"No es materia del sector productivo aquello que es asunto de los poderes del Estado"
En medio de su visita de esta semana a la zona, el líder de la Confederación de la Producción y del Comercio plantea a EL SUR los caminos a seguir para intentar poner fin al histórico conflicto. En su análisis, asegura que los actores privados no tienen responsabilidad en el origen de la problemática.
nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
"Es muy difícil pensar en que el conflicto en Arauco se va a resolver de forma inmediata". Así de tajante fue Juan Sutil Servoin, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) a la hora de analizar el escenario que afecta desde hace bastante tiempo a la Macrozona Sur del país y que, cada vez, se acrecienta. El diagnóstico lo entrega a EL SUR en medio de una apretada agenda que estuvo marcada por una visita a dicha provincia y en la que mantuvo diversas reuniones con actores del mundo empresarial, político y social del territorio.
Por lo mismo, dijo que para frenar el conflicto es vital entender que la violencia, finalmente, ahuyentará el turismo, las inversiones, el desarrollo, a los contratistas forestales, a los transportistas y a las familias que quieren vivir en paz.
-Los esfuerzos para frenar la violencia han sido infructíferos, incluidos los acuerdos y propuestas de los sectores público y privado. En ese sentido, ¿por dónde cree que pasa la estrategia para recuperar la ansiada paz social? ¿Qué falta gatillar para encontrar el camino?
-Hay que generar conciencia de que hay que aislar la demanda de los pueblos originarios con el mal uso de esas demandas. Muy pocos se escudan en ellas y transforman esto en narcotráfico, en robo de madera, en opresión y en terrorismo. Ahí hay mucho que hacer, desde el punto de vista de conversarlo e ir aislando esas demandas que no tienen relación con los pueblos originarios. Lo peor es que se está empezando a ver opresión y tiranía de ellos en el control del territorio, y eso es gravísimo.
-¿Cuesta separar ambas cosas?
-Hoy cuesta. Hay un sector de la sociedad, especialmente la izquierda más dura, que no los separa.
-Mucho se ha criticado al Estado, pero ¿hay alguna autocrítica del sector empresarial sobre lo que ocurre en Arauco, especialmente de parte de las forestales? ¿Algo que pudieron hacer distinto estas empresas en su entorno?
-El problema acá es político. Es un problema de avance, en virtud de resolver las demandas y conflictos que existen con el pueblo mapuche. Las empresas podemos trabajar, colaborar y hacer muchas cosas, pero, finalmente, no es materia del sector productivo aquello que es asunto de los poderes del Estado. Estamos realmente en un terreno en donde es difícil avanzar, pero no hay que perder la esperanza.
-¿Pero qué está dispuesto a ceder el sector privado para avanzar en soluciones reales? Eso, en atención de que son los privados los que están presentes de forma más directa en los lugares de conflicto.
-El sector forestal siempre ha estado dispuesto a colaborar desde el punto de vista de su desarrollo productivo y la contribución a la fuerza de trabajo respecto a la sustentabilidad y sostenibilidad. También desde el punto de vista de haber vendido tierras que en algún minuto han sido demandadas por la Conadi, a través de tierras que correspondían a títulos de merced u otros. Por lo tanto, ha habido una colaboración y, por cierto, están dispuestos a seguir colaborando. Así como está evolucionando la sociedad, las empresas también evolucionan.
-¿Descarta entonces alguna autocrítica?
-Mire, cuando usted me pregunta si hay una autocrítica, yo le pregunto: ¿usted no tiene una autocrítica como periodista de no haber advertido o cubierto antes esto desde una perspectiva global? La pregunta final que tenemos que hacernos todos como sociedad es en qué podemos contribuir para que esto cambie, pero resulta que por mucho que nosotros queramos contribuir a este diálogo, no lo podemos hacer si hay gente que está vinculada al delito, al asesinato, al narcotráfico, a la opresión y a la tiranía, como ya se está viviendo. Además, creo que es muy importante que esto llegue a la realidad de todo el sector político del país para que entiendan. Por eso es importante hacer la ruta y la calle, tal como lo he hecho yo.
-¿Qué efecto puede tener este diálogo al que aspira?
-Mientras más se conversa y más uno se ponga en el lugar del otro, se podrá encontrar un punto de avance. Eso será fundamental. Acá tiene que pasar algo parecido a lo que ocurrió con el retorno a la democracia, en donde las personas que están fuera del marco de la ley y del diálogo queden aisladas para poder avanzar.
-¿Cuánto de verdad hay en los impactos medioambientales que se le endosan a la actividad forestal? Por un lado, ustedes advierten el hecho de que un gran porcentaje de la población rural no cuenta con agua potable, pero por otro hay actores que responsabilizan a las forestales de mermar el recurso.
-Hay de todo. Hay que pensar que las forestales han contribuido a reforestar zonas que habían sido brutalmente cultivadas y que han sido lavadas por el tiempo con las lluvias, lo que termina embancando los cauces de los ríos y generando un problema ecológico. Por otro lado, hay algunos que sostienen que los bosques también retienen los cauces. Creo que hay cierto equilibrio. No son efectivos en su totalidad aquellos puntos que plantea ese sector.
Carretera hídrica
-¿El sector empresarial de la zona está preparado para llevar a cabo un cambio en 360° que ayude a frenar el cambio climático? La ONU dijo que quedan cero años para evitar un panorama peligroso.
-Sin duda, nuestra generación, que tendrá que vivir este desastre, es la misma que tiene que hacer los cambios sustanciales. Hoy no solo tenemos el dilema, sino que la obligación de hacer el cambio y permear eso en toda la sociedad.
-Usted es uno de los impulsores de la denominada "carretera hídrica", propuesta que busca, en parte, menguar los impactos del cambio climático en Chile, según ha remarcado. ¿En qué etapa se encuentra la iniciativa?
-Está en etapa de conocimiento y estudio de parte de la comisión de Concesiones. Tenemos fe de que sea declarada de interés público para poder seguir avanzando con las comunidades en su estudio y, ojalá, concreción. Estamos en la etapa final del proceso. Tengo confianza en que eso avanzará para bien y veremos después cómo se puede implementar para que contribuya a mitigar los problemas de recurso hídrico y que haya solidaridad entre las cuencas. Eso tiene que permitir que Chile avance en su proyecto de ser una potencia agroalimentaria.
-Hay empresarios locales como José Miguel Stegmeier que han criticado la implementación de este plan. Él decía hace un tiempo que esperaba que usted no utilice su cargo para impulsar este proyecto.
-Creo que él hace una crítica infundada, pero pienso que ha ido cambiando en su opinión. Lo primero que hace el proyecto es que riega y distribuye el agua en la Región del Biobío y así hacia el norte. Por lo tanto, hay un cambio en ciertas opiniones de algunos científicos o profesores de las universidades, en Concepción, respecto al origen y la forma de hacer este proyecto. En la medida de que la gente conozca el plan en profundidad y entendiendo lo que nos ocurre con el cambio climático, pienso que habrá mayor entendimiento e interés para que se realice.