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A la misma pregunta, la analista de datos de la Universidad del Bío-Bío, Susana Riquelme, considera que "tras el estallido social y con la movilización de las personas que fueron a votar por el plebiscito, se generó que la gente vea que a través del voto hay una posibilidad de transformación y eso es importante. Y eso es especialmente en las personas más jóvenes, que por muchos años no votaban o anulaban".
Esto responde a un análisis del votante que realizó el Servicio Electoral (Servel) que indica que a nivel nacional se sumó 1 millón 271 mil 143 votantes para el Plebiscito del 2020, quienes nunca se había sumado a una elección, pese a estar inscritos en comicios anteriores. Asimismo, 1 millón 333 mil 616 electores no votó en el plebiscito, pese a que sí había sufragado en comicios anteriores.
"Nos demuestra que la ciudadanía se mueve a la urna cuando es fundamental que muestre su opinión, muchos países tienen una participación del 40% al 50% cuando está la percepción del que sistema funciona y lo hace relativamente bien y que cualquiera de las dos opciones que sean electas va a ser aceptable. Entonces, la gente se moviliza a las urnas cuando hay situaciones especiales y que pueden cambiar el escenario, por ejemplo, el plebiscito", dice Lesley Briceño, doctora en Ciencia Política y académica de la Universidad del Desarrollo.
Por eso apunta a que, en mayo, cuando confluyeron cuatro elecciones: constituyentes, gobernador regional, alcaldes y concejales, bajó la participación porque el tener cuatro papeletas pudo haber desincentivado la participación. Si, por ejemplo, los convencionales se hubieran elegido solos, quizás habría causado mayor interés; pero por la pandemia se terminó juntando elecciones tan diferentes entre sí.
PÉRDIDAS DE LOS "TRADICIONALES"
En esta elección primaria participaron dos conglomerados: Chile Vamos, que está compuesto por la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN), Evolución Política (Evópoli) y el Partido Regionalista Independiente Demócrata (PRI); los dos primeros surgidos en la década del 80. También se midió Apruebo Dignidad, compuesto por el Partido Comunista (PC), la Federación Regionalista Verde (FRVS), Partido Igualdad (PI), Revolución Democrática (RD), Convergencia Social (CS) y Comunes; además de otros movimientos sin conformación legal.
Para la analista de datos de la Universidad del Bío-Bío y magister en Política y Gobierno, Susana Riquelme, en esta primaria recién pasada se repiten los resultados que se vieron en mayo pasado, especialmente en la elección de los constituyentes con la irrupción de los independientes. "Lo que ocurrió es el quiebre de los partidos tradicionales. Y si bien a (Sebastián) Sichel lo levantó la derecha, no es la misma derecha que conocemos o no son los mismos partidos los que lo eligen, porque están sumamente desprestigiados. Los partidos tradicionales están súper agotados en el sentido de la representación que tienen, ya sean estos de izquierda o de derecha", precisa la analista.
"La elección de la derecha es un mensaje a los partidos. Es interesante el fenómeno de (Sebastián) Sichel que, sin estructura partidista, sin alcaldes, sin el aparataje tradicional que tienen otros candidatos, y aun así gana la primaria y contra un candidato que representa la historia de la UDI", complementa Lucas Serrano, director ejecutivo de Observa Biobío respecto a las preferencias de los votantes que sufragaron por el conglomerado de Chile Vamos.
Riquelme recalca que "la gente está pensando que quiere cambios y que sean importantes, pero al mismo tiempo, al momento de ver y visualizar quién puede gobernar, quizás puede ser más moderado su voto, porque sorprendió la brecha de Boric con Jadue y lo mismo con Lavín".
En la misma línea, Lesley Briceño, cientista política agrega que estos resultados arrojaron que "es necesario un cambio generacional, ambos candidatos son jóvenes, que no tienen el clásico discurso del Sí y el No. Hay una necesidad de recambio de las coaliciones y partidos, que es algo que la sociedad civil estaba pidiendo hace rato, pero que no había sido escuchada y ahora lo estamos viendo".
Además, precisa que era esperable los resultados de participación en la derecha, "donde han tenido reveces políticos importantes y se esperaba repetir o estar cerca de movilizar un número de votos similar al 2017. Lo que sucedió significa también un desgaste del conglomerado, que no logran encantar a todas las personas o votantes que se identifican con ellos. Aun así, tienen una buena capacidad de movilizar gente. Se ve que hay una identificación con la centro derecha, pero no acorde con los partidos políticos tradicionales, hay un giro hacia la independencia".
Respecto a por qué no se vio reflejado ese cambio de preferencias en las encuestas que, por ejemplo, daban por favorito a Joaquín Lavín por Chile Vamos y a Daniel Jadue por Apruebo Dignidad, Briceño cree que "puede que haya que revisar la metodología de algunas, pero también es probable que el elector no diga la verdad al momento en que se le pregunta, piense que si dice que vota por A es más aceptable y por eso lo hace, puede ser un factor".
CONSOLIDACIÓN DEL SECTOR
Se debe reconocer que el año 2017, el Frente Amplio era una coalición incipiente que se había medido un año antes en las municipales, pero donde su principal logró a la fecha de las primarias aún no había ocurrido y no tenían ningún representante. Por eso, su participación en primarias fue con magros votos, especialmente en las comunas más rurales, donde no se superaban los 50 votos al sector.
Para Lucas Serrano, "se comienzan a posicionar en territorios fuera de Santiago, con la ventaja de que Boric es de regiones y eso da una especie de apoyo distinto desde otros sectores, por eso la brecha entre ellos no es tan grande en la Región Metropolitana. Además, gracias a la pandemia, el aumento de uso de las redes sociales, se ha masificado su mensaje a otras latitudes de Chile y no sólo a las grandes ciudades. El 2017, tanto Alberto Mayol como Beatriz Sánchez no eran figuras regionalistas ni ciudadanas".
El aumento de convocatorias ciudadanas en distintas comunas del país, favoreció a que dichas orgánicas se sintieran representadas en lo que transmite Apruebo Dignidad. Por eso, con esta primaria, Serrano se atreve a decir que "el Frente Amplio está consolidado, su poder está más que comprobado, eso no quiere decir que esté en su etapa final, creo que va a seguir mutando". Esto, porque pese a que se suma el PC y partidos de izquierda, el Frente Amplio actual no está compuesto por los mismos movimientos que en sus inicios, aunque los nombres anclas, como Gabriel Boric y Giorgio Jackson, se mantengan.
"Hoy fueron la primaria más votada, que le hayan ganado cómodamente a la primaria de la derecha, ciertamente es porque hay un nivel de consolidación, de que es un proyecto que es visto con buenos ojos. Recordemos que en las presidenciales pasadas, hubo críticas a la encuesta CEP porque subvaloró el poder de Beatriz Sánchez, quien por poco pasa a segunda vuelta y le gana a Alejandro Guillier. Algunas personas dijeron que, si hubieran sabido que Sánchez era más competitiva, hubieran votado por ella", dice.
Por su parte, Lesley Briceño, puntualiza que "hay un porcentaje importante de votantes que crece en esta oportunidad y que se identifican con Apruebo Dignidad, principalmente, una percepción de que ese sector los representa mucho más que hace cuatro años".
Briceño cree que Apruebo Dignidad, a diferencia de Chile Vamos, sólo podía crecer en esta oportunidad, eso sí, cree que ese aumento está más relacionado con el Frente Amplio y no con la votación obtenida por el candidato comunista, "que mantiene sus porcentajes habituales para su sector", detalla.
También le agrega los guiños de Gabriel Boric en las últimas semanas a sectores tradicionales de la antigua Concertación y que no son militantes, que lo vieron a él como una alternativa viable. Pero, aclara "en una primaria no se miden con otros partidos, si bien es un bloque más consolidado, aún no podemos decir que sea una gran fuerza electoral. Eso podría verse después de noviembre, si tienen posibilidad de crecer más o no".
La realización de elecciones con escaso margen de diferencia, puede incentivar la participación en los más jóvenes.