El Catastro Nacional de Campamentos que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo realizó en 2019, identificó en Chile 802 de estos asentamientos, de los cuales 214 se ubican en áreas de riesgos, porque están expuestos a aluviones, avalanchas, incendios forestales o inundaciones en el caso de aquellos que ubican al lado de ríos o zonas costeras bajas. El estudio identificó que son 34.752 personas las que viven en campamentos ubicados en zonas de riesgo en todo el país.

Nuestra Región del Biobío es la que tiene el mayor número de campamentos instalados en áreas riesgosas, con 63, seguida por las regiones de Antofagasta (53) y Metropolitana (22). En cuanto al número de personas que habitan en ellos, Antofagasta concentra la mayor cantidad con 12.856 personas, seguida por las regiones del Biobío con 9.722 y la Metropolitana con 5.041.

De esos 63 campamentos en zonas de riesgo en nuestra región, 16 se encuentran en Lota, 16 en Talcahuano, 10 en Tomé, 8 en Coronel, 3 en Penco, 2 en Laja, 2 en Lebu, 2 en Los Ángeles, 1 en Mulchén, 1 en Curanilahue, 1 en San Pedro de La Paz y 1 en Santa Bárbara, los que albergan 3.928 hogares integrados por 9.722 personas.

A pesar de que hay indicadores de desarrollo que han tenido avances importantes en las últimas décadas, como el aumento del gasto público e inversión en vivienda subsidiada, que ha aumentado nueve veces desde la década de los '90, siempre hay segmentos de la población que quedan al margen de esos avances y que requieren la ayuda del Estado. La pérdida del empleo, los altos costos de los arriendos y razones de tipo económico llevan a muchas familias a tener que instalarse en esos asentamientos. También la inmigración se ha transformado en los últimos años en un factor importante en el crecimiento de los campamentos, sobre todo en el norte de Chile. Por ello, se requiere la coordinación de diversos ministerios, para relocalizar a las familias, y la urbanización y radicación de terrenos que ya ocupan. Hay que considerar que muchos campamentos están en terrenos públicos o privados, lo que requiere de estudios para determinar la ocupación irregular de esos predios y cómo buscar una solución.

En la Región del Biobío, la mayoría de esos reductos de construcciones irregulares se encuentran ubicados en sectores donde hay riesgo de incendios forestales, lo que es crítico en verano, seguidos de aquellos que podrían verse afectados por inundaciones. Esos 63 campamentos ya están siendo intervenidos para dar a las familias una solución habitacional. El ministro Felipe Ward ha indicado que algunos se encuentran en fase de diagnóstico, otros en plan de intervención, en radicación a través de un proyecto de urbanización; en relocalización, o en etapa de cierre, ya sea porque sus habitantes quedarán en el lugar, pero con proyectos de urbanización, mientras otros serán reubicados en lugares distintos.

Si bien muchos creen que las familias pasan de vivir en la calle a instalarse en campamentos, los estudios muestran una realidad distinta. Dos tercios de las personas que viven en los asentamientos precarios antes habitaban una vivienda, aunque la gran mayoría estaba en la condición de allegados. Aparte de los programas del Minvu para contrarrestar el aumento de campamentos, se hace necesaria una discusión de reformas en materia de políticas de suelo, ya que en muchas comunas escasean los sectores susceptibles de urbanización, mientras que otros resultan muy caros.

La carencia de vivienda digna podría mejorar si el Estado implementara algunas medidas, como más subsidios al arriendo joven, y regular el precio de los suelos con el fin de tener acceso a arrendar. Pero es indudable que el tema de los campamentos debe solucionarse eficazmente, avanzando en mejorar las condiciones de vida, porque la falta de una vivienda digna dificulta la cohesión de la familia y tiene una infinidad de derivaciones sociales negativas.

En la Región del Biobío, la mayoría de los campamentos están en sectores donde hay riesgo de incendios forestales, lo que es crítico en verano, seguidos de aquellos que podrían verse afectados por inundaciones. Hay 63 campamentos ya están siendo intervenidos para dar una solución a las familias.

Parto escribiendo dando cuenta de mi calidad de profesor (de universidad), por lo tanto esta columna es un texto cargado de subjetividad, es decir, de experiencia de vida, sueños, miedos, angustias, esperanzas y utopías. En otras palabras, mi subjetividad conlleva asumir una posición política (no confundir con partido), compromiso y defensa de todas y todos aquellos que somos profesoras y profesores y que de una u otra manera, desde un buen tiempo a esta parte, hemos estamos sometidos al ninguneo y hasta menosprecio de padres, apoderados y autoridades políticas. Aquí no se trata de minimizar o querer evadir la crítica, todo lo contrario, bienvenida sea; sin embargo, esa crítica generalizada no tiene la misma rigurosidad y fuerza con otras profesiones.

Lo anterior es posible de observar desde el momento mismo que un joven piensa estudiar para profesor. Cómo se le puede ocurrir a una muchacha o muchacho estudiar una carrera mal pagada, inestable, precarizada, vilipendiada por el medio, sometida a la presión de apoderados, director, sostenedor o alguna fundación, peor aún, una carrera que es el derrotero de penurias y pellejerías. Es decir, estamos ante una profesión que parece ser el camino de la pobreza y la miseria, en el amplio sentido del término. Pero no es todo.

Ya siendo alumna o alumno de alguna pedagogía, viene la infaltable frase que estudia pedagogía lo hace simplemente porque no le dio el puntaje para otra carrera. A esto se agrega la caricatura de ser alumnos "problemáticos", que se pasan gran parte del pregrado en paros, tomas o generando conflictos con las autoridades. Recuerdo cuando estaba realizando mi práctica profesional y una autoridad del colegio donde estaba me dijo: "Ustedes los profesores de Historia, los conflictivos, que se dedican a tirar piedras. Ya sé cómo son".

No se trata de desconocer determinadas realidades y escenarios que se han descrito anteriormente, como las movilizaciones y protestas; sin embargo, aquello no es propiedad o potestad solo de quienes estudian alguna pedagogía. Es cosa de conocer un poco la realidad universitaria para darse cuenta que en aquellos momentos de conflictividad al interior de los planteles universitarios, son varios los alumnos y carreras que se movilizan, que sin duda las áreas de educación o de las ciencias sociales tienden a ser las primeras en enarbolar las banderas de alguna reivindicación y además, lideran movilizaciones, posiblemente por tener mayor conciencia y compromiso de los problemas que aquejan a la sociedad.

De ahí viene la etapa de buscar trabajo, insertarse en el ámbito laboral y sin duda superar aquellas caricaturas, como la del conflictivo o problemático, que se instalan sobre aquellos que estudian para ser profesor. Y por otro lado, tener que enfrentar todo un dispositivo cuasi punitivo, donde en lugar de evaluar casi se juzga o estar sometido a un tribunal compuesto por directores de ciclo, coordinadores, rectores, fundaciones y por supuesto padres y apoderados, algunos de los cuales ven a los profesores como guardadores y subordinados, por lo tanto responsables del éxito o fracaso de sus hijos.

En consecuencia, no se trata de convertir a los profesores en víctimas del sistema, pero al igual que el resto de las profesiones merece un trato digno y respetuoso, por lo tanto dejar de lado las caricaturas e insultos.

"No se trata de minimizar o evadir la crítica, todo lo contrario, bienvenida sea; pero esa crítica no tiene la misma rigurosidad y fuerza con otras profesiones".

Inicio de clases

No es que los profesores no queramos trabajar, al contrario. El problema es cuándo hacerlo de manera presencial. Se pueden retomar las clases en forma remota en la primera semana de marzo, pero las clases presenciales no se deberían retomar antes de que los trabajadores de la educación estén vacunados con la segunda dosis. Si el ministro Palacios considera que juntar 40 jóvenes en una sala de clases, o la mitad, es desestimar medidas como la que dice que en fiestas no puede haber más de seis personas. De acuerdo con la mirada de los ministros Figueroa y Palacios, las discotecas podrían abrir a partir de la fase 2.

alejandro Rubio Ortiz

Nave robot

Perseverance, la nave robot creada y financiada por la Nasa, se posa sobre el planeta Marte, carente de vida y todo el mundo aplaude asombrado por esta nueva hazaña aeroespacial. Entonces pienso que si la increíble inteligencia y recursos materiales de la Nasa y todo el poder existente miraran primero nuestro propio planeta, tan cercano y tan lleno de inmigrantes y pobres terrícolas, las bendiciones llegarían a todos los rincones. Personal perseverante para la pega hay demás.

René rojas salinas

El colmo

El colmo es algo que supera los límites esperados. Si lo que se está viviendo en La Araucanía, con nuevos y reiterados episodios de abusos, destrozos, intimidación, incendios, pérdidas materiales y de vidas, no son una total pérdida del Estado de Derecho ¿entonces qué es? ¿Hasta cuándo señores autoridades? La abulia para actuar al parecer como una reacción políticamente correcta de gobernantes y relacionados también podría entenderse como un "sálvese quien pueda y cómo pueda". Vivimos una crisis similar en la época de la UP y también sabemos en qué terminó. ¿Volveremos a tropezar con la misma piedra?

José Caerols Silva

Reapertura de cines

Luego de un largo periodo de pandemia los cines volverán a abrir sus puertas, bastante tiempo tuvo que pasar para que los chilenos comenzaran a disfrutar de una de sus actividades favoritas en tiempos libres. Espero que nuestras libertades se comiencen a recuperar poco a poco, para así dejar de ver la TV por casa y comenzar a sintonizar una realidad que demanda que el Estado le haga la vida más simple a las personas y no la entorpezca con más restricciones.

Sebastián Millán Calisto

Diabetes

Las personas con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) deben someterse a múltiples pinchazos para obtener sus índices de glucosa y evitar hipoglicemias. Pinchazos que serán para toda la vida, ya que la diabetes tipo 1 es una condición crónica. El gran desafío de las personas insulinodependientes es conseguir un nivel de glucosa en un rango aceptado, para así prevenir las complicaciones de las hipoglicemias e hiperglicemias como enfermedades al riñón, corazón o ceguera. Hay 23 mil personas con diabetes tipo 1 en Chile, quienes deben medirse la glicemia a diario, lo que implica un mínimo de ocho pinchazos en los dedos al día. Hoy la tecnología ayuda a disminuir significativamente esos 3.000 pinchazos al año a través de sensores de glucosa, los cuales se insertan en la piel y la glicemia se transmite a un lector o celular, con tan sólo un escaneo, una herramienta imprescindible, especialmente si se piensa en los niños con esta condición. El tratamiento de la DM1 está incluido en las patologías GES, sin embargo, el sensor de glucosa aún no está incorporado dentro de sus prestaciones. Las madres de niños con diabetes tipo 1 solicitamos que esta tecnología sea al menos codificada en Fonasa e Isapres, para poder obtener algún tipo de reembolso y mejorar su acceso, con el fin de mejorar la calidad de vida y salud mental de todas las personas con DM1.

María Pía Zaldívar

Metáforas

Las metáforas estructuran nuestras actividades en forma natural. Decimos que un susto hizo que se nos subiera el corazón a la boca, o se nos salió por el pecho; el corazón también puede hacernos saltar de alegría. Algunas personas tienen el corazón bien puesto: un corazón de oro. Otras metáforas involucran nuestras extremidades; por ejemplo, decimos que estamos atados de pies y manos. A veces tenemos que actuar al pie de la letra, sobre todo si nos hemos levantado con el pie izquierdo. Si una persona quiere mantener su trabajo tiene que estar todo el tiempo al pie del cañón, y andar con pies de plomo. Si queremos entender lo que pasa en el mundo, debemos estar con los pies bien puestos sobre la tierra porque en todas partes existen personas que se deleitan buscándole las cinco patas al gato. No sigo más…porque puedo meter la pata.

Mauricio Pilleux D.

Pandemia

He escuchado a algunos predicadores propalar que esta pandemia sería "señal de los últimos tiempos". Enfermedades virales han asolado a la humanidad desde épocas inmemoriales, mucho antes de que existiera la escritura. En Asia, Europa y África existía lo que hoy la medicina conoce como tifus, viruela, salmonella entérica, fiebre amarilla, sarampión, tripanosomiasis africana, cólera, peste bubónica, influenza, tifus, malaria, peste bubónica, fiebre recurrente epidémica, poliomielitis, virus John Cunningham, meningitis, dengue, leismaniasis, Ébola, chikungunya virus, parotiditis, measles, hepatitis, encephalitis japonés, infección de virus Nipah, cólera, sida, covid. Estas enfermedades han cobrado millones de vidas humanas, pero la ciencia médica también avanza a pasos agigantados para combatir estas plagas y no porque una autoridad eclesiástica salga a exorcizar el virus desde un avión, se va a extinguir la enfermedad. La mejor manera de formarse una opinión propia es mediante un buen libro. "Debes encontrar tiempo para leer o entregarte a una ignorancia autoelegida" (Confucio).

Nelson Fontt Valenzuela

Recursos

Hay que destacar y agradecer la gran cantidad de recursos (personal, vehículos y tecnología) que se ha destinado para buscar a Tomás, en la provincia de Arauco. También sería ideal que se movilizara igual cantidad de recursos para frenar la violencia y el terrorismo que corroen a Arauco y La Araucanía.

Miguel Martínez

Los propietarios agrícolas de San Carlos, en la provincia de Ñuble, están dispuestos a morir defendiendo sus tierras, frente a los grupos que quieren tomárselas. Están atrincherados en los fundos "Los Álamos", de propiedad de Juan Vivanco González, y "Vista Hermosa", de Jorge Aranda Parra, dos de los predios amenazados de ocupación por parte de miembros del MIR. Por ello, los agricultores mantienen vigilancia armada y aseguran que "resistiremos hasta el fin, para defender el derecho de propiedad, porque ellos en su intento no trepidan en llegar al derramamiento de sangre".

Los puntajes en la PSU registraron una leve caída y ausentismo de los alumnos que debían dar la prueba llegó al 15% en los locales de la Región del Biobío. El Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre), junto con entregar los resultados y comenzar el proceso de postulación a las universidades informó que de los 27 mil inscritos para rendir el examen a nivel regional, cuatro mil faltaron en los tres llamados realizados durante enero y febrero.

La Región del Biobío registró cinco puntajes nacionales, todos ellos en matemáticas, cuatro menos que en la Prueba de Selección Universitaria aplicada el año pasado.

El viernes concluye el plazo para optar a un cupo en las universidades del Cruch.