Los contrastes en el manejo de la pandemia
Dos antecedentes reflejan de manera muy precisa una semana de terribles contrastes en torno al manejo de la pandemia por el covid-19 a nivel regional.
El primero se refiere al reporte del viernes del Ministerio de Salud (Minsal), que reveló que los pacientes afectados por el coronavirus que ocupaban una cama UCI en el país llegaron a 1.025 y, de ese total, al menos 218 (21%) corresponden a personas de la zona que están usando plazas en la red asistencial público-privada de la Región o en otras zonas del país. Es decir, uno de cada cinco internados en camas UCI.
El segundo dato son los casos de fiestas clandestinas detectadas en sectores de Concepción, donde se produjo la detención de jóvenes que transgrediendo las normas sanitarias realizaban fiestas en horario de toque de queda.
Frente a al menos dos hechos de este tipo ocurridos en la semana en Pingueral y en Lomas San Andrés, el intendente del Biobío, Patricio Kuhn, anunció que el equipo jurídico de la Intendencia presentará querellas para perseguir a los responsables. Precisó que este tipo de acciones judiciales se aplicará en cada actividad de este tipo que se identifique en la Región, en el marco de las fiscalizaciones que se realicen para controlar la propagación de casos de coronavirus, en franca alza en las últimas semanas.
De acuerdo a la información entregada por el seremi de Salud, Héctor Muñoz, 151 personas ocupaban una plaza de unidades de cuidados intensivos de recintos de salud ubicados en la Región, mientras que 67 estaban hospitalizadas en otras regiones. Este último grupo corresponde a los enfermos de la zona que han sido trasladados a otros centros de Chile para mantener un mínimo porcentaje de disponibilidad de camas UCI en el Biobío.
El contraste es evidente y refleja en buena parte la disyuntiva que se enfrenta actualmente en relación al manejo de la pandemia tanto en la Región como en el país y en el mundo.
Por un lado, los establecimientos de salud -y especialmente los equipos humanos que allí se desempeñan- conviven con las dificultades que implica tener que hacer frente a la constante llegada de personas afectadas por el covid-19 que deben someterse a complejos y largos tratamientos -en los casos más graves- asociados a la utilización de ventiladores mecánicos para la asistencia respiratoria.
Un escenario extremadamente complejo, especialmente considerando que ya se completaron 10 meses de pandemia en el país y muchos deben enfrentar largos turnos, exceso de trabajo y -por cierto- imposibilidad de tomar vacaciones. A ello se agrega el desgaste emocional de ver cómo muchas personas no resisten la gravedad de la enfermedad y fallecen, en todos los casos alejados de sus seres queridos, lo que hace más terrible aun el escenario.
Lo más preocupante es que si la curva de contagio no varía, podría vivirse un estrés todavía mayor en las UCI y UTI, ya que se sabe que un porcentaje (al menos el 5% según estimaciones recientes) de los enfermos termina ocupando alguna de las plazas críticas. "Si la población no se cuida y protege a otros, vamos a estar en una situación de caos pronto. No existe otra solución porque las vacunas van a funcionar en un par de meses más", advirtió a través de este mismo diario el presidente regional del Colegio Médico, Germán Acuña.
Como contrapartida, lamentablemente se observa la desidia, desinterés por el otro e inconsciencia de importantes grupos de la población, que no entienden el significado del autocuidado y solo piensan en la fórmula de burlar las medidas establecidas por la autoridad para intentar frenar la curva de contagios.
Especial atención es la que generan los jóvenes, que pese a que suelen identificarse con el idealismo y la búsqueda de propósitos comunes altruistas, en este caso suelen mostrar también un profundo egoísmo al exhibir conductas de riesgo que pueden tener consecuencias muy graves especialmente para sus seres queridos que se ubican en el segmento etario de los adultos mayores.
Si realmente se quiere evitar que lo peor de la pandemia aún esté por venir se deben frenar enérgicamente las conductas irresponsables y reencauzar los esfuerzos por controlar la propagación del virus.
Por un lado, los equipos de salud encargados de las unidades de cuidados intensivos enfrentan una difícil situación debido a los largos turnos y los más de 10 meses de dura labor. Por el otro, hay grupos que con desidia, desinterés e inconsciencia no entienden el significado del autocuidado y solo piensan en la forma de burlar las medidas establecidas para frenar la curva de contagios.