Síndrome del impostor: cuando la inseguridad se torna enemiga
Sentir que los logros laborales han sido fruto del azar, vivir con injustificado temor a ser descubierto como "fraude" y no valorar las propias capacidades intelectuales son indicios de este frecuente trastorno.
Acuñado en 1978 por las sicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, el denominado "síndrome del impostor" es un fenómeno cada vez más frecuente en el mundo laboral, y que se caracteriza porque una persona es capaz de asumir o internalizar sus logros -suele explicarlos como fruto del azar- y, peor aún, vive con un injustificado temor a que el resto lo descubra como un fraude, o alguien sin mérito.
Este trastorno, señalan especialistas, ha afectado, al menos una vez, a siete de cada 10 personas y ha sido ampliamente abordado por diversos especialistas en el mundo.
Sus primeras estudiosas lo descubrieron tras investigar por varios años a mujeres exitosas en términos laborales y académicos que, no obstante, no se describían a sí mismas como exitosas y vivían con una constante sensación de insatisfacción.
El cuadro, pese a su frecuencia, no ha sido todavía catalogado como una enfermedad mental, sino como un trastorno sicológico.
MÁS EN MUJERES
Según Carmen Luz Morales, gerente general de People & Partners, este trastorno "afecta mayormente a quienes tienen mayores niveles de inseguridad, lo que les impide empoderarse de sus propios y legítimos logros".
Estas personas, según la especialista, "se convencen de que los buenos resultados de su trayectoria son atribuibles a la suerte o al hecho de estar en el lugar preciso en el momento adecuado y no como fruto de su desempeño. Es común, por ejemplo, en personas perfeccionistas con metas muy altas y que habitualmente no se sienten satisfechas por pensar que lo podrían haber hecho mejor".
Además, señala que personalidades individualistas también pueden verse afectadas, cuando mantienen una actitud de rechazo a a ayuda que otros quieren brindarles, al considerarla como algo que les puede hacer perder valía.
El fenómeno, de mayor frecuencia en mujeres, puede ser gatillado por factores que acrecientan el sentimiento de inseguridad. "Las desvinculaciones siempre pueden llevar a un proceso de cuestionamiento interno que nos hace dudar de nosotros mismos y de nuestras capacidades. Por ello es muy importante y necesario que las empresas entreguen feedback constante y apoyen a las personas que atraviesan ese proceso".
CÓMO DETECTARLO
¿Cómo advertir su presencia? Especialistas identifican patrones, como la sensación de ser intelectualmente débil y el temor a que esa debilidad sea descubierta. También la sensación fatigante de nunca estar a la altura de las expectativas, frecuente en los más autoexigentes.
El "síndrome del impostor" puede enfrentarse con actividades sencillas: hacer una lista de nuestros logros y orgullos, asociándolas a habilidades comunes en todos ellos, para luego internalizarlas como herramientas propias. También mejorar el autoconocimiento y la autogestión cuando surjan pensamientos negativos hacia nosotros mismos.
7 se acuñó el concepto por dos psicólogas. Pese a su frecuencia, aún no es considerado una enfermedad, sino un trastorno.
1978 de cada 10 personas han sufrido alguna vez la sensación de inseguridad conocida como "síndrome del impostor".