Estudio demuestra que la mayoría de empleos recuperados son informales
El documento expone que los sectores que más han sumado ocupación informal son industrias manufactureras y construcción.
Si bien en la ocupación local se han revertido paulatinamente las cifras negativas originadas por la emergencia, el último boletín laboral del Centro de Economía y Política Regional (CEPR) de la Universidad Adolfo Ibáñez -producto diseñado con el apoyo del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social- revela que la mayor parte de los empleos recuperados en la zona corresponde a puestos de trabajo informales.
Al comparar el trimestre de menor ocupación de 2020 (abril-junio) respecto a sus niveles en 2021 y observar cuánto de ello se ha recobrado entre marzo y mayo de este año, el estudio indica que "se aprecia que ha habido una recuperación mayor de empleos informales que formales, mostrando que la ocupación en la Región se ha precarizado debido a la crisis derivada de la pandemia".
En concreto, se precisa que en este período se han reactivado 43.447 empleos informales y 14.968 formales. Estos números son equivalentes, por ejemplo, al 6,2% y 2,1% del empleo que había en el trimestre abril-junio de 2019, respectivamente, período en el que Biobío registró más de 700 mil ocupados.
Frente a este panorama, Hugo Salgado, economista de la Universidad de Concepción y editor del equipo CEPR, enfatiza la necesidad de adoptar políticas específicas de fortalecimiento para las pequeñas y medianas empresas regionales a través de presupuesto de decisión local. "La idea es que todo eso pueda orientarse a actividades que generen empleos", destaca.
MANUFACTURA Y CONSTRUCCIÓN
Otra de las materias relevantes del documento dice relación con los rubros que más participación en ocupación informal han ganado, pero con respecto al trimestre marzo-mayo 2019. En este grupo destacan las áreas de industrias manufactureras y construcción, "lo que sugiere que el mercado de trabajo informal está prestando espacios para aminorar los impactos de la pérdida de ocupación en estos sectores más que en otros", reza el boletín.
Según Salgado, dichos sectores han podido enfrentar de buena forma la crisis, situación que ha permitido sostener e incrementar los niveles de empleo en algunos casos. Eso sí, argumenta que el hecho de que se haya ganado participación informal se debe, fundamentalmente, a la inestabilidad de las actividades que vuelven a retomar sus niveles y que impide a las empresas realizar compromisos, inversiones y contrataciones de más largo plazo.
Mientras la industria manufacturera ha sumado 3.373 plazas en el período en cuestión, la construcción lo hizo en 3.126. Sobre el punto, el gerente general de Asexma Biobío, Alfredo Meneses, y la presidenta de la CChC Concepción, Helen Martin, coinciden en que este es un fenómeno que obedece a diversos factores, entre los que asoma la entrega de bonos para enfrentar la emergencia sanitaria.
En el ámbito de la construcción, Martin explica que la informalidad se palpa en aquellos trabajadores que recibieron ayudas del Estado y que hoy vuelcan sus esfuerzos a los denominados "pololos". "La gente ha ampliado y mejorado sus viviendas y ha utilizado un montón de mano de obra que, generalmente, estaba en las obras de construcción, pero hoy están diseminados dentro de la ciudad haciendo muchos mejoramientos de viviendas particulares y eso ha llevado a la informalidad", sostiene.
En tanto, Meneses añade que el contar con bonos de ayuda e ingresos extra por el trabajo informal genera, naturalmente, una sumatoria mayor en comparación al sueldo que se obtendría por una tarea formal. Por lo mismo, dice que el desafío no está solo en invitar a las personas a volver a sus trabajos, sino que en hacer un gran esfuerzo, especialmente desde el punto de vista de los privados.
"Tenemos que mejorar las condiciones, de tal manera que al volver a la labor formal se permita cierta estabilidad en el costo de vida (…) Hay que hacer un esfuerzo conjunto, porque los ingresos tienen que mejorar, y no hay que hablar de sueldo mínimo, sino que de ingresos éticos. Este es un fenómeno real e innegable", precisa Meneses.
Editor del equipo CEPR enfatiza la necesidad de adoptar políticas específicas de fortalecimiento para las pequeñas y medianas empresas.