Por Alma Canales Silva / alma.canales@diarioelsur.cl

Víctor Rosales está contento. Después de dos años de espera pudo desempolvar los implementos que usa como guía del tren turístico Corto Laja y retomar su participación. Hace cinco años que se unió a esta iniciativa que, en conjunto, desarrollan Fesur y el Servicio Nacional de Turismo, Sernatur.

Tiene un megáfono nuevo, con baterías que le alcanzan para todo el recorrido que dirige por la casa de máquinas de San Rosendo y las estructuras aledañas, que eran el corazón del mundo ferroviario del sur de Chile hace varias décadas atrás y del que él fue testigo. "Todos los trenes paraban en San Rosendo. Entre las décadas del 40 y el 60 llegamos a tener más de 60 trenes al día. Por eso se creó la carbonera", cuenta.

El megáfono cobra un rol importante, ya que este exferroviario de 71 años debe hablarle a cerca de cien personas y usando mascarilla por la pandemia. Ese, cuenta, es uno de los ajustes que tuvieron que hacer para poder retomar los viajes turísticos, suspendidos desde octubre de 2019.

El sábado 20 de noviembre fue la primera de las tres fechas programadas para este 2021. La convocatoria fue un éxito, reconoce la directora regional de Sernatur, Natalia Villegas. "Tuvimos la venta de todos los tickets, por eso sacamos dos trenes más, porque cuando salió el primer tren la gente empezó a motivarse", cuenta.

El segundo viaje fue ayer y el tercero será el sábado 18, el día antes de la segunda vuelta.

En Sernatur están contentos con la recepción. Y no solo por la demanda. También porque el retorno de esta actividad ayuda a los emprendedores de Hualqui, San Rosendo y Laja que, gracias a la afluencia de turistas, ven reactivada la economía de sus respectivas comunas.

Adaptado a la pandemia

Son varios los ajustes que tuvieron que hacerle al tren turístico para que pudiera funcionar en el contexto de emergencia sanitaria por el covid-19. El primero se relaciona con los aforos. Hasta antes de la pandemia, los viajes consideraban entre 200 y 250 pasajeros, dependiendo del tren utilizado. Ahora el máximo son 150 pasajeros.

"Reducimos el aforo y ahora se puede ocupar asiento por medio. Entendemos que hay una preocupación importante con el tema de la pandemia, pero los trenes están preparados para seguir funcionando. Tenemos todo regulado con la Seremi de Salud. Ellos nos acompañaron en la salida del 20 de noviembre, revisaron cada una de las instancias protocolares y pasamos todos los filtros", explica la directora regional de Sernatur.

Agrega que quienes participan deben asistir con mascarilla y contar con su pase de movilidad, el que será solicitado antes de ingresar al coche. De forma paralela, en cada parada se considera un tiempo para sanitizar las máquinas.

Uno de los elementos que ayuda a mejorar las condiciones es la incorporación de los nuevos trenes que empezaron a operar a partir de septiembre. Antes, para los recorridos se utilizaba el automotor UT 440, que presentaba varias desventajas en relación a la situación sanitaria.

Raúl Lavalle, gerente de pasajeros de Fesur, explica que la utilización de estas máquinas estaba considerada antes de la pandemia. No obstante, con la enfermedad aún presente sus características se hicieron más deseables. "Los viajes son en los trenes nuevos porque tienen un sistema de circulación del aire distinto a los antiguos y que permite ir purificando el aire. También tienen baños inclusivos, que son de gran tamaño", describe.

El directivo suma que las máquinas cuentan con pantallas donde se van pasando videos complementarios al viaje, hay mapas digitales para ver por dónde van pasando y tienen una mayor capacidad, lo que permite cumplir con los aforos sin tener que disminuir drásticamente el número de personas que puede participar.

"Estos trenes son más modernos, livianos y aportan una experiencia más cómoda para los usuarios", complementa Lavalle.

Indica que en cada parada aprovechan de sanitizar el tren, aunque durante el viaje también hay funcionarios que limpian con alcohol gel.

Impacto económico

El tren turístico permite conocer desde una perspectiva diferente las comunas de Hualqui, San Rosendo y Laja, por rutas que bordean el río Biobío.

El recorrido parte en la estación El Arenal de Talcahuano y termina, después de 84 kilómetros de rieles, en la estación de Laja. Incluye paradas en Hualqui y San Rosendo. Esto abre la posibilidad de aprender sobre la tradición ferroviaria y cómo era la conectividad del territorio décadas atrás.

No es el único beneficio.

El recorrido también potencia a emprendedores de esas comunas que forman parte del itinerario y con los que Sernatur está trabajando hace tiempo.

Los primeros están ubicados en la estación de Hualqui, quienes reciben a los viajeros pasadas las 10 de la mañana. Luego están los de San Rosendo y finalmente, los de Laja. Los productos ofertados son diversos y dependen de la parada, pero principalmente son artesanías, licores y alimentos.

Raúl Lavalle comenta que este año tuvieron que hacer algunos ajustes por la pandemia. Lamentablemente para los turistas, esto implica que ya no hay empanadas, kuchen, huevos duros o pajaritos para disfrutar.

"Por ejemplo, en la parada de Hualqui la mayoría de los productos eran comestibles, pero eso ya no se puede por los protocolos sanitarios. Lo que se está vendiendo ahora son productos envasados, que no son de consumo inmediato", describe.

Aún así, el impacto en las economías locales es positivo. "Que llegue un tren con 150 o 300 personas es un aporte", asegura.

Claudia Sanhueza, es una de estas personas beneficiadas. Vive en Laja y tiene un emprendimiento de fitocosmética y joyas con enfoque terapéutico. Desde 2018 que es parte de la ruta turística, de la que se ha ausentado un par de veces y sólo por situaciones personales.

"Desde el punto de vista económico es importante. La ruta del tren no me la pierdo porque sé que el ingreso es bueno", plantea.

Desde San Rosendo, el alcalde Rabindranath Acuña asevera que el tren es un gran aporte porque permite visibilizar su territorio. "Primero eran poquitos los emprendedores que querían participar, pero ahora son más. Se dieron cuenta que esto es positivo porque la gente llega y hace compras y además se promueve la comuna", indica.

El recorrido les ha permitido relevar el pasado ferroviario y es por ello, anuncia, que están trabajando en la presentación de una declaratoria ante el Consejo de Monumentos Nacionales para que la casa de máquinas sea declarada como monumento histórico.

Evolución

El tren turístico Corto Laja partió como iniciativa piloto en 2015. De ahí comenzó a perfeccionarse el producto y en 2018 lograron consolidarlo con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, Fndr. Ese año se fijaron cinco viajes, los que tuvieron un sello temático.

Sernatur informa que el servicio ha concitado el interés de 7 mil 943 pasajeros.

El Corto Laja es una de las 10 ofertas que la Empresa de Ferrocarriles del Estado, EFE, tiene en el país bajo la denominación de servicios turísticos. Actualmente -según el sitio web de EFE- este servicio y el tren del recuerdo desde Santiago a Limache son los únicos que están funcionando.

Las expectativas para el próximo año es establecer un calendario fijo de salidas, para que los turistas puedan organizarse. Natalia Villegas, directora regional de Sernatur, cuenta que "las altas temperaturas nos afectan muchísimo porque viajan hartos adultos mayores, familias con niños y el calor es importante en la zona de San Rosendo y Laja. Privilegiamos la comodidad del pasajero. Apuntamos a sacar nuevas fechas en febrero".

También, junto a Fesur, están prospectando nuevas rutas. El año pasado ya se hizo una experiencia piloto a Laraquete con uno de los trenes que hacen el recorrido desde Santiago.

"Es un tren más grande, requiere mayores capacidades y más mano de obra en cuanto a personal para mover esa locomotora, pero estamos investigando nuevas rutas", remarca.

Raúl Lavalle, gerente de pasajeros de Fesur, espera tener novedades sobre estos destinos en los próximos meses.