Cierre de plantas termoeléctricas a carbón
En los últimos días de diciembre pasado, se cumplió el cierre de las centrales termoeléctricas a carbón Ventanas 1, ubicada en Puchuncaví, y Bocamina I, en Coronel, ambas con más de cincuenta años de operaciones.
Estas medidas forman parte del compromiso del Gobierno, de cerrar las plantas que utilizan carbón como materia prima para generar electricidad, debido a que se trata de centrales muy contaminantes. El cese de ambas ha significado el retiro de 242 megawatts y la reducción de más de 705.000 toneladas de CO2 o dióxido de carbono, que para tener una idea de su impacto, equivaldrían a la salida de circulación de más de 277.000 vehículos. Con anterioridad, ya habían cesado operaciones otras tres de éstas industrias.
Existe un programa que considera el cierre de once unidades a carbón al 2024, equivalente al 30% de la capacidad instalada de generación eléctrica a carbón en Chile y el cese total de generación eléctrica en base a carbón al 2040.
La comunidad había puesto objeciones al funcionamiento de las centrales termoeléctricas a carbón, por ser muy contaminante. Por ello, desde diciembre de 2019 se adelantó la fecha de las plantas a carbón más antiguas ubicadas en zonas altamente industrializadas y se han buscado alternativas para avanzar más rápido hacia una matriz más renovable, económica y amigable con las comunidades locales.
El ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, ha señalado que la transición hacia una matriz energética más limpia y el compromiso hacia la carbono neutralidad al año 2050, es una gran oportunidad para mejorar la calidad de vida de los chilenos, por lo que se deben seguir buscando oportunidades para ir más rápido considerando factores operativos, laborales y ambientales.
Se señala con frecuencia que las Energías Renovables no Convencionales (Ernc) son las energías del futuro y Chile no está ajeno a esta tendencia. Las autoridades las han apoyado y estimulado en las últimas décadas, mientras tienen el respaldo de la ciudadanía, que ve en ellas la solución limpia al abastecimiento. Se prevé que las Ernc que prosperarán en Chile serán la solar y la eólica, tecnologías que generan en la medida que dispongan del recurso renovable: sol y viento. Se requerirá, por lo tanto, generación convencional de respaldo, como la hidroelectricidad, para llenar con rapidez los espacios cuando el recurso renovable esté ausente.
La energía es vital para que la economía y el país crezcan. Cuando las empresas programan su desarrollo para los años siguientes, requieren de electricidad, de la misma manera que los hogares consumen más. En Chile, los grandes consumidores son las compañías mineras. Por eso, el país debe proyectar su requerimiento energético para las décadas venideras.
La empresa investigadora internacional Bloomberg New Energy Finance publicó el reporte Climatescope 2020, con el ranking de países más atractivos para la inversión en energías limpias. En su última versión, consideró 108 naciones emergentes, además de 29 países desarrollados. En el estudio, Chile lideró el ranking, al ser calificado como el mejor para invertir en energías renovables. Chile actualmente cuenta con una inversión en construcción y desarrollo de energías limpias por casi 30 mil millones de dólares, demostrando la robustez del sector energético y del marco regulatorio que lo acompaña.
Desde hace años se trabaja para que las Energías Renovables no Convencionales (Ernc) alcancen una mayor participación en la matriz eléctrica nacional. El sector energía tiene en construcción 144 proyectos, equivalentes a 44 obras de transmisión que totalizan 767 kilómetros de líneas, y 100 centrales de generación por 6.904 megawatts, de las cuales el 95% son renovables y representan una inversión de 13.548 millones de dólares, que permitirán compensar el proceso paulatino de descarbonización de la matriz energética chilena.
El programa que considera el cierre de once unidades a carbón de aquí al año 2024, equivalente al 30% de la capacidad instalada de generación eléctrica a carbón en Chile y el cese total de generación en base a carbón al 2040.