Afectación en cadena de suministros preocupa al comercio e industria logística
Desde la Fecomtur indican que los consumidores palparán los efectos con más fuerza en época navideña. En tanto, exportadores dicen que hay que "levantar una voz de alerta" para auxiliar a las pymes.
Solo en Estados Unidos el déficit de conductores de camiones se estima en unas 80 mil personas. La escasez de mano de obra que se observa en el sector de los transportistas -y que no solo se experimenta en el país norteamericano- ha venido a consolidar un problema que agobia de manera grave a la cadena de suministros.
Este y otros inconvenientes como el aumento del valor de los fletes marítimos, la falta de contenedores o los atascos en los terminales crean la tormenta perfecta para poner en jaque a las economías mundiales, según han dicho diversos actores de la industria internacional de logística y del comercio.
A nivel regional, dicho panorama comienza a escalar a medida que transcurren los meses. De acuerdo a Juan Antonio Señor, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Turismo (Fecomtur) del Biobío, las consecuencias que trae consigo la desarticulación del engranaje logístico mundial se notarán de forma más clara en época navideña, cuando ya no alcancen a arribar a tiempo a la Región del Biobío las mercaderías solicitadas o se encarezcan los precios de los productos.
"Esto ya se está sintiendo y se verá con más ímpetu en Navidad. Nuestra percepción es que vamos a tener problemas (…) Estamos cazados con el tema porque no podemos incidir en el mercado internacional", plantea.
El dirigente, sin embargo, advierte que las contrariedades podrían solucionarse paulatinamente, pero a partir del próximo año y siempre y cuando ya no existan grandes "shock" logísticos a causa de la pandemia por covid-19.
A modo de ejemplo, Señor dice que hoy el comercio ve cómo llegan a la zona menos computadores.
VOZ DE ALERTA
La desarticulación de la logística internacional también golpea al sector exportador local, sobre todo por el incremento de los costos asociados a los envíos, seguros y embarques navieros. Si antes por traer un contenedor un pequeño y mediano exportador necesitaba US$ 2.500, ahora requiere más de US$ 14.000.
"Eso está impactando desde el punto de vista del comercio exterior. Además, si un importador trae un producto para ser comercializado en Chile tendrá que pasarle esa suma, situación que implica un aumento de precio, lo que redunda en la inflación", sostiene Alfredo Meneses, vicepresidente de la Mesa Comex y gerente general de Asexma Biobío.
Agrega que, al ser el comercio exterior "la viga maestra de la matriz productiva" del país y la Región del Biobío, se hace urgente levantar una voz de alerta que ayude disminuir las alzas constatadas, "porque uno podría aproximar que existe una cierta concertación en términos de los valores a nivel internacional".
Michel Esquerré, presidente de Pymemad, coincide y precisa que en su rubro la afectación se percibe en el abastecimiento de trozos, en la obtención de materias primas para repuestos, en la subida de costos y en la limitación de los stocks.
"Hay toda una cadena de producción que está bastante dislocada y que tiene que llegar a normalizarse en algún momento, pero no sabemos cuándo. La pandemia ya pasó, porque la gente está vacunada (…) El Gobierno debería sacar incentivos que reversen esta realidad", remarca.
OPORTUNIDAD PARA BIOBÍO
Frente al negativo escenario igual se prevén oportunidades. Así, al menos, lo cree Michel Esquerré, quien argumenta que a futuro los países terminarán por dejar de depender de las grandes potencias económicas para volcar sus esfuerzos a la producción local.
"Eso viene a ser algo positivo. Podría ser una oportunidad para Biobío si es que están los incentivos. Todo dependerá, finalmente, de lo que pueda hacer el Ejecutivo y que el gobernador se ponga de acuerdo con el delegado presidencial por el bien de la zona, porque lo único que han hecho es pelear", reconoce.
Añade que otro de los asuntos relevantes que ayudarán a fortalecer al sector exportador en el actual contexto tiene que ver con poner fin a la violencia que se registra a la macrozona sur.
Si antes un pequeño y mediano exportador pagaba US$ 2.500 por un contenedor, ahora debe cancelar más de US$ 14.000.