Los pasos hacia la restauración ecológica del gran humedal Rocuant-Andalién
A través del programa GEF Humedales Costeros, este entorno, que está integrado además por el Paicaví, Tucapel Bajo y Vasco da Gama, forma parte de un plan piloto que busca poder resguardar estos espacios a través no sólo de establecer una normativa, sino que del reconocimiento por parte de la comunidad como un espacio relevante para la biodiversidad. En este ecosistema, unido geomorfológicamente y que integra a cuatro comunas, se delimitó en 2.955,5 hectáreas, se establecieron sus usos y, además cuánto terreno es recuperable. Las principales amenazas están relacionadas con los rellenos de terreno y la contaminación. El objetivo es que toda obra e intervención en los alrededores se haga bajo una mirada de cuidado medioambiental.
Por Lesly Zurita Arriagada / lesly.zurita@diarioelsur.cl
Relleno de terrenos, construcción de caminos, emplazamiento industrial y falta de señalizaciones son sólo algunas de las amenazas que enfrentan actualmente los humedales del Gran Concepción. Hay también desconocimiento sobre estos ecosistemas, que son vistos como zonas pantanosas sin ninguna utilidad y que muchas veces pierden terreno ante el desarrollo inmobiliario.
El Gran Concepción, así como cuenta con una variedad de lagunas, también tiene presente humedales, el más emblemático es el Rocuant-Andalién. Está integrado -además de los ya mencionados, por el Vasco da Gama, Paicaví y Tucapel Bajo; lo cierto es que se trata de un gran humedal, que responde a la misma geomorfología, pero que con el desarrollo de la ciudad pareciera que fueran puntos distintos.
Sus límites eran desconocidos hasta ahora. En ocho meses, y gracias al proyecto GEF Humedales Costeros, del Ministerio de Medio Ambiente, que busca mejorar el estado ecológico y de conservación de ecosistemas costeros del centro sur del país, se realizó un estudio que delimitó no sólo las áreas pertenecientes a estos humedales, sino que también cuánto se puede recuperar.
En total, este gran humedal Rocuant-Andalién cuenta con 2.955,5 hectáreas. Desde allí, se desprenden que 315,01 hectáreas son humedal temporal, 1.363,36 hectáreas de humedal permanente, playas y dunas cubren 214,3 hectáreas, vegetación asociada es de 76,07 hectáreas, humedales artificiales 31,20 hectáreas y zona marina adyacente alcanza 955,6 hectáreas.
Eso sí, se reconoce que se ha perdido terreno en los últimos años. Por eso también se han identificado áreas de restauración, con distintos niveles de prioridad, ya que sólo con la normativa vigente no es suficiente para poder resguardar estos ecosistemas que son relevantes para enfrentar el cambio climático y evitar catástrofes y emergencias naturales.
Con este insumo, lo que se busca es poder generar un plan de gestión integral del humedal y de la cuenca aportante, que va a permitir mejorar la condición ecológica de estos ecosistemas. El Rocuant-Andalién es uno de los cinco humedales piloto con el que está trabajando el proyecto GEF Humedales Costeros.
LÍMITES Y BIODIVERSIDAD
Carolina Rojas, geógrafa e investigadora principal del proyecto, indica que el Rocuant- Andalién es un gran humedal "que tiene componente de marisma. Responden a la misma geomorfología, pasa que están fragmentados, pero es un gran humedal". Asimismo, destaca que por primera vez se entrega información respecto a los límites de estos humedales y bajo el cual utilizaron varios criterios: geomorfología, hidrología, aspectos socioculturales, socioeconómicos y biodiversidad.
La investigación detectó que el sistema está compuesto por un conjunto de humedales, integrado por uno de tipo costero o denominado de ecosistema de transición por tener intrusión salina (Rocuant). El resto se trata de humedales palustres, formados por paleocauces del río Andalién y del Biobío (Vasco da Gama, Paicaví y Tucapel Bajo).
Respecto al uso del suelo de los humedales y su entorno inmediato, se determinó que el 72% corresponde a áreas naturales, 12% a áreas residenciales urbanas, 10% a usos destinados a servicios y equipamientos, 4% a silvoagropecuarios y 2% para áreas verdes y de recreación no agrícolas.
Asimismo, en términos de biodiversidad se encontró la presencia del pez cheirodon galusdae (pocha), los anfibios pleurodema thul (sapito de cuatro ojos), batrachyla taeniata. En la vegetación se detectaron especies nativas como la sarcocornia fructicosa (sosa de mar) y spartina densiflora (llinto).
Carolina Rojas destaca la presencia de las aves migratorias, como es el caso del pilpilén común, garza cuca, gaviota de franklin, cisne de cuello negro, jilguero, loica, gaviotín elegante, zarapito común, pitotoy chico, rayador, siete colores, entre otros.
La investigadora precisa que "toda la biodiversidad sobrevive bajos las condiciones actuales, hay hartas especies migratorias. Estos humedales son zonas de avistamiento, nidificación y descanso para estas especies. En el caso del humedal Rocuant, el 1% de la población mundial del pilpilén (ave) llega a esa zona y si desapareciera esta ave se quedaría sin un área importante de su paso migratorio".
La relevancia de esta biodiversidad, explica Rojas, es que "dado que ya se ha perdido variedad de seres vivos, no podemos darnos el lujo a perder más".
ALTA PREOCUPACIÓN
Dentro del gran humedal, una de las principales preocupaciones que arrojó el estudio tiene relación con Paicaví y Vasco da Gama, los que se encuentran con mayor grado de intervenciones y fueron considerados prioritarios por los investigadores. En el primer caso, que está ubicado hacia el sector Valle Escondido, señala Rojas que "se trataba de un humedal bastante grande hasta el año 2015. Ahora está completamente urbanizado. Es uno de los más difíciles de restaurar".
En el caso del humedal de Hualpén, cuenta con mucho desarrollo industrial en su alrededor. También se ha visto perjudicado por el crecimiento de pradera, rellenos y basurales.
Pero uno de los que está en un escenario más complejo es el de la zona de Carriel Norte por su ubicación contigua al Aeropuerto Carriel Sur de Concepción y que ha estado en constante expansión. Carolina Rojas precisa que "sabemos que hay proyectos que perjudicarían su existencia a futuro. Es una zona compleja porque está degradado y no hay ninguna acción".
Sobre este humedal en específico, el seremi de Medioambiente, Mario Delannays, reconoce que "sabemos la presión de que Carriel Sur sea internacional o del ensanche de la Ruta Interportuaria. Nosotros pensamos, está bien, presenta el proyecto, pero adáptate a que aquí hay un ecosistema que hay que proteger. Ahí es donde están los esfuerzos, en poder restaurar, recuperar, recomponer, hacer senderos de avistamiento de aves, proteger la fauna. Ahí está el desafío de lo que está guiando el GEF".
Asimismo, hay otras amenazas circundantes. Loreto Álvarez, coordinadora regional del proyecto GEF Humedales Costeros, puntualiza que, por ejemplo, en el humedal Rocuant hay personas que están entrando con sus vehículos motorizados a la playa "y se están muriendo atropellados los polluelos de las aves, también entran perros. Y cómo enfrentar estas diferentes presiones, es un trabajo que tenemos que abordar con diferentes actores, con quienes tienen relación con la gobernanza del humedal".
Respecto a estas amenazas, la investigadora de Urbancost, precisa que se trata de humedales urbanizados y que, en buena parte han sido rellenados ya sea para instalar alguna infraestructura de transporte o proyecto inmobiliario. "Muchos son rellenados y no se construye nada, se espera un tiempo para que se especule un poco con el terreno", dice Rojas. El tema de la contaminación y los microbasurales que se van generando, también se convierte en un riesgo.
El sistema de humedal integra cuatro comunas del Gran Concepción: Talcahuano, Penco, Hualpén y Concepción. Tienen componente de marisma y palustre.