El pintor penquista que se convirtió en profeta en Antofagasta y España
Con un gusto por la pintura desde muy pequeño, el artista ha desarrollado un trabajo ligado a un estilo impresionista y realista.
"A veces uno no es profeta en su tierra", asegura Rodrigo Retamal. Y es que el pintor autodidacta penquista de 42 años ha llevado su arte a España y Antofagasta, destacando siempre por un estilo impresionantemente realista.
Es así que el pasado 18 y 19 de septiembre, el artista fue invitado a participar con una de sus obras en las Jornadas Europeas del Patrimonio, cuya sede 2021 fue la ciudad española de Barakaldo.
La iniciativa, organizada anualmente por el Consejo de Europa en colaboración con la Unión Europea desde 1991, invita siempre a un país diferente a representar su cultura, vestimenta y bailes.
Este año, el escogido fue Chile representado por la agrupación de compatriotas residentes en Bilbao, "Chile Lindo".
"La invitación la recibí en mayo por Criss Carvajal, que es integrante de la agrupación, junto a mi colega Jonathan Millán, con el que estuvimos exponiendo en la ciudad de Bilbao en 2019. El contacto quedó desde que participamos en esta muestra llamada 'Chile, país de contrastes'", comenta Retamal.
En esta ocasión, el penquista presentó una obra que muestra a una mujer mapuche regresando a su hogar en el Alto Biobío, rodeada de animales.
SIEMPRE LIGADO
De acuerdo al artista, la inquietud por los pinceles comenzó desde pequeño, cuando miraba pintar a su padre.
"Pasaba horas con él en su taller hablando de arte, al igual que escuchaba los consejos de otros artistas, los cuales tomé como ley. Pero siempre se aprende pintando, como le digo a mis alumnos. La paleta es un laboratorio y con trabajo y disciplina se aprende".
Si bien Retamal pintaba desde joven -16 años- lo cierto es que el terremoto del 27F marcó un antes y un después en su carrera. "Antes pintaba mucho, porque lo hacía casi todos los días. Ahora ya me tomo mi tiempo en hacer trabajos de calidad antes que cantidad", sostiene.
Con un estilo autodefinido entre el impresionismo y el realismo, lo cierto es que su obra se caracteriza -de acuerdo a sus palabras- por plasmar lo que "me da buenas vibras, lo que me hace sentido. Busco la belleza en lugares en que, tal vez, uno cree que no hay. En lo simple y cotidiano", todo caracterizado siempre con mucha luz y color.
Oriundo de Concepción, Retamal debió emigrar en 2016 a Antofagasta junto a su esposa e hijo. Decisión compleja, ya que debió dejar a parte de su familia, su taller, alumnas, amigos y la ciudad que lo vio crecer. Sin embargo, siempre tomó como un desafío el hacerse un lugar en el norte.
"Mi vida en Concepción estuvo siempre entre mis talleres con mis alumnos y en muestras de arte. Exponiendo en diferentes galerías, compartiendo con colegas y amigos en largas jornadas de conversaciones artísticas", dice.
"Vivía en mi zona de confort tranquilamente, pero eso cambió. Puedo decir que de igual forma estoy muy feliz acá. Me gané el aprecio del antofagastino, y eso me tiene tranquilo y contento", agrega.
Hoy trasladó el taller particular que tenía en el Biobío. Sin embargo, la instancia penquista sigue funcionando con dos de sus alumnos más destacados, con los cuales se reencuentra en sus continuos viajes a la zona.
"Llegué acá y me costó un año tener un lugar donde hacer clases y escuela en Antofagasta. Lo mejor que pude hacer fue por la municipalidad, cuando trabajé en hacer talleres para personas de todos los sectores de la ciudad, sobre todo, de escasos recursos que no podían pagarlos. Eso me dejo muy feliz", recuerda.
Por estos días, Retamal envía trabajos para una casa de subastas de obras de arte en Bilbao, donde fue invitado a participar con tres piezas en diciembre. También pinta para tres exposiciones centradas en el paisajismo chileno, aún sin nombre.
La iniciativa, donde se acompaña por tres artistas de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (Apech), estará en Concepción, San Pedro de la Paz, Santiago e, idealmente, Antofagasta.
En el caso de la capital regional, se presentará a fin de año, en lugar por definir; mientras que a San Pedro de la Paz, llegará en mayo 2022.