Emprendedoras buscan impulsar innovación kinésica en Hospital Sótero del Río
A la fecha, el trabajo que lleva por nombre "Alba" está a la espera de ser validado por profesionales médicos del recinto de salud metropolitano. El objetivo es ser un aporte en materia de rehabilitación.
En 2018, un grupo de estudiantes de la Universidad del Desarrollo generó una iniciativa denominada "Alba", proyecto de titulación que se creó en el marco de un programa de innovación y emprendimiento de la misma casa de estudios. En aquel momento, la temática exigida estuvo relacionada a resolver inconvenientes en el área de salud.
Pamela Salazar, ingeniera civil industrial y directora ejecutiva de uMov -firma bajo la cual promueven la idea-, recuerda que ese proceso las llevó a encontrar un problema que enfrentan muchas personas con accidentes cerebrovasculares. "Al sufrir este accidente y quedar con parálisis en un lado del cuerpo, las personas generalmente no recibían una correcta rehabilitación y quedaban en condición de discapacidad para toda su vida, sobre todo por la falta de herramientas", cuenta.
Así, en vista de la falta de dispositivos específicos de rehabilitación, Pamela y su equipo elaboraron un sistema compuesto por un hardware y un software que mejora la movilidad por medio de una terapia autónoma, en donde el miembro del lado con movilidad normal guía al miembro del costado con falencias, pero con un mecanismo de agarre y de acuerdo a una diversidad de recorridos.
"El instrumento cuenta además con un monitor que contiene una aplicación destinada a los pacientes. Ahí hay sensores que registran toda la rehabilitación y una asistente virtual les dice cuáles son los ejercicios que deben hacer. Eso ayuda a que se mejore el lado cognitivo", detalla.
Alba también puede ser utilizado por adultos mayores, mujeres post operadas de cáncer de mama o quienes sufren de parkinson, alzheimer, artrosis, lesiones de mango rotador o artritis.
De los cuatro estudiantes que fundaron la propuesta en 2018 solo quedan dos: Pamela Salazar y Tamara Aballay, encargada de Operaciones de la empresa. A ellas se suman Paulina Rosales, directora de Márketing y Ventas, y Sebastián Niklitschek, director de Tecnología.
PROYECTO PILOTO
Actualmente, el proyecto Alba es impulsado por IncubaUdeC, instancia que junto al apoyo de la Universidad de Chile les abrió las puertas para llevar adelante un proceso de pilotaje en el Hospital Sótero del Río, en la Región Metropolitana. "Este es un buen espacio porque ellos tienen toda esta metodología de la innovación y de aceptar elementos médicos", comenta la profesional.
Durante estos días las emprendedoras esperan definir los protocolos para visar finalmente los tres dispositivos puestos a prueba en el complejo asistencial de Puente Alto. El objetivo es que los pilotos comiencen su ejecución a más tardar la segunda semana de abril.
"Con dos buscamos validar el tema del funcionamiento y ver si generan un impacto en la rehabilitación. El otro, que quedará en el área de Medicina Física, permitirá evaluar el nivel de discapacidad o funcionalidad de las extremidades de los pacientes (...) Esto posibilitará tener una evaluación que hoy no existe", explica.
De haber resultados positivos, las fundadoras pretenden que este recinto se transforme en una especie de centro de pilotaje para desarrollar e implementar mejoras del emprendimiento penquista. La experta agrega que el equipo está esperanzado en poder publicar los resultados en una revista científica, escenario que facilitará el posterior ingreso al mercado y expandir el negocio.
CAMINO ARDUO
Innovar y emprender en salud es un camino difícil. Así al menos lo cree Pamela, quien de acuerdo a su experiencia reconoce que ingresar a mercados de este tipo significa un mayor esfuerzo al requerirse validaciones exhaustivas. Añade que por lo mismo es normal ver iniciativas de salud que caen al poco tiempo.
"Emprender en salud es súper complejo. Por ejemplo, las organizaciones que entregan los fondos se dan cuenta de eso y cada vez más están limitando los recursos a estos emprendimientos, pues saben que es un camino súper difícil (…) Igual por ser mujeres nos pasa mucho que nos toman menos en cuenta", desliza.
Eso sí, plantea que ya es posible ver un cambio cultural en esta línea, lo que se ve reflejado en el hecho de que los hospitales Guillermo Grant Benavente y el mismo Sótero del Río se están convirtiendo cada vez más en instituciones de pilotaje disponibles para recibir ideas innovadoras. "Eso ya es un cambio", dice la directora ejecutiva de uMov.
A través de Alba, las fundadoras apuntan a mejorar la calidad de vida de pacientes mediante la entrega de una herramienta autónoma de rehabilitación.
2018
surgió la idea de trabajar en la iniciativa en el contexto de un proyecto de titulación de estudiantes.