Plan de seguridad para el centro de Concepción
Diciembre ha sido tradicionalmente el mes de mayores ventas en el comercio, estimuladas por las transacciones vinculadas a Navidad y Año Nuevo, que movilizan a una inmensa cantidad de consumidores. Las encuestas indican que en promedio las transacciones de ese sector crecen un promedio de 60% durante este mes.
Pero a la vez, el comercio es uno de los sectores más afectados por la delincuencia, lo que lleva a las autoridades a redoblar los esfuerzos para reducirla. Durante las últimas semanas las autoridades y directivas del comercio se han reunido para coordinar el plan de seguridad para el centro de Concepción, lo que se ha traducido en una mayor presencia de Carabineros en las calles céntricas, con el fin de tratar de reducir los delitos y dar más tranquilidad a los compradores y al comercio penquista en general.
De acuerdo con los estudios de la Cámara Nacional de Comercio, los delitos de mayor ocurrencia son el hurto, el llamado robo hormiga, y el robo con violencia. Los comerciantes reconocen que en el último tiempo han tenido que aumentar sus medidas de seguridad, como la instalación de cámaras de vigilancia, alarmas, rejas y contratación de guardias. Un delito se suma a otros y junto con afectar a comerciantes en su patrimonio y su seguridad, también desalienta la inversión en ampliación de establecimientos, la iniciación de nuevos emprendimientos, y se limita el crecimiento de las fuentes de empleo, con lo cual el daño comercial tiene una notoria derivación social.
También hay una cifra que llama la atención, porque seis de cada diez comerciantes no denuncian los delitos, argumentando que "no lograrán nada y es una pérdida de tiempo". Esta condición se acentúa en los establecimientos minoristas (siete de cada diez), de manera que al no haber registros oficiales sobre ellos, pasan a integrar lo que se conoce como las cifras negras de la delincuencia.
Desde hace tiempo que la delincuencia es un tema que preocupa muy especialmente al gremio, ya que ven que, más allá de los gobiernos de turno, los delitos no ceden, por lo cual con frecuencia hacen llamados a las autoridades para que los aborden de forma constante y persistente. En esta fecha de las fiestas de fin de año se hacen recomendaciones a los consumidores, con el fin de prevenir ser blanco de robos o asaltos, como evitar los horarios punta y las aglomeraciones, informarse de los horarios de funcionamiento de las tiendas, y programar sus compras con bastante anticipación; cuidar sus pertenencias, no dejar sus compras a la vista ni especies de valor en los vehículos; no distraerse al pagar ni perder de vista sus tarjetas bancarias.
Es también tradicional que en este mes se desborde la presencia de vendedores ambulantes ilegales, que al ocupar las calles céntricas crean aglomeraciones, lo que favorece la acción de delincuentes. Este ha sido un problema de larga data no solo en Concepción sino que en general en todas las grandes ciudades, y de muy difícil solución, ya que la venta ilegal de productos - respecto de los cuales no hay control de calidad ni derecho a devolución - existirá mientras haya personas que están dispuestas a comprarlos. Desde hace muchos años ha existido presencia de vendedores en la vía pública, pero durante esta situación de pandemia el problema ha recrudecido en el paseo peatonal penquista. Es muy difícil desbaratar la venta callejera ilegal, que al copar las veredas genera congestión y crea las condiciones propicias para que los transeúntes sean robados o asaltados. Pese a las fiscalizaciones que se puedan realizar, surgen tantos vendedores que prácticamente es imposible erradicarlos. Y cuando se logra detenerlos se requisan las mercaderías.
Es destacable el esfuerzo desarrollado por Carabineros para realizar los patrullajes preventivos constantes en el centro, lo que aminora los robos y asaltos. Sin duda que con estas acciones no se terminan los problemas, pero es un trabajo que merece el reconocimiento ciudadano, ya que da más seguridad a las familias.
Es también tradicional que en este mes se desborde la presencia de vendedores ambulantes ilegales, que al ocupar las calles crean aglomeraciones, lo que favorece la acción de delincuentes. Este ha sido un problema de larga data en Concepción.