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-¿Y qué va a hacer?
-Lo que vamos a tener que hacer es pedirle los antecedentes necesarios para el traspaso y sin duda vamos a tener que desarrollar un trabajo muy intenso para levantar el clima interno del Gore y comprometer a los trabajadores en la mayor diligencia posible para ocupar los dineros en los múltiples problemas que hoy existen. En el ámbito interno el trabajo va a ser de levantar la moral de la gente, porque están sin dirección hace rato, y también cumplir un ordenamiento interno. Eso es puertas adentro. Y puertas afuera, un trabajo muy vinculado con los municipios, porque son los principales socios de los gobiernos regionales.
-¿Y se puede revertir esta baja ejecución en estos seis o cinco meses que van a quedar del año?
-Por cierto que vamos a tener que lograrlo. El nivel y profundidad del daño que existe todavía no lo logro dimensionar. Por eso voy a pedir antecedentes muy precisos al intendente Kuhn: cuántos juicios pendientes tiene el Gobierno Regional, si el Ministerio del Interior ha pagado las deudas que tiene con el Gore, cuál es el estado real de tramitación de los proyectos, si a los contratistas se les está pagando a 30 días o no, cuántos proyectos no han sido enviados a revisión, si los convenios están firmados, si las remesas se pasan a tiempo, si se cursan las solicitudes de creaciones presupuestarias a la Dirección de Presupuesto.
-Usted ya estuvo ahí. ¿Hace eso más ágil la instalación?
-Un tema que es bien importante es el arrastre del Gore. Leí en EL SUR hace unos días que lo comprometido se estimaba del orden de tres presupuestos, lo que empieza a ser riesgoso para hacer una adecuada gestión y el pago de los compromisos existentes. No puede ser que uno apruebe un proyecto y termina ejecutándolo tres años después. Para ser muy responsable, lo que vamos a hacer es recibir antecedentes y luego vamos a contrastarlo con la realidad. Lo haremos las primeras semanas después de haber asumido el cargo. Y ahí vamos a poder decir "este es el real estado en el que recibimos el Gobierno Regional".
Atribuciones
-Cuando asuma no van a estar en vigencia las 15 atribuciones que dice la ley que le tienen que traspasar. Va a llegar y no va a poder hacer todas las cosas que, según la ley, debería poder hacer...
-Este gobierno no cree en la transferencia de competencias, porque además las 15 atribuciones son de papel. La conversación seria de transferencia de poder a las regiones la vamos a tener en dos niveles: con las futuras candidaturas presidenciales, que las conoceremos hacia fines de agosto, y en el nivel constitucional. No me hago muchas ilusiones con lo que va a dejar este gobierno. Imagine la falta de respeto que constituye, desde el punto de vista simbólico, que a pocos días de asumir esta nueva institucionalidad no haya oficinas. A lo mejor alguien en Santiago cree que uno anda peleando por un escritorio. Da lo mismo el escritorio. Estoy en absoluto desacuerdo con que se quieran gastar 140 millones de pesos, que se están sacando del presupuesto de inversiones, es decir, del dinero para hacer pozos, escuelas, agua, para gasto ornamental para la figura del delegado presidencial. Me parece inmoral que se saque dinero del Gore para pasárselo al Ministerio del Interior. Soy una persona súper tolerante, pero si alguien toca el dinero del Gore voy a pedir los juicios de cuenta que corresponde.
-Y con las atribuciones que va a tener, ¿cree que va a poder hacer algo este año?
-Claro. Conozco súper bien al Gobierno Regional y a diferencia de quienes no lo conocen y opinan, con las atribuciones que tiene se puede hacer mucho. Si se creó una división de infraestructura, lo lógico hubiese sido que el Serviu se traspasara al Gore. Con la división social, lo mismo con el Fosis. Si se creó una división de fomento productivo, que la Corfo e Indap se traspasaran, pero no quisieron hacerlo.
-Como experiencia piloto tenemos el comité de Desarrollo Productivo. Si dependiera de usted, ¿habría que mantenerlo?
-No tiene una buena evaluación. Mi impresión es que tenemos que volver a Innova Biobío, que fue una experiencia de esta región. El comité terminó siendo menos que Innova, y al final del día terminó siendo una experiencia más centralista.
-¿Se podría volver a Innova Biobío con las atribuciones que tiene?
-Hay que negociarlo con quienes van a gobernar el país. Este gobierno va de salida y casi no está gobernando. Además ha tenido mal récord respecto a esta región y lo digo con harta pena, porque es la ciudadanía la que paga las consecuencias. Vamos a conversar con quienes van a detentar el poder después. Lo voy a hacer con todos quienes se inscriban de candidatos a la República. Ya hemos dado algunos pasos para contactarnos con los distintos gobernadores regionales para generar una propuesta común. Todos queremos que las empresas paguen sus impuestos en el lugar donde generan su riqueza, no en los lugares donde están las casas matrices. Queremos que se paguen en Negrete, San Rosendo, Talcahuano, Coronel, donde están las faenas. Eso vale para el puerto, el retail, la industria forestal, las pesqueras.
Sustentabilidad
-En su programa y en su actividad después de su triunfo, mencionó el desarrollo sustentable. ¿A qué apunta con eso? ¿Es una crítica al actual sistema ambiental?
-Cuando revisé distintos estudios de opinión pública, la necesidad de trabajo y el cuidado del medio ambiente aparecen dentro de las cinco principales preocupaciones de la gente de la región. Si necesitamos trabajo, pero tenemos un planeta finito, es realmente importante que definamos en la región qué queremos hacer en materia de empleo y sostenibilidad. Tenemos dos planes de descontaminación que están marchando a pasos de tortuga. Tenemos que ver qué queremos hacer en materia de generación de residuos, de emisión, cuidado del agua y las cuencas, en reciclaje, reutilización de recursos, cuidado de ecosistemas, me parece que son materias muy necesarias de debatir y voy a convocar a un grupo lo más amplio y plural posible para que conversemos y luego sometamos a deliberación del Consejo Regional una propuesta de política ambiental. Parte de las obligaciones del Gobierno Regional es construir políticas para que podamos hacer planes de inversión y que ocupemos los dineros del Gore para implementar los planes que definamos. Me rebelo a que sigamos financiando los déficits de los ministerios centrales, a comprarle computadores al Minsal o autos al Mineduc. Debemos usar nuestros recursos en financiar las brechas que definamos.
-En el caso ambiental, el Consejo (de Evaluación Ambiental) debe pronunciarse a ciertas iniciativas. ¿Está de acuerdo con la política ambiental?
-Lo primero es que construiremos una política y vamos a definir planes en materia ambiental. En segundo lugar, voy a crear una unidad de medio ambiente en el Gore para que se encargue de que esta política se gestione. Eso no existe hoy. En segundo lugar, la legislación ambiental chilena necesita una mejora sustantiva. Nadie está de acuerdo con el sistema, ni las comunidades ni los inversionistas. Necesitamos algo distinto. Hay una necesidad de perfeccionar el sistema de evaluación de impacto ambiental. Eso no está en ámbito de facultades del Gore, pero sí crear una unidad ambiental, porque tenemos que pronunciarnos y tenemos recursos y si queremos abordar, por ejemplo, la tala del bosque nativo y la deforestación del cordón de Nonguén, algo podemos hacer si tenemos nuestros propios recursos regionales. También nos preocupa que la gente se siga intoxicando por el uso de leña, porque lo que están haciendo los ministerios es a paso de tortuga y a costa de la salud de las personas de la región.
-¿Se arrepiente de alguna decisión que tomó como intendente?
-No, porque lo que hice siempre fue cumplir con la ley irrestrictamente, que establece que el Consejo de Evaluación Ambiental se debe pronunciar en base al informe consolidado que entrega el Servicio de Evaluación Ambiental y tiene señalado taxativamente cuándo se puede abstener y bajo qué causales y también señala que para oponerse hay que hacerlo fundamentadamente. Lo que hice fue privilegiar el opinar fundamentadamente y aquellas cosas que aprobé lo hice de esa manera. También tuve rechazos, de los cuales tampoco me arrepiento, como la central termoeléctrica que se quería instalar en Laraquete, y también me siento muy contento de haber impulsado una profunda renovación de la matriz energética de la región, que da pie a que hoy se haya podido cerrar Bocamina I y que Bocamina II se cierre en abril del próximo año. Cuando uno gobierna no puede decir que se apaga el switch, porque todo funciona en base a energía.
-Es que en su rol de intendente su jefa era la Presidenta y ahora como gobernador regional su jefe, entre comillas, son todos los que viven en la región. A veces uno tiene que tomar decisiones que son conforme a la ley, pero no con los que uno está de acuerdo.
-Lo pasado está hecho y las personas tendrán su opinión, pero para el futuro puedo decir que abriré más canales de participación ciudadana para temas que son de discusión pública. Esto es mejor que tomar decisiones cerradas, porque no siempre el que habla más es el que cuenta con más adhesión.
-¿Qué pasa con los proyectos que son complejos? Como GNL Penco Lirquén...
-Es una pregunta hipotética, porque ese proyecto se murió.
-Si tiene que votar el Consejo y tienen que regir ciertas leyes, pero la ciudadanía no está de acuerdo…
-Aún no se define quién lo va a integrar, si el delegado presidencial o el gobernador. Tiene una normativa que lo rige y el Gobierno Regional está autorizado para entregar su opinión dentro del proceso de evaluación. Lo que digo es que construyamos una política ambiental para que no estemos dando opiniones caso a caso. Hay algunos proyectos que tienen efecto sistémico y habría que considerar todos los impactos. Hay organizaciones de la sociedad civil que hacen activismo y en su derecho están, pero la responsabilidad del gobernante es gobernar bien, por tanto, tiene que incorporar los criterios que la sociedad considera relevantes como bienes a cautelar e integrarlo.