Retirada de Afganistán: generales admiten "fracaso estratégico" y contradicen a Biden
Máximos jefes militares aseguraron que la guerra no terminó como ellos esperaban, que propusieron al mandatario mantener al menos 2.500 soldados en suelo afgano y que el rápido avance talibán los tomó "por sorpresa".
Dos de los generales de mayor rango de Estados Unidos, Mark Milley y Kenneth McKenzie, reconocieron que la parte final de la retirada de Afganistán fue un "fracaso estratégico" y revelaron que aconsejaron al presidente Joe Biden mantener un contingente de unos 2.500 soldados en suelo afgano, lo que contradice lo que ha sostenido el mandatario desde la caótica evacuación tras la toma de Kabul por parte de los fundamentalistas.
Durante el repliegue, especialmente en las últimas dos semanas previas al 31 de agosto, se vivieron jornadas devastadoras en el aeropuerto de Kabul, con miles de afganos intentando entrar al terminal aéreo, otros tantos colgándose del fuselaje de los aviones en pleno despegue y al menos 177 que murieron en un atentado suicida con bomba reivindicado por Estado Islámico.
En ese ataque murieron además 13 soldados estadounidenses y Kenneth McKenzie asumió su completa responsabilidad en la masacre. Mark Milley resumió que la misión fue "un éxito logístico pero un fracaso estratégico".
LOQUEDIJERONABIDEN
Milley, el jefe del Estado Mayor Conjunto, y McKenzie, líder del Comando Central (Centcom), comparecieron junto con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ante el Comité de Servicios Armados del Senado para dar explicaciones sobre la caótica retirada y evacuación de Afganistán.
Durante su intervención bajo juramento, McKenzie reconoció que recomendó a comienzos de este año que EE.UU. mantuviera 2.500 efectivos en Afganistán y recordó que en 2020 aconsejó que se quedaran 4.500 soldados, en respuesta a una pregunta del senador republicano por Oklahoma, Jim Inhofe.
McKenzie rechazó revelar exactamente cuál fue su recomendación a Biden, aunque destacó que su "opinión personal" es que "la retirada de esas fuerzas llevaría inevitablemente al colapso de las fuerzas militares de Afganistán y, finalmente, del Gobierno afgano".
Acto seguido, Inhofe se dirigió a Milley para preguntarle acerca de su visión sobre la recomendación de dejar a 2.500 efectivos, a lo que el general de mayor rango de EE.UU. contestó que compartía esa visión.
De hecho, Milley admitió por primera vez que aconsejó a Biden que no replegara todas las tropas de Afganistán.
VERSIONES DISTINTAS
En ese sentido, explicó que los comandantes militares expresaron su opinión al Presidente cuando tuvo que decidir al respecto, pero "quienes toman decisiones no tienen por qué seguir ese consejo ni en el fondo ni en la forma".
Estas declaraciones contradicen las palabras del presidente, que ha insistido en que decidió seguir adelante con la retirada de Afganistán después de que todos sus asesores militares se lo recomendaron.
Incluso en una entrevista el 19 de agosto, en medio de la operación de salida de Afganistán, Biden aseguró a la cadena ABC News que nadie que él recordara le había recomendado dejar un contingente de 2.500 militares en ese país.
En otro momento de su intervención, Milley afirmó que EE.UU. habría terminado en guerra contra los talibanes si hubiera permanecido en suelo afgano más allá del 31 de agosto y que la recomendación "unánime" que Biden asegura que los principales comandantes le hicieron de irse de Afganistán solo fue hecha el día 25 del mes pasado.
UNA "VERDAD INCÓMODA"
Durante la sesión, los senadores consultaron por el caos durante el repliegue y evacuación que culminaron el 31 de agosto.
Austin admitió que hubo fallos a la hora de evaluar la resistencia de las fuerzas afganas frente a los talibanes y reconoció que su rápido colapso tomó por sorpresa a EE.UU.
"Debemos tener en cuenta una verdad incómoda, que es que no entendimos del todo la profundidad de la corrupción y el liderazgo mediocre en sus rangos superiores, no entendimos el efecto dañino de las rotaciones frecuentes e inexplicables hechas por el presidente Ashraf Ghani con sus comandantes", dijo Austin.
El titular de Defensa agregó que EE.UU. no fue capaz de anticipar la repercusión de los pactos entre talibanes y líderes locales, tras los acuerdos de paz de Doha firmados en 2020 entre el Gobierno de Donald Trump y los insurgentes.
En ese sentido, reconoció que "el propio acuerdo de Doha tuvo un efecto desmoralizador en los soldados afganos".
Austin finalmente recordó que EE.UU. suministró a las fuerzas armadas afganas equipamiento, pero no pudo darles "voluntad para ganar".
"TALIBANES AÚN SON ORGANIZACIÓN TERRORISTA"
Durante la audiencia el jefe del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, remarcó que está "claro" que la guerra de Afganistán no terminó de la manera que Estados Unidos hubiera deseado y apuntó que los talibanes "son todavía una organización terrorista que todavía no ha roto lazos con Al Qaeda". "Debemos seguir protegiendo a Estados Unidos y a su población de ataques terroristas desde Afganistán. Una Al Qaeda o un Estado Islámico reconstituidos con aspiraciones de atacar Estados Unidos es una posibilidad muy real", alertó el general.