Reemplazo del carbón por energías limpias
En mayo de 2019, el Presidente Sebastián Piñera anunció el acuerdo a que llegó el Gobierno con las empresas generadoras a carbón Aes Gener, Colbún, Enel y Engie, para aplicar un plan de retiro en dos etapas: la salida de las ocho más antiguas plantas en un plazo de hasta cinco años, y la segunda fase, que es el cierre de las 28 termoeléctricas de este tipo que operan en el país, antes de 2040. Este plan de retiro es uno de los ejes estratégicos para combatir el cambio climático y lograr la carbono neutralidad al 2050.
Hace unos días, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, ha señalado que el programa marcha de acuerdo a lo estimado y para el 2025 ya se habrán retirado la mitad de las centrales termoeléctricas a carbón que operan en el país, para seguir consolidando la era de las energías limpias y dejar atrás la era del carbón. En los últimos días de diciembre pasado, se había cumplido el cierre de Ventanas I, ubicada en Puchuncaví, y Bocamina I, en Coronel, ambas con más de cincuenta años de operaciones y el programa continúa ya que en 2022 deberá salir Bocamina II. Esto tiene efectos positivos, tanto para las regiones en las cuales están emplazadas esas termoeléctricas, como para todo el país, ya que la transición hacia una matriz energética más limpia muestra el compromiso para reducir la contaminación local y las emisiones de dióxido de carbono que generan el calentamiento global.
Una central termoeléctrica se emplea para la generación de electricidad a partir de la energía liberada en forma de calor, mediante la combustión del petróleo, gas natural o carbón. Este calor es empleado para mover alternadores y producir energía eléctrica. Pero la emisión de residuos a la atmósfera y los propios procesos de combustión que se producen tienen una incidencia importante sobre el medio ambiente. El problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales convencionales que utilizan carbón, porque la combustión tiene como consecuencia la emisión de partículas, ácidos de azufre y dióxido de carbono. Por ello, en la zona de Coronel ha habido un historial de conflictos y movilizaciones de la comunidad en contra de esas plantas.
La transición hacia una matriz energética más limpia y el compromiso hacia la carbono neutralidad al año 2050 es una gran oportunidad para mejorar la calidad de vida de los chilenos, por lo que se deben seguir buscando oportunidades para ir más rápido, considerando factores operativos, laborales y ambientales. No obstante, hay que considerar que el cese de actividades de esas plantas debe cumplir con un período de transición, ya que representa un problema social en las respectivas localidades, donde hay muchas personas que están vinculadas laboralmente a ellas y por lo tanto deben ser reubicadas. Por ello, los ministerios de Energía, de Medio Ambiente y del Trabajo, realizan una labor conjunta con diversas organizaciones, para desarrollar una estrategia de transición que haga frente al plan de descarbonización, pero a la vez para abordar las consecuencias sociales y laborales que implica.
Chile puede pasar de ser un importador de combustibles fósiles a un exportador de energía limpia, gracias a su gran potencial de recursos naturales. Por ello, el ministro Jobet ha señalado que el país tiene el potencial renovable para instalar setenta veces más capacidad que la existente hoy, con energías limpias, como es el caso del desarrollo de la industria de hidrógeno verde, incluso con la capacidad para exportar esa energía, y contribuir así a una recuperación sustentable del planeta. Se señala con frecuencia que las Energías Renovables no Convencionales (Ernc) son las energías del futuro y Chile no está ajeno a esta tendencia. Las autoridades las han apoyado y estimulado en las últimas décadas, mientras tienen el respaldo de la ciudadanía, que ve en ellas la solución limpia al abastecimiento. Se prevé que otras Ernc que también prosperarán en Chile serán la solar y eólica, tecnologías que generan en la medida que dispongan del recurso sol y viento.
Chile puede pasar de ser un importador de combustibles fósiles a un exportador de energía limpia, gracias a su gran potencial de recursos naturales. El ministro Julio César Jobet ha señalado que el país tiene el potencial renovable para instalar setenta veces más capacidad que la existente hoy.