Tomé apuesta a febrero para recuperar pérdidas por las cuarentenas
Comerciantes y emprendedores turísticos dijeron que esta es la única opción para salvar el año. A diferencia de Talcahuano, prefieren respetar normativas sanitarias y no agudizar el problema.
A las 5.00 horas se inició ayer la cuarentena total en Tomé, única comuna de la zona interurbana de la Provincia de Concepción que aún se encontraba en Fase 2 del Plan Paso a Paso. La medida fue recibida con pesar por parte de la comunidad, sobre todo por los impactos económicos que trae a una zona que, justamente, se caracteriza por ofrecer una gran oferta turística y comercial en época estival y que permite la subsistencia de varios negocios y restaurantes en el resto del año.
Además, la comuna ya había registrado una cuarentena prolongada por el alto número de contagios.
Representantes de ambos rubros de Tomé y Dichato plantearon que los días que se avecinan serán demoledores para muchos de sus emprendedores, aunque, a diferencia de lo que sucede en Talcahuano -en donde algunos locatarios de sectores no esenciales insisten en abrir en medio de la cuarentena-, llamaron a respetar las disposiciones sanitarias para apresurar una eventual recuperación y así "poner sus fichas" a partir de la segunda semana de febrero.
"Tenemos que cuidarnos todos para que esta cuarentena no se alargue en el tiempo y poder tomar los últimos 20 días de febrero. Así, al menos, vamos a poder reactivar un poco la economía y abrir los locales (…) Nosotros acogeremos todas las medidas para tener al público que nos hace mucha falta", sostuvo Cristal Ortega, presidenta de la Cámara de Turismo y Comercio de Dichato.
El presidente de la Cámara de Comercio de Tomé, José Mardones, coincidió con su par. Según estimaciones de su organismo, la relevancia del verano para los establecimientos ubicados en el borde costero de Tomé se traduce en que el 80% al 90% de los ingresos de todo el año de estos emprendedores proviene de las ventas alcanzadas entre enero y febrero.
Por lo mismo, el dirigente remarcó la necesidad de fortalecer las fiscalizaciones y respetar las normas del Ministerio, pues, de lo contrario, "habrá un efecto muy complejo y difícil para el comercio y turismo de Tomé".
Mirada municipal
Respecto a todo este panorama, el alcalde de Tomé, Eduardo Aguilera, se sumó al planteamiento emanado de la Municipalidad de Talcahuano, en el sentido de amparar al comercio y buscar ideas para evitar los cierres durante la cuarentena.
"Yo estoy exactamente en la postura de Talcahuano. Creo que tener confinado al comercio no ayuda en el tema (...) Lo que sí tenemos que hacer es ser exigentes para que la gente cumpla con las normativas, con los aforos en los ingresos de los locales comerciales y con el distanciamiento físico o las mascarillas", puntualizó el jefe comunal.
Aguilera añadió que la situación es crítica, ya que al menos hoy tienen "reventadas las arcas municipales", por lo que será complicado generar apoyos directos a las familias de la comuna que quedarán nuevamente desempleadas tras estos cierres. "No hay posibilidad de llegar con ayuda directa. Por eso las cuarentenas deben tener características distintas, porque no han funcionado", cuestionó.
Fiscalizaciones
Debido al potencial turístico de Tomé, es probable que igualmente haya personas que insistan en visitar sus parajes. Según el contraalmirante Patricio Espinoza, jefe de la Defensa del Biobío, la Armada llevará a cabo en esta ciudad fiscalizaciones con patrullajes móviles y pedestres y a través de puntos fijos en diversos lugares, incluidos el borde costero y las playas.
"En el caso particular de estos dos últimos sectores, los operativos se vienen desarrollando hace varias semanas, particularmente los días de fines de semana, por parte de personal de policía marítima de la Armada de Chile y de la Seremi de Salud. Estos se continuarán realizando durante el período de cuarentena, apoyados con vigilancia aérea por una aeronave de la Armada y con unidades marítimas", reveló.
En el caso del municipio, el alcalde Aguilera advirtió que un equipo conformado por una veintena de funcionarios colaborará en las labores de fiscalización 24 horas al día.
Según la Cámara de Comercio de Tomé, los negocios del borde costero obtienen en enero y febrero más del 80% de los ingresos del año.