La Otra Zapatilla tuvo los argumentos para estar en Santiago a Mil
Formada en 2007, agrupación artística ha protagonizado un 2020 en modo pandemia. Ha debido reinventarse lejos del escenario presencial, para descubrir en la virtualidad una búsqueda colmada de desafíos.
"Está difícil hablar de nuevos proyectos, estamos viviendo muy el mes a mes, día a día, viendo qué le puede servir a la gente, qué formato. Hemos ido experimentando en radioteatros, cápsulas teatrales, talleres online, lecturas dramatizadas (…) Estamos buscando y lo que se acerca más al trabajo que veníamos haciendo".
Orly Pradena, integrante de La Otra Zapatilla (LOZ), desde su fundación en 2007, sirven para ilustrar no solamente el estado de las cosas para la compañía penquista, sino también apuntan a la situación en que se encuentra la escena teatral local, nacional y global en pandemia. Es que todavía nada se regulariza en términos presenciales y el remoto apuesta como una ventana para la creación y la relación con las audiencia, asumiendo que el Teatro es una actividad viva y en vivo.
Buscando entre colegios, universidades y entidades afines, LOZ igualmente ha encontrado la forma de mantener activo el quehacer de sus 11 integrantes y 12 colaboradores. Un trabajo que ha rendido y que, de alguna manera, encuentra en la próxima versión del Festival Santiago a Mil, la número 28 desde su partida, un aliciente para su escenario.
La agrupación acaba de ser confirmada para participar en el evento dramático con tres de sus montajes: "La consagración de la pobreza", original de Alfonso Alcalde, con dirección Mariana Muñoz; "Neblina" y "Seré un colibrí". Señal del profesionalismo aportado por la agrupación penquista.
"Estamos contentos, porque de todas maneras hemos podido seguir creando y adaptarnos a estos nuevos formatos. Creemos de buena manera, pero con bastante incertidumbre, frente a todo lo que está pasando con la pandemia y con nuestro sector", apunta Jenifer Salas, actriz del grupo.
En ese sentido, coincide con su compañera, en cuanto a desconocer lo que pasará con la actividad. "No sabemos si se podrán abrir los teatros y como la realidad de cada comuna es distinta hay que ver cómo adecuarse a los tiempos", señala la también fundadora.
- Las búsquedas apuntan al remoto.
- La modalidad online es algo que viene a salvar un poco la crisis. Es beneficioso también porque acerca nuestras obras a un público más amplio, y ha permitido explorar otras áreas de creación. Sin embargo, estamos deseosos de poder volver al convivio (lo presencial), es ahí donde el teatro pertenece. Esperamos poder volver con todas las condiciones, para que nuestro trabajo pueda desarrollarse de manera segura y con políticas que refuercen la cultura y artes en todos sus ámbitos.
EN LA DISTOPÍA
Uno de los proyectos planteados desde la compañía, y realizado los dos últimos meses, se planteó muy en sintonía con los días que transcurren actualmente.
"Dónde está el teatro en este presente distópico" fue la pregunta, a través de la cual la compañía buscó respuestas frente a la crisis sanitaria. La inquietud dio pie a una reflexión transparentada en dos lecturas dramáticas realizadas hechas a fines de octubre.
Contando con la guía de Leyla Selman en el proceso escritural, la idea fue pensar el inquietante presente, para así darle cabida a la expresión mediante la dramaturgia y experimentación audiovisual.
"Ha sido importante para poder reflexionar y encontrar el teatro", resume Maira Perales, integrante del colectivo teatral desde sus inicios, rescatando el cuestionarse el lugar donde se encuentra el arte dramático. "En estos tiempos ha sido súper interesante, para que el grupo reflexione y se plantee toda esta pandemia desde una manera filosófica", señaló sobre este proceso guiado por las artistas Patricia Cabrera y Carolina Henríquez.
Los interesados en ello pueden visitar el Facebook y canal de YouTube de La Otra Zapatilla Teatro.