoquen, que el Presidente Boric va a gobernar con votos prestados y muchos de los que votaron por Kast lo hicieron por estar en contra de Boric, no por él.
-Por lo tanto, la duda ahora en su sector es quién recupera el concepto de derecha social que se vio amenazado.
-Eso se va a ir dando en un mea culpa y en la forma de cómo enfrentar el futuro de Chile. Pero no por nombres, esto de que anden buscando nombres no funciona, y menos ahora que la sopita está calientita. Se va a dar un proceso interesante. Cuando escuchas hablar al Presidente Boric y a Jackson y a Camila Vallejo, arreglan los problemas con una facilidad impresionante. De aquí a un año y medio la gente les va a comenzar a cobrar la cuenta. Es súper fácil sentarse en la vereda y decirle al Presidente Piñera que queremos un IFE universal de tanta plata. Pero en marzo va a ser al revés, le van a decir a Boric queremos el IFE que usted planteaba, queremos una jubilación mínima de 250 mil pesos, y los números no dan. Esto requiere cambios y transformaciones, pero con moderación y en el tiempo, no son de un día para otro. Otra cosa es con guitarra. Y ahí vamos a ver cómo estos jóvenes que van a gobernar van a tener que afirmarse arriba del caballo.
-En esta administración, ¿cuál va a ser el rol de su partido y el suyo en particular?
-Mira, RN tiene una gran responsabilidad. Francisco Chahuán (presidente) está haciendo una tremenda pega, porque va a ser un partido muy grande, que puede ser un partido bisagra y que puede ser una oposición constructiva. Nosotros no queremos ser como han sido ellos, que han destruido a Piñera. Porque lo que manda al Congreso se lo hacen zumbar. Nosotros no vamos a ser destructivos y además la gente no nos va a aceptar eso. Lo que queremos es defender nuestros principios y por eso hago un llamado al Presidente Boric a que haga un trabajo prelegislativo, que se junte antes su gente con nosotros para llegar a acuerdos y no que el Congreso se transforme en un campo de batalla. Porque eso nos va a pasar la cuenta a todos. Vamos a llegar a acuerdos para hacer transformaciones, pero con moderación. Y si no se hace va a ser un fracaso para el gobierno y para nosotros.
-Pero usted también ha sido crítico con la actual administración. Era fácil ser oposición con tantos desaciertos.
-La verdad es que te daban razones para que los golpearas, pero he sido crítico porque nunca hacen trabajo prelegislativo. Tengo ejemplos de cosas que les he planteado, y presentaba un proyecto y luego el Gobierno presentaba uno igual al mío y le daban urgencia al suyo, dejándome fuera. Bueno, yo no soy el regalón del Gobierno y a mí me han dado duro con todos mis proyectos. Pero lo que me importa es que los proyectos salgan. Por ejemplo, uno importante para mí era el de cierre de pasajes y calles, que mi propuesta la declararon siempre inconstitucional, pero el que presentaron por el lado salió rápido y nosotros le hicimos todas las transformaciones, porque lo que a mí me interesaba era que la gente en las villas pudiera cerrar cuando el Estado no los puede proteger. Nada más, me daba lo mismo que fuera mío. Pero no ha habido acá ningún trabajo prelegislativo. El Presidente Piñera no ha querido entender que es minoría en el 100% de las comisiones de la Cámara y del Senado, y a pesar de eso no es capaz de negociar antes. Entonces, o le rechazan todo o manda un caballo y le sale un rinoceronte, porque se lo cambian entero.
-Dijo que Boric hizo una campaña sin errores. ¿Le cree?
-Quiero creerle. Pero hay que verlo. Porque si a él le va bien, nos va bien a todos. Y si le va mal, nos va mal a todos. Por lo tanto, quiero creerle. Creo que desde que salió Presidente todavía no comete ningún error. Pero, mira, aquí hay que hacer un ejercicio. Fíjate que estaba en la Comisión de Transportes y un senador de la oposición planteó lo que pasó con el transporte público el domingo de las elecciones. Pero lo tiró como chanfleado, como los tiros que tiraba el "Chamaco" Valdés, como diciendo esta cuestión fue hecha a propósito. Yo dije que "creo que acá existió una negligencia, inexcusable, pero no es que estuviera planificado". Ese día era tal el taco que había que llamé esa mañana al ministro (Jaime) Bellolio, porque salí en moto a ver qué pasaba, y le dije que no sacaban nada con sacar más máquinas si había kilómetros y kilómetros de tacos porque todas las calles estaban cerradas y no había carabineros controlando el tránsito. Entonces le dije al senador, mire, ganó, ya pasó, está bien que hagamos un análisis, pero si quieres que esto se transforme en una guerra lo que va a pasar es que cuando Boric asuma, también será una guerra. Entonces, el Presidente Boric tiene que cuidarlos a todos y respetarlos a todos, porque si no le va a ir mal. Mira, no sigamos echándonos la culpa unos a otros. Ahora estamos obligados a conversar para darles soluciones a los chilenos. Acá hay que tratar de sacar rápido el proyecto que presentó el Presidente Piñera para subir sustancialmente las pensiones de la gente más vulnerable. Pero también hay que sentarse altiro para definir cuál es el sistema previsional o cómo va a ser el futuro de Chile. Porque si no, vamos a seguir con los retiros y no vamos a tener ninguna de las dos cosas y nos vamos a encontrar con un mundo inmenso de gente que va a jubilar y que no va a tener solución. En el fondo tenemos que ser una oposición colaborativa, buscando cambios, pero la otra pata de la mesa, que se llama Presidente Boric, tiene que ser respetuosa y no descalificatoria, porque si no nos van a pasar la cuenta a todos y él no va a poder cumplir con su programa y nosotros no vamos a poder apoyarlo.
-¿Hay algún espacio en la centroderecha para el Partido Republicano?
-Yo creo que los republicanos de la primera vuelta no tienen ninguna cabida con nosotros. No sé si ellos están dispuestos a tener una actitud colaborativa y en el fondo mirar más el futuro que el pasado. Ellos lograron, en una campaña muy dura en las redes sociales, volver a la lógica del Sí y del No. Y con esto de acusar al Presidente Boric de drogadicto, porque no lo decían, pero lo decían, o lo de abusador y acosador, lograron algo que es increíble, que la gente fuera a votar. Y pasó lo que pasó. Nos dieron barraca. Esa derecha dura, pinochetista, no es la derecha del futuro. Si nosotros tomamos ese camino estamos muertos. Fíjense que cuando uno escucha a los parlamentarios de la Concertación, que gobernó veintitantos años, te admiras porque pareciera que nunca gobernaron. No fueron capaces de defender su legado, pero tampoco fueron capaces, junto a mi sector, de hacer los cambios que había que hacer. Desaparecieron. La DC, el PPD no existen, pero son muy importantes para el futuro de Chile. Por eso, ojalá el Presidente Boric llame gente de la exConcertación para su gobierno, para que le dé estabilidad, experiencia, porque si no va a poder cumplir un cuarto de las cosas que prometió.
-¿Qué espera de la Convención Constitucional?
-Mira, espero que ellos entiendan el mensaje de moderación. Porque había grupos de extrema izquierda y extrema derecha que querían zumbar el tema y son súper radicales. Y si ellos no son capaces de redactar una Carta Magna moderada, no la van a poder aprobar. Si aquí hay un plebiscito de salida, no es que ellos escriban lo que quieran, esto va a tener que ser ratificado por la gente, y en eso el Presidente ya dijo que no tenemos nada que pautear, pero hay que trabajar y ayudar para demostrarles a los constituyentes que no se trata de reformar o refundar este país, sino que hay que corregirlo. Porque no todo lo de atrás es malo, sino que al revés, así que hay que hacer las cosas con prudencia.