Las oportunidades del paso Pichachén
Luego de que a fines de diciembre el Ministerio de Desarrollo Social entregara el visto bueno (RS) para la construcción del complejo fronterizo en el Paso Pichachén, provincia de Biobío, la Seremi de Obras Públicas está ahora a la espera de la oficialización de los decretos que asignarán los casi 9 mil millones de pesos que se requieren para concretar esta anhelada obra.
Según se precisó, una vez que estén los decretos de la asignación de fondos por parte de la Unidad de Pasos Fronterizos del Ministerio del Interior iniciarán la licitación, la que debería tomar unos tres a cuatro meses. Todo este proceso les tomará el primer semestre de este año.
La estructura ocupará una superficie de poco más de 3 mil metros cuadrados, emplazados en un terreno de 15 mil metros cuadrados. El edificio será de dos pisos y albergará tanto a las unidades chilenas como a las argentinas. Se ajustará a las exigencias de eficiencia energética, lo que reducirá los gastos en calefacción o aire acondicionado. Si todo avanza según lo proyectado, a fines de 2022 o inicios de 2023 ya debería estar funcionando el nuevo complejo fronterizo.
Es indudable que una obra de esta naturaleza tiene un valor todavía no suficientemente valorado a nivel regional. Se trata de un paso importante para avanzar en una mayor conexión local con Argentina, lo que -una vez que se reabran las fronteras terrestres, tras ser controlada la pandemia- puede tener un positivo impacto en ámbitos como el turismo y el intercambio comercial.
Al respecto, se debe considerar que las reparaciones realizadas a parte de la ruta permitieron duplicar el uso del paso a partir de 2015. Es así como de 4.601 controles (la cifra incluye ingresos y salidas) durante la temporada 2014-2015, en la temporada siguiente, de noviembre de 2015 a abril de 2016, 9.548 vehículos transitaron por el paso fronterizo.
Ahora bien, para que se pueda dar un salto cuantitativo en las importaciones y exportaciones a través de esta vía, se debe apostar al mejoramiento completo de la ruta. Aquello podría -por ejemplo- ser un incentivo para que las empresas de la provincia de Neuquén accedan a los puertos de nuestra Región con sus productos.
Al respecto, Vialidad está en la fase final de un estudio de mejoramiento de los 56 kilómetros restantes en el sector El Abanico, lo que aumentará los estándares de seguridad de la ruta y permitirá, además, incrementar la velocidad de desplazamiento.
Se debe recordar que el año 2014 Pichachén se convirtió en uno de los 13 pasos fronterizos priorizados por el Ministerio de Obras Públicas, en el marco de un convenio de infraestructura vial entre los gobiernos chileno y argentino.
El objetivo fue reactivar la economía, favorecer el intercambio, incrementar el comercio, el turismo y el desarrollo de los puertos, gracias a las inversiones en infraestructura vial que se desarrollarían en ambos lados de la cordillera, entre 2014 y 2030.
La iniciativa buscaba desarrollar una política de integración, colaboración y de potenciar las capacidades que ambos países tienen. En el caso chileno, la idea era ofrecer la capacidad portuaria que puede vincular la conexión entre el Atlántico y el Pacífico por rutas mucho más cortas y las inversiones en materia forestal, así como las potencialidades en otras áreas, como la exportación de frutas y acero.
Es indudable que el avance del proyecto de mejoramiento del complejo fronterizo ubicado en la comuna de Antuco es un paso importante en una zona que, indudablemente, requiere de este tipo de inversiones para lograr un mayor nivel de desarrollo y más oportunidades para sus habitantes.
Es indudable que una obra de esta naturaleza tiene un valor todavía no suficientemente valorado a nivel regional. Se trata de un paso importante para avanzar en una mayor conexión local con Argentina, lo que puede tener un positivo impacto en ámbitos como el turismo y el intercambio comercial.