La crucial relevancia de la elección de hoy
Independiente de quien logre el triunfo en las urnas, es un hecho que Biobío vivirá hoy una jornada histórica. Por primera vez los ciudadanos tendrán la oportunidad de elegir de forma democrática a una autoridad regional que -más allá de las limitaciones con que iniciará sus funciones- tendrá un rol muy relevante en la conducción y ruta que tome nuestra zona para su futuro.
Un reportaje que se publica en esta edición profundiza en las atribuciones y principales tareas que deberá asumir la persona que ocupará el cargo de gobernador o gobernadora regional.
Con todos sus matices, es indudable que estamos frente a un avance muy significativo en un proceso vinculado a la descentralización del país. Pero es importante enfatizar que se trata de un punto de partido de un camino cuyo éxito dependerá en parte de la calidad de la gestión de quien elija cada región en el marco del proceso de expresión ciudadana. Por lo pronto, se sabe que se tratará de una autoridad que tendrá una mayor validación regional, ya que no dependerá solo de la nominación y confianza de la autoridad central, sino que deberá responder directamente a la apuesta que realicen los electores de cada región.
Según lo establece la Ley 21.073, la nueva autoridad tendrá a su cargo la formulación de las políticas de desarrollo de la región, así como los instrumentos que las aterrizan, además del presupuesto regional. Junto con ello, le corresponderá la coordinación, supervigilancia o fiscalización de los servicios públicos que dependen o se relacionan con el Gobierno Regional.
Cabe recordar que para que esto ocurra, se debió ejecutar una reforma constitucional que estableció la elección popular de los gobernadores regionales, como órgano ejecutivo de la gestión regional y se definió la distribución de las funciones que actualmente pertenecen a los intendentes (figura que desaparece) entre los representantes del Ejecutivo (delegados) y las autoridades electas por la ciudadanía (gobernadores regionales).
Este último punto ha sido motivo de algunos cuestionamientos, ya que hay quienes plantean con justa razón un escenario poco claro en relación a quién ejercerá efectivamente el "mando" en las regiones a partir de la creación de estas dos figuras. En ese sentido, los más críticos aluden a que podría repetirse un escenario similar a las de los consejeros regionales, que si bien son electos democráticamente, suelen quejarse de que no cuentan con suficientes atribuciones para realizar su labor.
Con todo, lo que está claro es que la figura del gobernador regional será clave en la alineación del camino que se trace la propia Región en materia de su desarrollo, con las prioridades que se soliciten establecer con miras a que toda la inversión pública sea coherente con esos principios específicos establecidos en cada territorio.
De esta forma, la figura del gobernador regional deberá apelar de forma muy intensa a una buena coordinación multinivel -desde los municipios hasta el Gobierno central y, por supuesto pasando por el propio Gobierno Regional- así como a una creciente capacidad de fomentar la articulación público-privada en la definición de un verdadero "proyecto regional", que represente, convoque e interprete los intereses y aspiraciones locales.
Es también muy importante considerar que este ejercicio de democratización viene de la mano del proceso de traspaso creciente de competencias desde el nivel central a las regiones. Realizar una adecuada transferencia de éstas al gobernador regional permitirá consolidar esta nueva figura política regional, quien a su vez se verá obligado a llevar adelante adecuadas relaciones intergubernamentales, independiente de quién detente el poder central.
Se debe destacar la naturaleza de la campaña realizada en Biobío, tanto en la primera como esta segunda vuelta, ya que primó el respeto y espíritu cívico. Así, por ejemplo, hubo debates organizados por medios de comunicación como EL SUR, donde los candidatos estuvieron dispuestos a plantear sus puntos de vista con respeto y sin la estridencia, descalificaciones y hasta mentiras que han caracterizado a esta etapa en otras regiones. Aquello debe destacarse, pues es un sello que debe mantenerse por el bien de la ciudadanía y la propia política.
A ello se suma el hecho de que hoy los votantes elegirán entre dos candidaturas de personas con una trayectoria pública reconocida en la Región, que también entre sí han expresado respeto e incluso muestran algunas coincidencias en aspectos vinculados a la forma de potenciar el desarrollo local. Además, han sido responsables en no sobredimensionar las expectativas en torno al cargo, acción también relevante si se trata de conducir de manera responsable los destinos del territorio y su gente.
Se debe destacar la naturaleza de la campaña realizada en Biobío, tanto en la primera como en esta segunda vuelta, donde los candidatos estuvieron dispuestos a plantear sus puntos de vista con respeto y sin la estridencia, descalificaciones y hasta mentiras que han caracterizado a esta etapa en otras regiones del país.