Déficit de precipitaciones y temperaturas primaverales reafirman el impacto del cambio climático en la Región
En lo que va del año, el Biobío lleva acumulada una escasez de agua sobre el 48% respecto a un periodo normal. Se prevé un verano caluroso y que continúe la falta de lluvias en los próximos tres meses.
A primera hora del día, heladas, y al mediodía, temperaturas cálidas que obligaban a dejar los abrigos de lado y que marcaban por sobre los 15°C en los termómetros. ¿Lluvias? Apenas un par de jornadas. Así se podría resumir cómo fue el mes de julio en la Región del Biobío en el ámbito meteorológico y que mantiene a la zona en lo que va del año con un déficit de agua del 48% respecto a un año normal.
Si bien para ambos fenómenos hay una explicación técnica, la gran respuesta está directamente relacionada con el cambio climático, indican los expertos. Y si bien desde el año 2010 se empezó a acuñar el término "megasequía", desde el 2019 ya se habla de una "intersequía" por la agudización de la problemática en la zona central del país, donde hay puntos con 100% de déficit de agua caída.
Los pronósticos no son alentadores ni para los próximos tres meses ni para el verano, ya que las mediciones indican que la escasez de lluvias continuará y se prevé un verano caluroso que, sumado a la sequía, propiciarían la generación de incendios forestales. Si bien esta semana hay pronóstico de lluvias, no alcanza a suplir el déficit.
CADA VEZ MENOS LLUVIAS
El doctor en Ciencias de la Atmósfera y docente de la Universidad de Concepción, Juan Insunza, explicó que la escasez de precipitaciones viene ocurriendo hace varios años entre La Serena y Chiloé, principalmente. "El Anticiclón del Pacífico Sur, que se ubica frente a Chile y regula el clima de Chile central, ha estado muy fortalecido, ha sido de altas presiones en los inviernos y eso significa que actúa como barrera que no les permite el libre paso a los sistemas de mal tiempo y por eso han escaseado las precipitaciones", detalló.
Agregó que "cuando en alguna situación meteorológica se debilita, y como estamos en invierno, tiende a moverse más hacia el norte, en ese caso los sistemas frontales logran pasar y se producen las precipitaciones. Pero estos últimos años eso ha ocurrido con muy poca frecuencia".
De hecho, en el mes de julio, según indica el informe de Meteorología, sólo cayó agua seis de los 31 días y apenas en tres de ellos se superaron los 20 milímetros de lluvia. Por otro lado, el déficit de precipitaciones en lo que va del año es del 48% y a la fecha llevamos acumulado 407,8 milímetros de agua caída y lo normal a la fecha son 786,4 milímetros.
Alejandra Stehr, doctora en Ciencias Ambientales, académica e investigadora del Centro de Ciencias Ambientales EULA, explicó que "el problema no es que existe un déficit de sólo este año, llevamos 12 años así, nos estamos gastando la reserva de agua porque también llevamos varios años en que ha caído menos nieve. Y eso significa que no se llenen los acuíferos ni caudales para el verano como debería".
Esa situación fue comentada por quienes el mes pasado, durante las vacaciones de invierno, quisieron ir a la nieve y se encontraron con que había poca acumulada en zonas donde normalmente se podía esquiar en temporadas pasadas.
DÍAS MÁS CÁLIDOS
A la escasez de lluvia, este año también llamaron la atención las temperaturas más altas para la época invernal, lo que, si bien se registró en el Biobío, tomó más fuerza desde El Maule hacia el norte, en lo que se denominó "ola de calor invernal". De todas formas, el día 28 de julio -según la Estación Carriel Sur, se registraron 21 grados de máxima.
Insunza precisó que "la temperatura se elevó mucho más de lo normal, entre 3 a 4 grados del promedio y entre 2 a 3 días, con valores más extremos desde El Maule hacia el norte y a nivel local hemos tenido eventos más esporádicos".
Eso sí, aclaró que "las temperaturas mínimas también han tenido un comportamiento raro, porque en el momento en que se producen las olas de calor durante las tardes, las mínimas son más frías durante las mañanas. Han sido eventos externos anormales que están relacionados directamente con el cambio climático".
En tanto, Alejandra Stehr puntualizó que "este año ha sido más caluroso, hemos tenido temperaturas más altas y esa ha sido la tendencia de los últimos 40 años, que a de poco ha ido subiendo la temperatura. Puede que baje un poco, pero la tendencia macro es el alza".
CAMBIO CLIMÁTICO
Respecto al fortalecimiento del Anticiclón del Pacífico Sur que evita que los sistemas frontales lleguen al continente, Insunza precisó que "la contaminación en general ayuda a reforzar el efecto invernadero, en definitiva, lo que hace es aumentar la temperatura del aire del planeta y eso produce el cambio climático global. El aumento de la concentración de contaminantes y en particular del CO2 (dióxido de carbono) lo refuerzan".
Stehr comentó que el clima siempre está en base a un promedio de 30 años, eso es lo que se compara.
Hace un mes la Dirección General de Aguas hizo una actualización de los nuevos promedios. Sobre estos datos, la experta afirmó que "antes estábamos desde el 80 al 2010 y ahora tenemos desde el 90 al 2020. Cada 10 años se van actualizando los promedios". Y, por supuesto, los últimos 10 años reflejan una disminución del promedio de las precipitaciones.
La doctora en Ciencias Ambientales prevé que "puede que tengamos una tendencia a la disminución de las precipitaciones, pero los fenómenos van a ser más intensos. Si antes llovían 100 milímetros en 100 días, hoy puede que sea la mitad en un solo día y que tengamos inundaciones como lo que sucedió en Europa".
Asimismo, Stehr cree que se debe trabajar en la adaptación al cambio climático: "Tenemos que adaptarnos a eso, porque si hoy cortáramos todos los gases de efecto invernadero aun así no podríamos paralizar este cambio y tenemos que apuntar a comunidades más resilientes, avanzar en la captura de agua lluvia y otras técnicas de agua de cultivo y en la eficiencia en el uso".
Para los próximos tres meses, Insunza indicó que las temperaturas mínimas seguirán siendo bajas y se espera un verano caluroso porque han llegado menos sistemas frontales y con menos cantidad de precipitaciones. "En julio llovió 60% menos de lo normal, en invierno casi no ha llovido y la megasequía pasó a ser una intersequía con zonas con sobre un 75% de déficit", cerró.