El aporte de la Teletón
La Teletón ha iniciado una campaña para dar gracias a quienes realizan aportes, lo que permite sostener la rehabilitación de más de 30 mil niñas, niños y jóvenes con discapacidad motora, en el complejo contexto que ha vivido el país en el último año y medio, debido a la pandemia de coronavirus. La institución ha señalado que pese a este período difícil, no podía cerrar sus puertas y, por el contrario, puso énfasis en la necesidad de cuidarse del virus y no detener los procesos de rehabilitación, que son fundamentales para el presente y futuro de miles de pacientes y sus familias.
La Teletón administra catorce institutos de rehabilitación desde Arica a Coyhaique, con más de mil trabajadores, que en esta etapa desarrollaron distintas iniciativas de adaptación a las nuevas condiciones e innovaron para seguir atendiendo de manera presencial, siempre que fuese posible y con estrictos protocolos de seguridad, junto con fortalecer las atenciones a distancia y la telerehabilitación. También en esta oportunidad se ha hecho un llamado a las personas a participar como voluntarios permanentes de esta causa, de forma presencial o virtual. En el voluntariado participan más de 1.700 personas, pero siempre es necesario sumar más colaboradores debido a que los programas comunitarios y servicios a los que acceden los pacientes se amplían cada año.
Esta es una institución que tiene 43 años de funcionamiento, desde que en 1978 el animador Mario Kreutzberger propuso a la Sociedad de Rehabilitación del Niño Lisiado realizar un programa de televisión de 27 horas de transmisión para recaudar fondos que ayudaran a menores discapacitados físicos que atiende esta entidad. Entonces se efectuó la primera Teletón, y hoy es la obra más importante que se desarrolla en favor de los niños con discapacidad, trabajando en su rehabilitación y tratando de generar un cambio cultural, por su dignidad y sus derechos.
Esta cruzada permite ayudar a los discapacitados en su proceso de integración familiar, escolar, comunitaria, social y laboral, a través de programas médico terapéuticos, psicosociales, educacionales y de desarrollo personal y recreación, a cargo de equipos multidisciplinarios de especialistas. Basta con señalar que 9 de cada 10 niños con discapacidad física en Chile se rehabilitan en esos institutos. De los niños entre 4 y 17 años que atiende Teletón, el 87% asiste al sistema escolar, con lo que se da una integración e inclusión de personas con capacidades diferentes, indicando con ello que la inclusión es respetar y valorar nuestras diferencias.
El año pasado, la Teletón se desarrolló en condiciones muy diferentes a lo que se hacía tradicionalmente, debido a la pandemia, pero el objetivo fue el mismo: expresar la solidaridad mediante donaciones, en esa oportunidad por vía digital, para permitir la rehabilitación e inclusión de los niños con capacidades diferentes. Pero nada de esto habría sido posible sin la confianza, el cariño y las donaciones de millones de personas que hace 43 años cooperan con la Teletón. Por eso, la institución ha decidido lanzar esta iniciativa que busca agradecer el cariño de la gente, que ha permitido que la obra siga adelante. Con una serie de avisos y videos que han sido especialmente preparados para esta ocasión, y que serán difundidas a través de distintos medios de comunicación y redes sociales, la institución irá develando testimonios y ejemplos concretos de lo que ha sido su trabajo desde la última campaña, realizada en abril de 2020 y que había sido postergada a fines de 2019.
Pero la Teletón hoy es mucho más que las 27 horas que se transmiten por televisión, porque es fundamental para ver una realidad que si no se difundiera por los medios de comunicación, permanecería escondida. Esta cruzada solidaria ha sido capaz de unir a los chilenos en esta noble causa. Bien es sabido que alrededor del 70% de los ingresos de la fundación provienen de aportes de las personas y el resto corresponde a las empresas que participan en la campaña.
La institución ha señalado que pese a este período difícil, no podía cerrar sus puertas y, por el contrario, puso énfasis en la necesidad de cuidarse del virus y no detener los procesos de rehabilitación, que son fundamentales para el presente y futuro de miles de pacientes y sus familias.