Essbio proyecta inversión quinquenal superior a $84 mil millones en Biobío
Las obras de la firma sanitaria apuntan a prever potenciales efectos del cambio climático y la escasez hídrica. Expertos advierten que este problema requiere aplicar una estrategia regional.
La escasez hídrica es un fenmeno que cada vez se acrecienta en el territorio nacional. Actualmente, y según información de Essbio, este complejo panorama es posible palparlo, por ejemplo, en Florida, comuna rural de la Región del Biobío que incluso requiere ayudas provenientes de ciudades vecinas para abastecer de buena manera a su población.
En vista de escenarios semejantes, la empresa de servicios sanitarios trabaja en un plan quinquenal que tiene por objeto subsanar gran parte del problema, así como llevar adelante otros dos desafíos asociados a la nueva relación empresa-cliente postpandemia y a la generación de programas que respondan a las actuales demandas sociales.
"Se ha hablado mucho de que la escasez hídrica está en el norte y centro del país, pero la realidad concreta es que nosotros en la Región, y particularmente en las zonas precordilleranas, sufrimos más. Por eso estamos reforzando nuestro plan de inversiones", revela Cristian Vergara, gerente general de Essbio.
Según el ejecutivo, la compañía invertirá localmente más de $84 mil millones, dineros que se distribuirán dentro de los próximos cinco años para enfrentar la insuficiencia hídrica y el crecimiento de las urbes. Cerca de $26 mil millones se ejecutarán durante 2021 para levantar obras de resiliencia e infraestructura.
La cifra para el siguiente quinquenio es 11,6% más alta que la que se proyectó en 2020. El aumento obedece al paquete especial de inversiones formulado en virtud de estas nuevas dificultades, según argumentan desde la empresa. Por su parte, el monto 2021 registra un alza de 3% en comparación a lo que se programó el año pasado.
PROYECTOS
Dentro de las medidas más urgentes, comenta Vergara, asoma la interconexión de los sistemas de Florida y Quillón, obra que busca incorporar más de 25 litros por segundo a través de una inversión de $3.800 millones. "Al ser una zona precordillerana hay pocas fuentes de agua (…) Ahí hay una fuerte presión por desarrollar viviendas y para que eso se materialice se necesita factibilidad de agua", argumenta.
El gerente general puntualiza además que las iniciativas incluidas en este plan de inversión contemplan $4.603 millones para mejorar la calidad de agua en comunas como Chiguayante, San Pedro de la Paz, Santa Juana, Yumbel o Santa Bárbara.
"Estas inversiones apuntan a prever potenciales efectos de cambios dramáticos en la condición de los afluentes (…) Con esto no queremos que se altere la continuidad del servicio", plantea Vergara.
Otros de los desafíos propuestos por la firma sanitaria tienen que ver con la ampliación de 18 plantas de tratamiento de aguas servidas producto del crecimiento urbano y la construcción de nuevos sistemas, tal como se espera ocurra en el sector de Rafael, en Tomé.
La programación quinquenal de Essbio se enmarca en un compromiso que debe ser fiscalizado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS
Desde la academia, en tanto, advierten que el tema de la escasez hídrica es un inconveniente que se vive a nivel urbano y rural. Además de Florida, grafican que existen otros sectores afectados cercanos a Los Ángeles, Arauco o Yumbel.
"Este es un asunto que preocupa, ya que vemos que hay un movimiento del cambio climático hacia el sur, pero también hay cosas que podemos hacer para no quedarnos sentados a esperar", sostiene Gladys Vidal, directora del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (CRHIAM).
La académica de la Universidad de Concepción explica que, en función de los recursos disponibles, es fundamental consolidar una estrategia hídrica regional para tener un balance de la cuenca, conectar el territorio con el agua o plantear la posibilidad de reusar este elemento vital para el consumo diario o en el desarrollo socioeconómico. Este trabajo ya presenta camino recorrido y es comandado por la Dirección General de Aguas.
Álvaro Boehmwald, académico de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental de la Universidad San Sebastián, sede Concepción, sigue la misma línea y menciona que el déficit hídrico en el Biobío ha bordeado el 30% en los últimos años, sobre todo en lugares de mayor ruralidad, "aunque el escenario se ha extendido incluso a sectores urbanos".
Por lo mismo, el experto propone elaborar instancias que concienticen a las personas y confeccionar políticas públicas que involucren a los territorios. "Hay que articular esas políticas con las reales necesidades de las comunidades, pero no solo bajo el marco económico, pues de ser así se seguirá privilegiando la disponibilidad de agua para las actividades productivas y no para el consumo humano", subraya.