EE.UU. vuelve al Consejo de DD.HH buscando denunciar a China y Rusia
El secretario de Estado, Antony Blinken, advirtió ante Naciones Unidas que el organismo necesita cambios, como dejar de tener un enfoque contra Israel y expulsar a los estados miembros que "tienen los peores registros de derechos humanos".
Estados Unidos marcó su regreso al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, después de tres años de ausencia durante la administración del expresidente Donald Trump, con la advertencia de que lo usará para denunciar las violaciones a las libertades fundamentales en China, Rusia y Venezuela e intentará reducir su sesgo "antiisraelí".
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ayer intervino por primera vez en este foro, realizado en formato virtual debido a la pandemia, para manifestar que Washington vuelve a confiar en el Consejo de Naciones Unidas para promover libertades fundamentales, pero no a cualquier precio, porque este órgano, en su opinión, necesita cambios.
El Consejo debería reconsiderar, por ejemplo, "su desproporcionado enfoque contra Israel" o el hecho de que entre sus miembros haya frecuentemente regímenes autoritarios, aseguró Blinken, quien afirmó que "los que tienen peores registros de derechos humanos no deberían ser miembros".
Las frecuentes condenas del Consejo de Derechos Humanos a Israel fueron precisamente usadas por el expresidente Trump, para abandonar este órgano en 2018, aunque en contraste, Blinken anunció que Estados Unidos se presentará como candidato a formar parte de él para 2022-24.
El Consejo de Derechos Humanos, que se reúne tres veces al año durante varias semanas para debatir los principales problemas globales en la materia, se compone de 47 miembros que se renuevan parcialmente cada año, y actualmente tiene en su bancada a países como Rusia, China, Venezuela o Cuba, muy criticados por Washington.
VUELTA CON CONDICIONES
Todos ellos fueron mencionados en su discurso por Blinken, quien señaló que Washington usará el foro para "seguir denunciando abusos en países como Venezuela, Nicaragua, Cuba o Irán" así como "las atrocidades cometidas en Xinjiang" (región del noroeste chino) o "cuando las libertades fundamentales son atacadas en Hong Kong".
Al Gobierno ruso le exigió una vez más que "libere inmediatamente y sin condiciones al opositor Alexéi Navalni (condenado a dos años de cárcel), y otros cientos de ciudadanos rusos erróneamente detenidos por ejercer sus derechos", y también recordó los ataques a las libertades fundamentales en Myanmar, Siria y Corea del Norte.
"Esperamos trabajar con nuestros socios en este órgano y con las ONG de todo el mundo para garantizar que el Consejo cumpla su función y efectivamente contribuya a la mejora de los derechos humanos en el mundo", dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
"EE.UU. no es perfecto, pero trabajamos cada día para mejorar y rendir cuentas", reconoció, haciendo gala de una apertura que afirmó no suele observarse en regímenes autoritarios "que violan derechos humanos con impunidad".
RESPUESTA DE RUSIA
Blinken intervino pocos minutos después de que lo hiciera su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, quien aseguró que el Consejo de Derechos Humanos "no necesita una reforma radical en su estatus", aunque sí concedió que precisa de "algunos ajustes".
Evitando referirse directamente a EE.UU., el ministro de Exteriores ruso criticó a "algunos gobiernos occidentales" por ignorar las llamadas desde Naciones Unidas para que se suspendan las sanciones unilaterales a determinados estados con el fin de favorecer la ayuda humanitaria en la pandemia.
Por su parte, el presidente Vladimir Putin, que no estuvo en la reunión, pidió a los servicios secretos de Rusia que frenen la agresiva política occidental contra Rusia, cuyo objetivo sería contener el desarrollo del país y someterlo a dictados del exterior.
"Nos topamos con la conocida como política de contención de Rusia. Resumiendo, debilitar a Rusia y ponerla bajo control exterior", dijo Putin al dirigirse a la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
ESTRATEGIA DE SUMINISTRO PARA NO DEPENDER DE CHINA
El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que instruye un estudio de 100 días para elaborar una estrategia nacional de suministro que dependa menos de la importación de "rivales extranjeros" como China. El líder estadounidense instruyó a su Gobierno desarrollar una cadena de suministro junto a países aliados en Asia y América Latina para contar con los suministros necesarios para producir vehículos, celulares, equipos militares, fármacos, microchips y minerales. La estrategia busca superar vulnerabilidades en la cadena de suministro y potenciar la producción nacional de esos rubros.
2018 el Gobierno del expresidente Donald Trump se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
47 miembros componen el Consejo, que incluye a Rusia y China. EE.UU. será candidato para el trienio 2022-24