Destrucción de armas decomisadas
Las autoridades de Gobierno han señalado hace unos días que desde 1990 hasta ahora se han destruido más de 185 mil armas, que proceden de decomisos realizados por las policías. La semana pasada se realizó la fundición de 13.600 pistolas y revólveres.
Es evidente que la delincuencia se ha potenciado por la gran cantidad de armas que están en manos de antisociales y, sobre todo, de bandas de narcotraficantes, que disponen de armamento de alto calibre para utilizarlo con el fin de resguardar la distribución y venta de drogas. El narcotráfico es el campo delictivo más relacionado con el uso de este poder de fuego. Resulta alarmante ver cómo en las redadas realizadas por las policías, se incautan pistolas y revólveres a jóvenes y hasta a niños, lo que indica que pese a los operativos que se realizan y a la destrucción de material, queda mucho más en circulación o que así como salen, se van reponiendo.
Solamente en el primer semestre Carabineros realizó más de cinco mil detenciones con incautación de armas de fuego en todo el país. Los operativos y decomisos se efectuaron especialmente en Antofagasta, Santiago, Valparaíso e Iquique, y se destacó que los aprehendidos tenían en promedio dos detenciones, aunque algunos acumulaban hasta un centenar de aprehensiones en su carrera delictual.
Ya no son extraños los casos de balaceras entre traficantes en las poblaciones, que pugnan por el control de los barrios, sino que también los asesinatos y los llamados ajustes de cuentas de miembros de bandas rivales. En ocasiones, han caído víctimas inocentes, incluso niños, como resultado de las balas perdidas. Carabineros y la PDI incautan con frecuencia armas de fuego y municiones en sus operativos policiales, y a la vez recogen el material que la ciudadanía opta por entregar en forma voluntaria. El proceso de entrega voluntaria se realiza en cualquier unidad policial, donde la persona puede identificarse, si lo desea, o bien puede mantener el anonimato. Se levanta un acta y luego esta arma y las respectivas municiones se envían al depósito en Santiago para su destrucción, controlada por la Dirección General de Movilización Nacional, y la Comisión de Material de Guerra de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Autoridades señalan que han aumentado los procedimientos policiales ligados al desbaratamiento de bandas criminales y, adicionalmente, se ha incautado el material que había sido utilizado por delincuentes para cometer delitos violentos, y que se funde y recicla. Sin embargo, se calcula extraoficialmente que unas 230 mil armas legalmente inscritas en el país no tienen paradero conocido, porque han sido declaradas por sus dueños como robadas, extraviadas, o están inscritas a nombre de personas ya fallecidas.
En el Congreso Nacional se estudian los cambios a la legislación de control de armas, para hacerla más eficiente. En septiembre, la sala del Senado aprobó y despachó en tercer trámite a la Cámara de Diputados el proyecto que busca fortalecer la fiscalización, instalar un registro de cada arma y considerar a las municiones en la legislación. Durante el debate hubo coincidencia entre los senadores en la importancia de avanzar en la regulación de las armas, sobre todo aquellas en manos del narcotráfico y la necesidad de atacar el mercado negro de las armas.
Ocasionalmente se realizan campañas para que las personas que mantengan armas inscritas o no, o que hayan sido heredadas, las entreguen, para no exponerse a penas por no tenerlas regularizadas. No hay que olvidar también que en casos de robos, éstas pueden pasar a manos de los delincuentes. Según cifras del Ministerio del Interior, en Chile existen 700 mil armas en manos de privados y 800 mil operadas por el Estado. Se estima que en la Región del Biobío, hay 80 mil armas de fuego inscritas, de las cuales el 44% está en la provincia de Concepción. Sin embargo, no se sabe con certeza cuántas no están inscritas.
Desde 1990 a la fecha se han destruido más de 185 mil armas, que proceden de decomisos realizados por las policías. Autoridades señalan que han aumentado los casos de desbaratamiento de bandas criminales y, adicionalmente, se ha incautado el material que había sido utilizado por delincuentes.