Esperamos que este respeto mutuo, ánimo de colaboración, moderación en los procesos de reformas que están comprometidos, así como la mantención de un clima de paz y diálogo, se mantenga y se traduzca en un terreno fértil para retomar el crecimiento, las certezas y proyectar a Chile en el largo plazo (…) Más diálogo, más acuerdos, respeto por las instituciones y acordar una mirada común sobre el desarrollo sustentable y cohesión social en beneficio de las futuras generaciones.

Los mayores desafíos que se abren para el nuevo gobierno tienen que ver con la cohesión social y los temas económicos. Sobre lo último, se observa un período no positivo por temas internos y externos, derivados de una fuerte inflación, el desempleo que se verá empeorado por el término de las ayudas fiscales e incertidumbre general por la velocidad y profundidad en los cambios que las nuevas autoridades quieran impulsar. Nosotros esperamos diálogo, posibilidad de participar y así seguir aportando con empleo y desarrollo sustentable en las regiones de Chile.

El gran desafío es articular visiones de sociedad, asumiendo que las grandes trasformaciones requieren inversiones y responsabilidad económica. Hay un amplio consenso en la necesidad de avanzar y lo importante es que las políticas públicas se diseñen e implementen de forma eficiente. Las primeras señales entregadas han ido en esta línea y se observa un ánimo de construir con todos los sectores políticos, lo que exigirá mucha generosidad de todas las partes.

En el caso Biobío, hay que atender la urgencia en la zona de Arauco. Sabemos que es mucho más profundo que un problema de orden público, pero mientras no se reestablezca el Estado de Derecho es muy difícil avanzar en desarrollo económico asociado, por ejemplo, al turismo. Y, evidentemente, no podemos vivir siempre en estado de excepción.

Se requiere también un espíritu de diálogo convocante para recuperar el crecimiento económico. El estado de ánimo de un país es determinante para la generación de inversiones. Por eso el desafío es tender puentes a la brevedad y en esa tarea colectiva nos sentimos convocados. Irade es una casa de comunidad empresarial donde impulsamos la articulación público-privada, y como tal esperamos ser socios colaboradores del gobierno al que le deseamos todo el éxito posible.

Uno de los desafíos es promover, de alguna forma, el que exista mayor inversión acá en la Región para tener más empleo. Otro es estructurar la manera de cómo se va a ayudar y potenciar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, porque no hay que olvidar que en nuestra zona estas aportan más del 50% de los puestos de trabajo.

Este tipo de firmas hoy tienen muchos problemas. Por ejemplo, hay dificultades de acceso al crédito, lo que dificulta su desarrollo. Los instrumentos de ayuda que existen son insuficientes, y ahí hay que hacer cambios importantes. El resto tiene que ver con entablar diálogo entre las partes, porque los proyectos que se han presentado no les favorecen. Si bien el aumento del sueldo mínimo a $500 mil es una excelente noticia para el trabajador, las pequeñas y medianas empresas no son capaces de solventar eso. Asimismo, hay que fortalecer a Corfo y Sercotec para que puedan llegar más recursos a los emprendedores e impulsar la innovación tecnológica, la competitividad y la digitalización.

En general, nosotros estamos tranquilos porque hay una posición al diálogo. La única forma de construir un buen futuro para el país es con diálogo. Lo importante es que todos sean considerados y que las grandes decisiones que afectan a nuestro sector no se tomen en Santiago. Queremos estar en esa conversación.

Los desafíos son muchos, pero, indudablemente, existe uno que es transversal a todas las regiones y que tiene que ver con la reactivación económica, como generar políticas públicas que permitan a las mujeres, a los jóvenes, a las personas con discapacidad, al adulto mayor y a toda esa población que históricamente se ha visto relegada, a acceder en igualdad salarial al mercado laboral, con condiciones dignas, con horarios de trabajo que permitan conciliar la vida laboral y familiar, o mejorar la conectividad vial. Son muchos los desafíos, pero el empleo será una de esas grandes tareas por afrontar.

Como CUT esperamos el más amplio respaldo a nuestro nuevo presidente. Como representantes de los trabajadores estaremos presentes en cada instancia donde podamos aportar nuestra visión y poner por delante la urgencia del mundo de los trabajadores.

El nuevo gobierno tiene una gran oportunidad de dar prioridad al progreso económico y social de las regiones. En estas elecciones vimos nítidamente como los territorios se expresaron con voz propia y diferente a Santiago, y sentimos que Gabriel Boric tomó nota de aquello. Por eso vemos muy necesario responder con un genuino y más acelerado proceso de descentralización, con mayores presupuestos para los gobiernos regionales, de manera que puedan distribuir de forma más eficiente y efectiva los recursos en función de los reales requerimientos de sus territorios. Sería importante también establecer políticas que apunten a que, al menos, parte de los impuestos y tributaciones que las empresas pagan queden en las zonas donde tienen sus operaciones.

Como uno de los polos productivos más completos de nuestro país, ya es hora de que se generen mejores condiciones para que Biobío atraiga más inversiones. Si se logran levantar estos indicadores habrá una revitalización y dinamismo de la actividad económica regional, lo que producirá un positivo efecto en la situación social de las familias.

Hay, además, un mensaje bastante evidente en la urgente necesidad de avanzar en el respeto al Estado de Derecho y a frenar los hechos que muchos perciben como terrorismo. Las comunas de la macrozona sur no pueden continuar viviendo en una tensión permanente de miedo, inseguridad y abandono.

Creemos que es urgente que dentro de las prioridades del nuevo presidente esté el alcanzar la paz social en la Provincia de Arauco y parte de Biobío. Necesitamos frenar el espiral de violencia que afecta a personas como nuestros trabajadores, sus familias y vecinos. Es necesario escuchar a las comunas de la Región, que en algunos casos se sienten abandonadas ante la violencia. En este contexto de paz será posible el crecimiento económico, el que desde nuestro gremio y considerando la crisis climática creemos que debe estar basado en la bioeconomía.

Asimismo, pensamos que debe fomentar alianzas tendientes a potenciar el encadenamiento productivo, logrando el desarrollo y crecimiento de pequeñas y medianas empresas, en colaboración con la gran empresa. Además, es necesario retomar e impulsar las inversiones en nuevas iniciativas y obras de infraestructura.

Sin duda, el tema económico es fundamental para enfrentar los desafíos y metas sociales, más todavía teniendo en cuenta el último Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre. Frente a este escenario será importante que los cambios que se impulsen sean de forma gradual y que velen para que la desaceleración que se espera para el país no tenga un efecto mayor. Una inversión adecuada permitirá aumentar el crecimiento en Biobío y el bienestar de sus habitantes. Es un desafío el controlar la inflación que enfrentamos actualmente.