Emergencia agrícola por la escasez hídrica
La prolongada sequía que ha afectado al país desde hace doce años, ha generado una situación muy complicada, especialmente en las zonas agrícolas, considerando que los últimos años han sido considerados entre los más secos de los que se tenga registro.
Los suelos cultivables se afectan por falta de precipitaciones y de las sequías prolongadas, que no solo repercute en los cultivos y en la ganadería, sino también en las condiciones de vida de las personas que habitan estos lugares. Hay problemas en la captación de aguas subterráneas en verano y en los últimos años en la Región del Biobío se ha debido repartir el recurso en camiones aljibe a los habitantes de algunas comunas rurales.
Los datos son peores en materia de caudales, porque cada año la nieve caída se derrite más rápido por las temperaturas más altas, por lo tanto, hay más evaporación y el riego se hace menos eficiente. Se trabaja para acumular las mayores reservas de agua posibles en los embalses y buscar otras fuentes de abastecimiento, sobre todo para las zonas agrícolas. Hay que considerar que el agua es un elemento importante en el bienestar de la población y tiene un impacto positivo en la vida de las personas, al incidir en la seguridad alimentaria y energética, la salud y el medio ambiente. El cambio climático es una realidad, y paralelamente, está la creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades.
Por otra parte, la contaminación de los ríos, las lagunas y los lagos es cada vez mayor, lo que acelera la crisis. Y mientras la zona centro-sur enfrenta el déficit de lluvias, en el norte la desertificación avanza sin cesar.
Debido a la sequía prolongada y al déficit hídrico, el Gobierno ha declarado emergencia agrícola en las regiones de Los Lagos, Coquimbo, Valparaíso, O'Higgins, Maule, Ñuble, del Biobío y Metropolitana, lo que ha significado la destinación de recursos para apoyar a medianos y pequeños agricultores. En el caso de nuestra Región del Biobío y sus 33 comunas, el delegado presidencial, Patricio Kuhn, ha señalado que la Laguna del Laja presenta un 28,4% de llenado respecto de su promedio histórico y 16,9% respecto de su capacidad, mientras que las precipitaciones muestran un déficit regional de 38,3% respecto año normal y los principales caudales de la región presentan un déficit de 50,3% promedio. Ha expresado que el cambio climático llegó para quedarse y que, por lo tanto, todos tenemos que ser parte de la solución y no solo del problema; todos debemos cuidar el agua. Primero el agua para consumo humano y también para la producción de alimentos y para que Chile pueda seguir hacia un desarrollo integral, inclusivo y sustentable.
El plan para enfrentar mejor la escasez hídrica incluye fondos especiales para ayudar a pequeños agricultores a tecnificar el riego, construir tranques y obras de riego para fomentar la transformación productiva, fondos concursables para agua potable rural y para investigaciones científicas en el tema. Entre las medidas extraordinarias anunciadas hace unos días por el Gobierno se encuentra la elaboración de planes de gestión de 101 cuencas de ríos en el país; asegurar el agua potable para los habitantes de Valparaíso y Santiago, llenando los embalses El Yeso y Los Aromos con aguas de invierno de los ríos Maipo y Aconcagua, que se utilizaban para riego; triplicar la inversión pública en agua potable rural; proteger los ecosistemas productores de agua, y las aguas subterráneas; impulsar la construcción de la red de plantas desaladoras de agua, que hoy ya permite desalar más de 6.600 litros por segundo; duplicar la inversión en riego tecnificado, construcción de tranques, impermeabilización de canales de regadío, y se pondra máxima urgencia a la extensión de la vigencia de la ley de fomento del riego, con foco en la pequeña y mediana agricultura.
Esto, más las acciones para cuidar el recurso y hacer más eficiente su uso, ayudarán a atenuar los efectos de esta prolongada sequía.
El plan para enfrentar mejor la escasez hídrica incluye fondos especiales para ayudar a pequeños agricultores a tecnificar el riego, construir tranques y obras de riego para fomentar la transformación productiva, fondos concursables para agua potable rural y para investigaciones científicas en el tema.