Por Nicolás Álvarez Arrau

En una etapa terminal se encuentra la 15° modificación del Plan Regulador Comunal (PRC) de Concepción. Así lo estableció este martes la Seremi de Vivienda y Urbanismo, razón por la que se facultó al municipio a suspender los nuevos permisos de edificación que sobrepasen las alturas establecidas en la propuesta de actualización: 5, 7, 9, 12 y 15 pisos de acuerdo a la zona.

La posible aprobación -que se espera ocurra en los próximos tres meses, según Vivienda- es vista con preocupación por algunos actores ligados al tema. Desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Concepción plantean que el hecho de disminuir la cantidad de pisos en el casco histórico de la capital regional incidirá directamente en el incremento del valor de las viviendas, especialmente si se mantiene la misma demanda y hay una baja oferta.

Bernardo Suazo, vicepresidente del gremio local, explica que en general la experiencia de otras comunas del país demuestra que ante escenarios como este los precios tienden a elevarse una vez que el stock de proyectos inmobiliarios comienza a mermar. "Es cierto que esto va a subir. De hecho, lo mismo ocurrió en áreas de Providencia, en donde se redujeron las alturas, por lo que un departamento que antes podría haber costado 2 mil UF hoy cuesta 4 mil UF o 5 mil UF y con los mismos metros cuadrados", graficó.

IMPACTO EN INVERSIÓN

Otro fenómeno que advierte Suazo dice relación con la expansión de viviendas a otras áreas de la intercomuna con terrenos más baratos, es decir, es posible que la inversión se traslade a otras ciudades tales como Talcahuano, San Pedro de la Paz o Hualpén.

El planteamiento del vicepresidente de la CChC Concepción es recogido también por el presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, Sergio Baeriswyl. Eso sí, el arquitecto y urbanista penquista enfatiza que el efecto mayor se notará en las iniciativas que dejarán de levantarse en la zona a futuro.

"Claramente, habrá una pérdida de inversión, y eso puede significar envejecimiento del centro, deterioro y más despoblamiento. También representa segregación, que es un fenómeno que se apareja inmediatamente con las distorsiones de inversión", asegura.

En el corto plazo, sin embargo, aclara que aún será probable ver torres de altura o gran altura en construcción, al menos durante los siguientes dos años. Esto obedece a que previo al congelamiento ya habían ingresado decenas de permisos. "Eso es negativo, ya que habría sido mucho más adecuado haber encontrado una fórmula de densificación equilibrada que hubiese evitado este adelantamiento", reconoce Baeriswyl.

"MIEDO INFUNDADO"

Para el decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción (UdeC), Leonel Pérez, y la directora del Magíster en Patrimonio Arquitectónico y Urbano de la Universidad del Bío-Bío (UBB), María Isabel López, los argumentos que hablan sobre un alza en los valores de las viviendas o la baja en inversión en el centro penquista obedecen más bien a "temores infundados".

En primer lugar, el académico UdeC comenta que el costo de los departamentos no está relacionado directamente con la modificación, ya que los precios han subido constantemente a lo largo de los años por una serie de efectos: la escasez de suelo o el aumento de los costos en la construcción. Por lo mismo, dice que la limitación en altura pasa a ser uno más de los factores, "pero no es incidente, ya que, desgraciadamente, los precios seguirán creciendo haya o no haya limitaciones".

En cuanto a las inversiones que se puedan proyectar, cree que estas implicarán una redirección en el sentido de adaptarse a nuevas formas de vida, más allá de llevarlas a otras zonas de la Provincia. "La idea es que se produzcan otro tipo de departamentos, no tan pequeños. Ese es un desafío para los centros urbanos", aventura.

En la misma línea, López advierte que, si bien la inversión de las inmobiliarias podría verse trastocada con la actualización del PRC, está la oportunidad de que esta se vea fortalecida en otro tipo de negocios que están en el entorno y que ya no se verán perjudicados por grandes edificios.

Sobre los valores, coincide con Pérez y asegura que este es un asunto mucho más complejo y que tiene que ver más bien con un tema de "especulación inmobiliaria".

Buenas noticias arrojó hace unos días el informe 2020 de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) titulado "Estado de situación de las principales pesquerías chilenas". Este trabajo evidenció que estas aún presentan signos de recuperación, ya que ninguno de los recursos tuvo cambios negativos en su estado en relación a 2019. Además, cuatro especies pasaron de estar sobreexplotadas a sanas y en plena explotación.

El documento fue destacado por la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes). Según Verónica Ceballos, gerente de Asuntos Públicos del gremio, en la macrozona centro sur el 75% de las pesquerías en las que tienen participación las empresas del organismo se hallan en plena explotación.

"Estamos muy comprometidos con el cuidado de los recursos, porque pesquerías sanas son riqueza para el país hoy y para el futuro, así como trabajo para miles de familias del sector artesanal e industrial", sentenció la ejecutiva.

ESTADO LOCAL

De los ocho recursos más relevantes para la macrozona centro sur, seis se encuentran en estado de plena explotación. La merluza común y la merluza de cola están sobrepexplotada y agotada, respectivamente.

"Lamentablemente, la merluza común sigue en estado de sobreexplotación, con algún riesgo de agotamiento. En los últimos años, esta pesquería ha mostrado leves signos de recuperación, pero en el crucero efectuado en agosto de 2020 se muestra una desaceleración de este proceso. Los objetivos de manejo no han sido suficientes para lograr la recuperación de este recurso debido al alto nivel de pesca ilegal al que está sometido", explicó la jefa de Sustentabilidad de la Asipes, Monserrat Jamett.

A diferencia de Jamett, la Subpesca comentó que la situación de la merluza común representa un indicio positivo: "Técnicamente, está sobreexplotada, pero sigue dando señales de recuperación (…) Subpesca viene trabajando desde un tiempo en un plan de recuperación de la merluza común".

La jefa de Sustentabilidad destacó también el cambio de estatus favorable de la anchoveta -especie importante para el sector artesanal que aumentó su biomasa en 41% con respecto a 2019- y la recuperación del jurel.

Empresarios, ejecutivos y directores de la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC) Biobío se reunieron de forma virtual con el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil.

La reunión fue organizada por el Comité de Reactivación Económica del gremio regional y tuvo como foco plantear las necesidades del empresariado local en un escenario productivo afectado por la pandemia, especialmente en atención a la generación de políticas públicas relacionadas al empleo y a la focalización de recursos para recuperar la economía en la zona.

Sutil reafirmó la idea de mantener el dinamismo de las actividades esenciales, más aún ante las nuevas restricciones de movilidad dada la alta tasa de contagios. "Hace poco le planteamos al ministro Lucas Palacios (Economía) la importancia que tienen las firmas esenciales y mantener su actividad (…) Una medida que impide el delivery de las pymes es catastrófica para su continuidad", cuestionó.

El vicepresidente de la CPC Biobío, Álvaro Ananías, planteó que "hemos constatado que sectores como el forestal, la pesca y la agricultura están siendo fuertemente impactados por problemáticas legales, sociales y de cambio climático".

El director de CPC Biobío José Miguel Stegmeier abordó la necesidad de reasignar de mejor manera los recursos a través de un proceso de modernización del Estado y de enfrentar la violencia en la macrozona sur.