Gustavo Sáez: el legado de un periodista y actor que se quedará en el corazón penquista
Formado en las artes teatrales y profesional de la prensa, también fue parte del Diario El Sur desde la década de los 80.
Quedarán los recuerdos, enseñanzas, la humildad, el cariño y la simpatía de Gustavo Sáez Sáez. "Creo que va a estar en el corazón de los penquistas durante mucho tiempo (...) Sin duda, dejó una huella", reafirma Julio Muñoz, compañero y amigo de rutas artísticas, desde la fundación de la compañía Teatro El Rostro, junto a Ximena Ramírez y Augusto Pescador, en 1978.
A raíz de un daño pulmonar que, igualmente, no le impidió estar en los escenarios hasta 2019, el actor y también periodista falleció el domingo a los 83 años; dejando una larga estela de obras, las cuales también llevó a escena durante su estada en el TUC y Teatro Caracol, desde los 60, año de la fundación del citado grupo. Allí junto a su amada Ximena, José Chesta y Berta Quiero.
"Fue un compañero de trabajo, un amigo y muchas cosas más. Gustavo no era un hombre que se expresara con grandes teorías sobre el teatro, pero sabía mucho", anota Muñoz sobre su colega formado profesionalmente bajo el alero de la UdeC y el TUC, a partir de 1953.
El exintegrante de El Rostro, donde estuvo hasta 2016, enfatiza en el amplio conocimiento teatral de Sáez, quien "además de estudiar con maestros como Eduardo de la Barra, entrevistó a muchas figuras teatrales de Santiago y Concepción, como periodista -carrera desarrollada en Radio UdeC, en sus inicios profesionales en 1959, y Diario El Sur hasta 2006, por lo que su experiencia en este ámbito fue muy amplia".
- Desde lo escénico ¿cuál es la obra (El Rostro estrenó unas 80) que mantendrá como un hito en sus propios recuerdos?
- De las que hicimos juntos, que son muchas, recuerdo especialmente "Amor a la africana", de Isidora Aguirre, con la que partimos con el Rostro y estrenamos en el Teatro UdeC, en 1978. Hicimos la hazaña ahí de replantear el teatro, es decir, hicimos una obra con una propuesta social más significativa, pues había que correr la valla de la medida de lo posible, en esa oportunidad bajo la dirección de Ximena Ramírez (considerando el contexto político fue jugada para la época).
PROFESIONAL TOTAL
Se toma su tiempo antes de hablar. "Muy simpático en sus roles, muy gracioso. Me llegó a sonreír al recordar sus actuaciones".
Gloria Varela compartió con Gustavo Sáez y los integrantes del Teatro El Rostro, desde que asumió como directora de Extensión Cultural de la Ucsc (2001).
Han pasado casi dos décadas de aquel tiempo, y para la también actriz formada en el TUC, Sáez fue un hombre de sincera bondad y muy profesional en su hacer, parte del cual estuvo dedicada al teatro infantil, en los ya clásicos domingos de montajes familiares.
"Realizaron una labor tan bien dedicada a los niños y la familia, como también montajes para un público adulto", indica Varela, destacando la entrega de Sáez, a quien vio en escena hasta el 18/O.
"Todavía recuerdo que empezamos a ver la posibilidad de trabajar juntos con teatro para niños en el Aula Magna", señala, sobre una labor realizada ahí hasta 2012, luego continuada en la sala del campus San Andrés.
"Fue una constante colaboración la que tuvimos con Teatro El Rostro, donde Gustavo siempre se caracterizó por la disciplina, el rigor, la puntualidad y, lo más importante, el respeto al público con el cumplir los compromisos teatrales. Sin duda, el teatro fue su tema, ocupándose de lo que iban a montar y los detalles de las obras.
-Esa relación, también debió trascender en lo personal.
-Muy amable, cariñoso y deferente. Nunca discutía con las personas, nada de eso. Buen actor y muy simpático en sus roles. Particularmente, muy querido en la universidad, por todo el personal.
Ese cariño es el que también expresa y sintió Maira Perales, actriz de una nueva generación e integrante de la compañía La Otra Zapatilla, desde su partida en 2007.
Compartieron escena en 2013, en "Las tres hermanas" de Chejov, dirigida por Irina Saverskaia.
"Tuve el honor de estar con él en esa obra que hicimos en Artistas del Acero, con un elenco bien grande. Era de los primeros en llegar al ensayo, súper responsable con sus textos. Con toda la trayectoria que tenía se nota que era un hombre de teatro, que realizaba su labor con mucha responsabilidad, humildad, respetando lo que se proponía en el montaje y al resto del elenco", resumió Perales.