Por Nicolás Álvarez Arrau
Un nuevo hito vivirá el sector gastronómico con el fin del toque de que anunció el Ejecutivo para las 00:00 horas de este viernes. Producto de lo anterior, los recintos asociados al rubro que acostumbraban a recibir parroquianos hasta altas horas de la madrugada previo a la emergencia sanitaria podrán volver a hacerlo a contar de las próximas horas, lo que lleva a pensar en una clara señal de reactivación económica.
Este paso, sin embargo, se dará en medio de un inconveniente que golpea a cerca del 60% del área, según afirman los propios involucrados. El boom de emprendimientos propios, el miedo a volver al trabajo presencial y los instrumentos de ayuda estatales son algunos de los factores que obstruyen la obtención de mano de obra, tal como puntualizan en sus análisis.
Humberto Miguel, presidente de la Asem Biobío, instancia que representa a parte del brazo gastronómico de la zona, advierte que si bien es una noticia positiva el hecho de que los distintos restaurantes funcionen por más tiempo, "tampoco existe una oferta de mano de obra para cubrir esos horarios. No sucede en todos los locales, pero es un problema relevante".
ESTRATEGIAS
Dentro de las estrategias para enfrentar la escasez de colaboradores -que se palpa en la falta de cocineros, coperos, mozos y personal de atención- asoman la búsqueda de estudiantes y familiares y la intensificación de procesos de capacitación para adaptar los talentos laborales de los pocos interesados.
"Nosotros nos hemos podido arreglar porque somos capacitadores. Tomamos personal que nunca ha trabajado y entregamos las herramientas para poder desarrollarse. Eso nos ha ayudado a no tener una ausencia crítica", relata Cristian Ovalle, gerente de Operaciones de La Cocina.
Más allá de las capacitaciones, Miguel comenta que la solución pasa netamente por un tema salarial. "Todo esto hace pensar a los empresarios que su oferta de empleo tiene que ir acompañada de un estímulo, es decir, mejores salarios", remarca.
Insiste en que después de una emergencia de estas características no se puede pretender que los trabajadores regresen en iguales condiciones, por lo que llamó a sus pares a tomar conciencia, en el sentido de establecer un piso mínimo de entre $500 mil y $530 mil.
"Como Asem Biobío estamos proponiendo y llegando a acuerdos con grandes empresas para firmar convenios ligados a mantener nuevos compromisos laborales con nuestros trabajadores (…) Entendemos que eso no se puede hacer de forma inmediata por lo que significa para el gran número de pymes, pero sí hay quienes tiene la facultad de hacer el esfuerzo", dice.
PROYECCIONES
Con el fin del Estado de Excepción y el toque de queda los recintos podrán mantener abiertas sus puertas durante gran parte de la madrugada. Varios de los propietarios de los establecimientos plantean que la extensión del horario de funcionamiento será gradual debido a que desconocen cómo será la respuesta de la gente, por lo que en los primeros días estiman cerrar a eso de las 01:00 o 02:00 horas.
"En nuestro caso estamos por una apertura paulatina para ver de qué manera responde el público. Si cerrábamos a medianoche, el objetivo será extenderse una hora (…) Este levantamiento del toque de queda significa una incertidumbre alta", reconoce Cristian Ovalle.
Pese a este escenario, las proyecciones son positivas, pues "cada hora más en que se esté abierto acelera la recuperación económica". Aunque prefieren no dar números exactos, hay empresarios que se la juegan por acrecentar sus ganancias hasta en 15%, sobre todo al tener en cuenta que el consumo se consolidó en cierta medida hace ya varios meses.
El propietario del restobar Amador, Marcelo Ortiz, sostiene que hay mucha clientela que tiene ganas de salir más tarde. "Creo que al ser este el primer fin de semana (sin toque de queda) habrá un poco más de entusiasmo, pero las personas ya están saliendo. Estos días serán interesantes para explorar qué es lo que trae la gente", aventuró.