La adaptabilidad laboral es la piedra angular para conseguir el ascenso laboral femenino
Expertas explicaron porqué las mujeres tienen dificultades para ascender en las organizaciones y cómo funciona la adaptabilidad laboral para una mayor equidad de género. De igual manera, detallaron los beneficios que la inclusión de más líderes femeninas otorgaría a las empresas.
El concepto "techo de cristal" se publicó por primera vez en un artículo del Wall Street Journal en 1986 y en él se describieron las barreras socioculturales y de género a las que se ven expuestas las mujeres trabajadoras altamente calificadas, impidiéndoles con ello, alcanzar mayores niveles jerárquicos en el mundo de los negocios, independiente de sus logros, capacidades o méritos. Desde entonces, varios expertos han utilizado este concepto para describir las desigualdades de género presentes en el mundo laboral.
"El techo de cristal se cimienta sobre rasgos que son difíciles de detectar, por eso no se ve y se le denomina cristal. Esta barrera invisible aparece cuando las mujeres se acercan a la parte superior de la jerarquía corporativa y se les bloquea la posibilidad de avanzar hacia cargos de nivel gerencial o ejecutivo. Aquello, fundamentado en estereotipos, sesgos y prejuicios", afirmó Alina Muñoz, académica de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián.
De hecho, así lo demostró el "Segundo reporte de indicadores de género en las empresas en Chile" de 2020, realizado por el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género en colaboración con la Fundación Chile Mujeres. Según sus resultados, de las 460 organizaciones analizadas, que en promedio tienen 15 cargos de gerencia, "tres de ellos son ocupados por mujeres y 12 por hombres. En el caso de los directorios, que en promedio tienen ocho posiciones, estas son ocupadas por una mujer y siete hombres, evidenciando cómo la participación de mujeres disminuye aún más respecto a la de los hombres", se lee.
Para la presidenta de la Fundación Chile Mujeres, Francisca Jünemann, los datos dan cuenta de que el desarrollo profesional femenino es un embudo, ya que entre mayor ascenso menor es su nivel de participación. "Las mujeres no logran ascender, porque las condiciones laborales no se los permiten, debido a que no hay adaptabilidad laboral", sentenció.
Tecnología y beneficios
Según Francisca Jünemann, también magíster en Derecho de Familia de la Universidad de Barcelona, el concepto de adaptabilidad laboral se define como: "El principio por el cual las condiciones laborales tanto espaciales como temporales se adaptan a las necesidades de las personas". Por ende, sostuvo la abogada, los líderles organizacionales que destaquen durante la pandemia serán aquellos que no solo incorporen la tecnología sino esta manera de trabajar para beneficio de sus empleados.
"En 2014 se hizo un estudio a más de 285 mil empresas de 160 países, donde más del 75% de los gerentes de recursos humanos señalaron que las medidas de adaptabilidad tuvieron un impacto positivo en la organización y en la producción. Además, un 84% aseguró que impactaron positivamente en la calidad de vida de los trabajadores", dijo Jünemann.
En esta misma línea, la abogada explicó que una buena cultura laboral y, en particular, del teletrabajo se construye sobre la base de tres principios: "Adaptabilidad entendida como las condiciones espacio temporales que se adaptan a las necesidades personales y familiares de los miembros de la organización; corresponsabilidad, en la que ambos padres participen en la crianza de los hijos a través de la existencia del teletrabajo, y respeto a los trabajadores, es decir, que los medios de control laborales no invadan su vida privada".
Mayor rentabilidad
Una vez superada la pandemia, que las empresas logren mantener esta nueva forma de trabajar fundamentada en las necesidades de los miembros de la organización será crucial para hacerlas atractivas a nuevos talentos y competitivas en el mercado. Aquello sobre todo para las mujeres, quienes tendrán cada vez más participación en las organizaciones.
Así lo afirmó Francisca Jünemann, quien dijo que las organizaciones que cuentan con una mayor diversidad de género tienen entre un 10% y 15% más de rentabilidad. Asimismo, si una mujer llega a un puesto de directorio, "existe la tendencia de que se produzca una mayor equidad de género en todas las áreas de la organización", aseveró.
Por lo demás, Alina Muñoz sostuvo que los aportes femeninos no se supeditan solo a la empatía y a la capacidad de organización, cualidades que, según ella, socioculturalmente se han definido como propias de la mujer. "Con ello, vemos que el origen de las brechas y del techo de cristal no se relaciona con la falta de reconocimiento a las habilidades y méritos de las mujeres, sino con identificar cargos que históricamente no han sido campo del 'debe ser' para la mujer", puntualizó.