"Chile ha perdido el 50% de su manufactura y Biobío es de las más afectadas"
El dirigente aseguró que se requiere más apoyo del Estado para avanzar en el desarrollo de tecnologías para el sector, lo que permitirá recuperar la competitividad.
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Biobío es una Región vinculada al desarrollo de diversas industrias. Sin embargo, el sector metalúrgico y metalmecánico está dentro de los rubros que han ido perdiendo peso. Así lo reconoció Dante Arrigoni Cammas, presidente de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, Asimet.
La organización actualmente tiene a 35 empresas socias en la zona. El aporte a la economía regional de este sector en los últimos años ha fluctuado entre el 6% y el 7%, según cifras del INE.
"En los últimos 30 años la manufactura en Chile ha decrecido un 50%. Hoy aportamos el 10% al PIB y damos empleo al 10,3% de los trabajadores. La minería también representa el 10% del PIB, pero otorga solo el 2,7% de los puestos de trabajo en Chile. La diferencia es que la industria en este país no tiene ni siquiera una Subsecretaría con la cual podamos conversar. Por eso no es banal que este sector siga perdiendo competitividad", planteó el dirigente.
-Uno imaginaría que el porcentaje de la industria metalúrgica y metalmecánica sería mayor en Biobío. ¿Algo ha afectado al sector que ha ido perdiendo peso?
-En general la manufactura ha tenido un impacto bastante importante en el último tiempo. Antes representaba el 20% del PIB. Chile ha perdido 50% de su manufactura y una de las regiones más afectadas es Biobío. De acuerdo a las cifras del INE, la industria metalúrgica y metalmecánica representa entre el 6 y 7% del PIB, pero si uno hace esta extrapolación con la pérdida de la industria podríamos pensar que hace 25 años atrás representaba el 20%. Sin duda es uno de los sectores más golpeados por los problemas de productividad y competitividad.
-¿Qué impacto tiene la tecnología -o falta de ésta- en su sector? En el caso de la minería, imagino que deben haber tecnologizado la producción y por eso emplean a menos personas.
-Si uno quiere apostar por más y mejores puestos de trabajo, Chile debería jugársela más por la manufactura que la minería. La tecnología es significativa y ellos han sido capaces de incorporar todos los avances tecnológicos de la industria 4.0: la digitalización, la robótica, el trabajo remoto, y siguen invirtiendo en los últimos avances de innovación y desarrollo. Eso no lo ha podido hacer la manufactura.
-¿Por qué?
-Porque no ha tenido políticas públicas que le permitan competir en igualdad de condiciones con los países con los cuales tenemos tratados de libre comercio. Los países con los cuales competimos están llenos de políticas industriales que permiten que sus empresas se modernicen y con fuerte apoyo en innovación y desarrollo, que en Chile no tenemos. En innovación y desarrollo el país invierte cerca del 0,4% del PIB, cuando el promedio de la OCDE es cerca del 3% y hay países, como Israel, que es cerca del 4%.
-Entonces, se podría hacer una vinculación de la incorporación de la tecnología con la situación actual de la industria...
-Sin duda, porque en esta pérdida de manufactura que hemos tenido en el último tiempo hay dos aspectos. Uno es la pérdida de competitividad. La brecha que tenemos con los países con los cuales tenemos tratados de libre comercio es muy grande. Eso hace que seamos poco competitivos y afecta la industria. A eso se suman las distorsiones propias del mercado mundial, con subvenciones, competencia desleal, porque Chile tiene normas de calidad, laborales, medio ambientales que productos que vienen de afuera a veces no cumplen.
Coyunturas
-¿Qué problemas ha tenido el sector en la zona?
-El problema que se ha suscitado con los barcos que traen acero en rollo, los que no están atracando en los puertos de la Octava Región, lo que está encareciendo los costos logísticos de los conformadores.
Como contrapartida, queremos destacar que el proyecto MAPA ha generado actividad para nuestro sector en la zona en este periodo difícil que vive el país, y en ese sentido, nos gustaría hacer un llamado al Ministerio de Obras Públicas para que considere a nuestras maestranzas para las obras que ponga en marcha esa cartera en la Región.
-¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia'
-Al ser nuestras empresas catalogadas como esenciales o estratégicas, durante la pandemia nuestro sector se mantuvo activo, con cerca del 90% de las industrias funcionando. Ello fue posible al gran esfuerzo que hicieron las empresas para mantener estrictos protocolos sanitarios y al aporte y voluntad de los colaboradores, que permitió mantener mínimos índices de contagios en la actividad productiva.
-Actualmente tienen problemas para encontrar trabajadores. ¿A qué se debe esta escasez?
-Las causas son varias. Una es que los retiros de los fondos y las ayudas del gobierno hacen que la necesidad por trabajo disminuya y no haya el mismo interés para emplearse que antes de la pandemia. El segundo efecto es que la gente va a repensar cuáles son los trabajos que quieren desarrollar. La gente va a preferir otras áreas de la economía. Uno ve que la gente es más selectiva, quiere trabajos donde se sientan más realizados y eso va a significar que va a haber un cambio. Por eso el desafío de la industria hoy es generar puestos de trabajo atractivos. Además, los puestos de trabajo demasiado rutinarios o con mucho esfuerzo físico van a ir quedando atrás. Hay que hacer lo de los países desarrollados, que los están reemplazando por tecnología. Las empresas tienen que automatizar sus procesos. Que las máquinas hagan el trabajo pesado para que las personas se vayan a trabajos más entretenidos, cognitivos y más fáciles también para las mujeres. Eso dignifica el trabajo de las personas.
-¿Qué impacto tiene el tema de los sueldos? Por ejemplo, en el sector gastronómico reconocieron que tendrán que subirlos para que sean más atractivos.
-El problema con el aumento de los sueldos es que Chile es una de las economías más abiertas del mundo, tiene tratados con 64 economías. Si el aumento de la mano de obra no está compensado con mayor tecnología, facilidades para competir en igualdad de condiciones, nos va a afectar enormemente. Por eso se necesita que el país tenga una política industrial. Tenemos que dar facilidades a las empresas para que puedan invertir en tecnología.
-¿Cómo vislumbran el futuro del sector? Estamos en un momento político complejo e incluso se está discutiendo una nueva Constitución.
-Necesitamos que no seamos tan ingenuos y pensemos que las cosas se van a producir de forma espontánea, sin intervención. En octubre la gente salió a reclamar por temas sociales, pero también para mejorar su estándar de vida, para tener un vivir mejor y eso pasa por tener más y mejores puestos de trabajo. Vivir mejor no significa seguir sacando fondos de la AFP o subsidios del Estado. Pasa por tener más y mejores puestos de trabajo y para eso la solución es tener más y mejor industria. Cualquier otra solución es populista y no nos va a llevar a ninguna parte.
TRAYECTORIA
Dante Arrigoni ha liderado Asimet desde 2018 a la fecha, y no Humberto Miguel, quien recientemente fue identificado erróneamente como líder del gremio metalúrgico y metalmecánico en una nota de este medio sobre beneficios del Gobierno en apoyo de empresas y trabajadores.
Miguel dirige la Asociación Gremial de Empresas de Biobío, Asem. Arrigoni, en tanto, este año fue reelecto por un nuevo periodo hasta 2022.
La asociación de metalúrgicos y metalmecánicos tiene dentro de su directorio a Gustavo Alcázar de Molimet, quien representa a la región y es vicepresidente de la organización.