Las facetas del médico "guerrero" que luchó contra el covid-19
Amigos, colegas y cercanos describen a quien fue director del Servicio de Salud Concepción por dos años como un hombre cariñoso, con sentido del humor y un gran exponente del servicio público.
Por Iris Quevedo Luna / cronica@diarioelsur.cl
"Que te cuides y transmítele a todos los funcionarios que también lo hagan", es uno de los mensajes que Mireya San-hueza tiene en su WhatsApp. Es el último que recibió de Carlos Grant del Río, el 24 de noviembre de 2020, días antes de que fuera ingresado al área UCI en el Clínica Biobío.
El director del Servicio de Salud (SSC) estuvo 37 días en la Unidad de Cuidados Intensivos, primero en la Clínica Biobío y luego en el Hospital Regional Guillermo Grant Benavente, lugar donde falleció a los 64 años por coronavirus el pasado 10 de enero. El director, nombrado en 2018, fue despedido con múltiples muestras de cariño que se hicieron notar en las calles de la ciudad.
Mireya Sanhueza, presidenta de la Asociación de Técnicos en Enfermería (ATENS) del Hospital Regional, aún con su teléfono en mano, cae en cuenta de que aquel mensaje grabado en su red social fue la despedida entre ella y un hombre con quien trabajó desde 1982. El mensaje la emociona y enorgullece al mismo tiempo, porque es una constancia del respeto que tenía hacia ella, el gremio y sus trabajadores, y que, según cuenta, siempre demostró, en la cotidianidad y con acciones.
Por ejemplo, en su oficina están los 1.509 uniformes, aún empacados, con el logo del ministerio, con el nombre del hospital bordado en el pecho y que tanto le recordarán al profesional que se especializó en endocrinología y nutrición. "Esto fue gracias a él, a su gestión, donde él se preocupó y reconoció a este estamento, cosa que nadie había hecho", puntualiza.
MÉDICO Y DOCENTE
En sus casi 40 años como técnico en enfermería del Hospital, Sanhueza conoció la faceta de médico y docente del facultativo penquista, quien trabajó en el recinto base de Concepción. "Siempre recuerdo una vez, que salió de la sala del paciente, hacia donde la familia, y le explicó con una calma todo, cosa de dejarles absolutamente claro lo que pasaba", relata.
"Pero como profesor era estricto", agrega. Algo en lo que coincide Miguel Aguayo, médico broncopulmonar y exalumno del, en ese tiempo, jefe de endocrinología del Hospital Regional.
"Una de las interrogaciones más temidas era la del doctor Grant", recuerda Aguayo. Esto se debía, explica, a que les preguntaba detalles sobre el paciente, más allá de la condición por la que era tratado. Hoy, al reflexionar, agradece ese tipo de exigencias.
Entre sus alumnos, Grant era reconocido por el orden y postura que exigía frente al paciente. "Hombres con corbata y las mujeres con el pelo ordenado, eso era intransable", cuenta. "Él decía, 'si usted viene a la práctica, una cosa de respeto es que haya estudiado lo que tiene el paciente'", agrega para citar a quien fue su profesor y con quien trabajó posteriormente durante el año pasado, como coordinador del Comité Covid-19 en el servicio de salud Concepción.
Esas cualidades siempre se mantuvieron. Renato Medina, subdirector de Recursos Físicos y Finanzas del Servicio de Salud, fue testigo de eso. "Una de las cosas que exigía, y en eso teníamos diferencias, era la presentación. No era que uno anduviera mal vestido, pero requisito fundamental era la corbata. 'Negro, la corbata', me decía", describe quien actualmente es director subrogante del SSC.
DIRECTOR DEL SSC
En las dependencias del Servicio de Salud Concepción, ubicado el segundo piso de O'Higgins 297, se encuentra la oficina que ocupó Carlos Grant como director a partir del 16 de octubre de 2018. Junto a ella se encuentran las de Renato Medina y Andrea Castro, quienes trabajaron codo a codo con él durante su gestión. Ambos recuerdan al reconocido médico de la zona como un hombre de fe y destacan de su oficina un crucifijo e imágenes del Padre Pío, a quien le era devoto.
Castro, subdirectora de Gestión y Desarrollo de Personas del servicio, recuerda lo alegre que era: "¡Buenos días, guerreros!", les decía cuando llegaba en las mañanas. "¡Buon giorno!", les decía a otros, o hasta antes de la pandemia, les daba un abrazo afectuoso.
"Era cariñoso", relata a quien el director trataba de Andreita, "porque él tenía esa costumbre, incluso a los periodistas, a todos los trataba en chiquitito (…) es que él era amoroso y lo demostraba así", explica.
La subdirectora, que también fue nombrada por Grant como jefa de gabinete, destaca lo correcto que él era. "Lo que enojaba al doctor era lo que huele a corrupción, a torcido, ahí él era un hombre súper enérgico", puntualiza.
"Él me decía 'estos dineros que están acá son para la gente que más lo necesita' y se enojaba cuando veía cualquier cosa trucha", profundiza. "¡¿Cómo es posible?!", cuenta que le decía molesto Carlos Grant al ver algo incorrecto e inmediatamente gestionaba lo necesario para solucionarlo. Eso, explica Castro, fue lo que lo llevó a obtener tantos logros en su corta administración.
En proyectos como la construcción de nuevos Servicios de Atención Primaria de Urgencias de Alta Resolución (SAR), o de Hospitales como los de Lota y Coronel, salía a relucir lo detallista que era el médico. "Una vez, una de las obras no contemplaba sellar unas puntas y dijo 'no, esto se ve mal' y le mandó a poner un tapacanto", recuerda Renato Medina, una de las tantas anécdotas que vivió como subdirector de Recursos Físicos y Finanzas a su lado.
Servidor público
La determinación y pasión de Grant del Río por el servicio público, según Renato Medina, "venían puestos en sus genes", apuntando a Guillermo Grant Benavente, nombre del abuelo de Carlos Grant, destacado médico y académico de Concepción, con el que fue bautizado el hospital regional. "Él siempre estuvo muy orgulloso de eso", destaca.
Óscar Aliaga, amigo de Grant, trabajó con él cuando fue seremi de Salud, en el primer gobierno de Sebastián Piñera y estuvo encargado de la reconstrucción de la red post terremoto de 2010. Lo recuerda hablando de sus raíces y salud pública: "Me acuerdo perfecto haber estado hace ya diez años atrás conversando con él, tomándonos un café en la diagonal, hablado sobre salud, sobre servicio público, sobre qué era lo que nos inspiraba a participar y era eso mismo, servir a las personas".
Ese compromiso afloró en Grant con la pandemia. Andrea Castro, imitando al que fue su jefe, recuerda que les repetía "esta es una guerra y nosotros tenemos que estar adelante, ¿dónde están los gladiadores?".
PASIONES PERSONALES
Las pasiones del facultativo no se acotaban sólo al ámbito de la salud. También lo era el deporte. Concepción Country Club fue el nombre del equipo de hockey sobre césped al que perteneció y con el que resultó campeón a nivel nacional en 1977, título que llevó con orgullo y que utilizó para motivar a sus hijos a mejorar en el mundo del deporte.
Patricio Polic es quien aportó en esa motivación. El exárbitro FIFA de Chile, hoy está dedicado al entrenamiento del balonmano, y así es como llegó a conocer a la familia Grant Conte, en 2003, entrenando a sus seis hijos, tres hombres y tres mujeres, en sus respectivos pasos por el colegio Charles de Gaulle.
"'Tú tienes que entrenarlos para que estos sean más que yo, porque yo fui seleccionado chileno', así me decía", describe Polic citando a don Carlos, como él lo llamaba.
Polic hoy continúa con dos de ellos, Lucía y Carlos "Caco" Grant. Ambos seleccionados chilenos en balonmano. Lucia llegó al Mundial Juvenil de Rusia y Carlos participó de los mundiales juniors de Macedonia y de Mar del Plata. "Después los hijos le decían '¡si ya soy seleccionado chileno!, yo fui al mundial, tú no fuiste al mundial', lo molestaban".
Polic relata que Carlos Grant estaba en el grupo de apoderados que iban a apoyar a los hijos en los partidos. "'Malooo, malaaa', les gritaba cuando se perdían un gol", cuenta con humor.
Otra anécdota es que junto con otro apoderado, para motivar al las inexpertas jugadoras, les ofrecían helados si anotaban un gol. "En ese tiempo perdíamos por 10, 15 goles (…) y don Carlos con el apoderado Serranti nos regalaban helados cuando hacíamos uno, porque hacíamos cero goles", relata mientras ríe. Pero cuando anotaban, la oferta se cumplía, "así que hacíamos un gol y todos teníamos helados, terminábamos felices", concluye.
Carlos Grant valoraba mucho la motivación que logró el entrenador en sus hijos. "Don Carlos me decía '¿cómo hiciste Pato para que te sigan para todos lados?'", recuerda Polic. "Es gracias al apoyo de ustedes también, le decía yo, sí ustedes no los hubieran apoyado, no me hubieran seguido ni a la esquina", agrega, recordando una de las conversaciones que mantuvo con el motivado apoderado que el con el tiempo llegó a ser su amigo.
La emoción aflora en el entrenador al reconocerlos como familia, y en especial a Carlos Grant: "Fue muy generoso, a mí me abrieron las puertas de su casa siendo un profesor, y eso se valora (…) La calidad de personas que ellos son como familia y el legado que don Carlos deja de buenas personas… Yo estoy seguro de ello, que cada uno de sus seis hijos van a ser grandes personas, tal como lo fue su padre".