Docentes de la tercera edad relatan el desafío de adaptarse a clases online
Un profesor de Educación Básica y un académico universitario relatan el intenso proceso vivido en las aulas digitales durante el año que termina.
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Una conclusión colectiva es lo difícil que ha sido el año 2020, periodo en que la pandemia por covid-19 es lo que ha marcado la agenda en diferentes aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, el ámbito laboral ha sido uno de los que recibió un mayor impacto, teniendo que adaptar muchas actividades al teletrabajo.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, en 2019 existían casi 2,3 millones de adultos mayores en Chile, representando un 11,9% de la población total. De ellos, el 25% aún trabaja, dando un total de 570.305 personas mayores de 65 años en actividad laboral.A raíz de esto, uno de los más grandes cambios al ejercer su profesión lo han evidenciado los profesores. Pasar de clases presenciales a videollamadas, y adaptarse a las nuevas plataformas digitales han presentado un desafío diferente, sobre todo, si eres adulto mayor.
Los adultos mayores en pandemia han sido parte de los grupos de riesgo por el covid-19, por lo tanto el trabajo desde casa para los profesores que se encuentran en este grupo etario es fundamental.
Los desafíos crecen y se complica un poco la manera de hacer clases debido a las plataformas tecnológicas, o al menos así lo confirma Juan Becerra Villalobos (67), profesor de Educación Básica con especialidad en Ciencias Naturales y Química: "Hubo que aprender a usar plataformas, o aprender a usar los medios tecnológicos que te ayudan a mejorar la clase. Por ejemplo, transformar los PDF en Word para poderlos escribir en la clase misma. Incluso se trabaja hasta el día sábado y domingo, en ocasiones nos mandan las actividades el fin de semana, entonces, prácticamente no tenemos un día libre".
Además, cuenta lo complicado que se ha hecho el trabajar con nuevas plataformas: "Personalmente me ha costado un poquito porque uno viene de otra era, entonces me he tenido que ir adecuando. Pero afortunadamente están los hijos, ellos me ayudan mucho en algunas cosas, me han ido explicando y al final se me ha hecho más fácil de lo que yo pensaba que me iba a tocar".
Por otra parte, el profesor Ramiro García (73) quien se desempeña como docente en la Universidad del Bío-Bío dentro de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, relata que "al inicio me costaba porque es todo un proceso, es una mecánica. Me decían aprieta aquí, o aprieta allá, hazlo de esta manera, o busca la carpeta, pero a veces ocurría que la carpeta que pinchaba no era y era otra (ríe) y se generaba un desajuste. Al final progresé y no hay como ser autónomo, si uno se hace dependiente es más complicado".
La tecnología
Si bien ambos profesores siguen vigentes y aún no finalizan sus carreras por temas vocacionales, tampoco desconocen las realidades de colegas que aún trabajan buscando una mejor estabilidad laboral. Sobre todo, aquellos que se encuentran con esta nueva modalidad de impartir clases y no logran adaptarse, pero tampoco pueden dejar de trabajar.
"Tengo una compañera que afortunadamente he podido ayudar en ocasiones, pero en muchas otras ha pedido ayuda entre lágrimas y le cuesta mucho. Entonces no es fácil estar en esa incertidumbre, y pensando en que te gana la tecnología, pero no puedes darte por vencido porque tienes que comer y seguir viviendo", comentó Becerra.
Por su parte el profesor García señaló "Ocurre que si esto fuese a tiempo ilimitado no habría problema en aprender, pero las clases partieron de un rato a otro, entonces podemos colaborarnos entre todos, pero son demasiadas cosas por aprender para una persona que tiene que partir desde un nivel más básico" .
MEDIDAS
La incertidumbre a raíz de la pandemia en cuanto al plano educacional, es algo latente. No solo para profesores, sino que también para alumnos y apoderados, ya que no existe claridad al respecto o si será posible volver a clases presenciales. Entonces, ¿cómo adaptarnos y mejorar este nuevo formato educacional?
Para el profesor Juan Becerra "el estado debería preocuparse especialmente ahora que ya tuvieron la experiencia de todas las fallas que se han presentado. Tener políticas de perfeccionamiento permanente en materias de aprendizaje tecnológico, en la forma que se está haciendo, o si no con el tiempo uno se queda atrás, la tecnología avanza muy rápido, incluso yo de un computador a otro me pierdo".
Para reforzar una respuesta a esta incógnita, el profesor García opinó que "hay que hacer un diagnóstico para saber quiénes y en qué se necesita más ayuda, sería muy bueno una capacitación para el trabajo en plataforma. La tecnología ya se nos vino encima, cualquier persona que quiera trabajar se va a encontrar con ella y tenemos que adaptarnos porque si no, quedamos fuera del sistema. Y otra cosa muy necesaria es la empatía, la colaboración con alumnos ayudantes, por ejemplo, hasta que tengas tu propia autonomía digital.
Según el Censo de 2019, la Región del Biobío es la tercera a nivel país con mayor cantidad de población de adultos mayores, con 205.720 personas.