Libro rescata el legado arquitectónico penquista de los años 30
La publicación busca poner en valor edificios que ya no están o permanecen en el abandono y, al mismo tiempo, destacar el trabajo de arquitectos e ingenieros de la época.
Concepción es una ciudad que, desde su traslado a su actual ubicación en 1765, ha experimentado continuas transformaciones. Ya sea por desastres naturales, por la despreocupación de las autoridades o, derechamente, por la falta de interés en materia patrimonial.
Es así que el arquitecto Luis Darmendrail dio vida, en 2004, al sitio Historia Arquitectónica de Concepción, desde donde ha buscado rescatar el muchas veces olvidado patrimonio penquista.
En esta ocasión -en conjunto con la Editorial Dostercios y a través de un Fondo del Libro del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio- el docente e investigador presenta "Concepción 1930", su primera publicación en solitario.
Este libro constituye un viaje en el tiempo hacia una década de vital importancia en la historia urbana de la capital del Biobío, ya que durante los años 30 se construyeron e inauguraron una serie de obras relevantes y emblemáticas.
Por ejemplo, esta fue la década que vio nacer a los hoteles Cecil y Ritz; los teatros Roxy, Central, Ideal y Enrique Molina; también lugares como el Puente Andalién y el Cerro Amarillo, además de numerosos espacios comerciales y llamativas casas geométricas, de creadores ya olvidados.
De acuerdo al arquitecto, "observando la ciudad y viendo lo que pasó en los años 30, me di cuenta que fue una década muy importante y significativa. En paralelo, entré a estudiar arquitectura -en 2006- y dentro de ese proceso de indagación, siempre tuve la observación que se hace sobre Concepción y el terremoto de 1939, que redefinió el diseño urbano de la ciudad propulsando una arquitectura moderna".
"Pero yo también observaba que, en la década de 1930, ya había edificios que podemos considerar modernos. Una especie de antesala de la modernidad. En esos años se construyeron muchas obras importantes y emblemáticas, pero también fue una década de experimentos, que introdujo nuevos lenguajes arquitectónicos y eso era llamativo, y también oculto. No se había contado", agregó.
RECONOCIMIENTO
Es precisamente esto último, lo que impulsó a Darmendrail a plasmar sus observaciones en el papel. Y es que la publicación reúne -en sus 280 páginas- más de 15 años de investigación arquitectónica histórica, una que consta de fotografías y notas.
"Los años 30 representan una época de sueños, de anhelos, en la cual Concepción estaba dejando atrás ese pasado historicista en su arquitectura y dio un paso adelante. Coincidiendo con otros procesos internacionales y viviendo la influencia de ciertos movimientos y expresiones que habían sido importantes años atrás como el art decó o la influencia de la Bauhaus", señaló el también Premio Municipal de Concepción en Ciencias Sociales 2020.
Otro punto relevante del que se hace cargo el libro, que se terminó en abril de este año, es el exaltar a muchos arquitectos olvidados en la historia penquista. De acuerdo al arquitecto, "todas estas 'lagunas' en la historia también motivaron esta investigación, porque era muy poca la información y documentos".
"Cuando se inició esto, hace ya más de 15 años, aún quedaban muchas obras. Vino el terremoto del 2010 y muchas se perdieron. Después la demolición sistemática de obras, que es lo que vivimos hoy producto del plan regulador que tenemos, ha significado una merma considerable en el listado", agregó.
Reconociendo siempre el trabajo de muchos amigos, que han ayudado en esta publicación, además de familiares de arquitectos de obras de esa época, Darmendrail es enfático en señalar que muchos de los edificios que muestra el libro ya no existen por abandono, demolición o malas políticas culturales, y no solo por los terremotos, a los que siempre se les endosa la responsabilidad.
"Claro que los terremotos nos afectan de vez en cuando, es un hecho, pero Concepción es una ciudad que con los años se ha ganado un título bastante deleznable, que es el de ser una ciudad que se autodestruye. Precisamente, por las políticas urbanas que nos han acompañado los últimos años. jamás han tenido una preocupación real por el patrimonio arquitectónico", resaltó.
Mostrando fotografías de antaño, el libro también incluye imágenes actuales de los edificios demolidos y modificados. Es decir, muestra una realidad tangible y, al mismo tiempo, es un llamado de atención, apoyándose siempre en el registro de prensa y el propio relato oral de vecinas y vecinos.
"Nos damos cuenta que, por un lado, tenemos la destrucción física de los edificios, su desaparición; y, por otro, tenemos la destrucción de la memoria", puntualizó el investigador.
-A modo personal, ¿cuál cree que es la importancia de esta publicación?
-Dar respuestas y reivindicar la memoria. Dar respuesta a obras que están en las calles de Concepción y que la gente las ve como parte del cotidiano o no les toma el peso. Reivindicar la arquitectura de la ciudad y contar su historia a través de la arquitectura. Específicamente, en esta década tan llena de sueños, anhelos y experimentos. Introducir también, en la historiografía local, los nombres de los arquitectos que construyeron la ciudad.