La falta de educación financiera
Los estudios indican que los adultos mayores, los jóvenes y las mujeres tienen escasa educación financiera, lo que afecta la forma cómo se endeudan, los plazos y las tasas a las que contraer los créditos. Asimismo, existe poca cultura del ahorro y más bien se piensa en el consumo actual, sin prever el futuro.
Una investigación realizada por Adimark en el año 2005, por encargo del Servicio Nacional del Consumidor, ya había advertido que el avance en inclusión financiera no había ido acompañado de una alfabetización financiera, para estar bien informado antes de tomar decisiones relacionadas con el consumo y el crédito. Entonces, sólo un tercio de los encuestados declaró que ahorraba.
Es cierto que la inclusión financiera se ha traducido en un mayor acceso al crédito de nuevos segmentos de la población, pero a nivel general, esto no ha estado acompañado de una mayor educación sobre el tema, para hacer un buen uso del sistema y evitar caer el sobre endeudamiento. Esto se ha ratificado cuando hace unos días el Centro de Políticas Públicas de la U. Católica dio a conocer los resultados del estudio "Evolución del comportamiento financiero de los hogares en Chile", que corresponde a un análisis de los años 2007 a 2017. Asegura que la inclusión financiera de los hogares chilenos ha crecido durante ese período, pero en forma asimétrica, de manera que el segmento de la población con mayores ingresos es el que ha tenido un crecimiento más elevado en su inclusión financiera -casi 20%-, mientras que el de menor ingreso se ha visto casi estancado en estos años. Sin embargo, comparado con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y de Latinoamérica, en Chile se observa que la tenencia de cuentas bancarias de la población está 9 puntos porcentuales por sobre el nivel esperado según el desarrollo del país, lo que lo convierte en un líder entre los latinoamericanos en términos de acceso financiero de su población.
De acuerdo con este centro de estudios, es imperativo generar conciencia y extremar los cuidados que deben tener los grupos de la población que cuentan con bajos conocimientos económicos. Diversas mediciones de alfabetización financiera, junto a los informes de endeudamiento de la Comisión para el Mercado Financiero, dan cuenta de que son tres los grupos de población en los que se deben concentrar los esfuerzos: los adultos mayores, los jóvenes y las mujeres. El primero de ellos es el que cuenta con menor inclusión financiera, y su principal motivación para endeudarse es el pago de tratamientos médicos o compra de medicamentos. Los jóvenes son los que tienen la mayor inclusión financiera, pero a la vez cuentan con alto nivel de endeudamiento, especialmente para la adquisición de bienes de consumo, mientras las mujeres jefas de hogar, evidencian mayor carga financiera y morosidad, pese a que tienen menor acceso a los créditos, debido a sus bajos ingresos.
El informe del Centro de Políticas Públicas de la U. Católica ha advertido que es muy preocupante la adquisición de créditos para pagar deudas anteriores, un tema que afecta a los tres segmentos mencionados y que es más notorio en Chile que en otros países latinoamericanos. En la práctica, representa asumir créditos de consumo con casas comerciales, bancos y fuentes informales para pagar otras deudas, muchas veces a plazos cortos y con altas tasas, lo que resulta aún más nocivo para las familias. Por ello, el organismo, en colaboración con Banco Santander, impulsa desde 2016 un programa de educación financiera, con dos cursos virtuales: la plataforma online "El futuro es ahorra", que beneficia a más de 3.700 alumnos de primero medio provenientes de 32 colegios; y el curso "Educación financiera para todos y todas", en el que se han inscrito más de 2.000 adultos a lo largo de Chile. Sin embargo, el tema por resolver es que la mayor parte de la población no está suficientemente capacitada para tomar decisiones económicas razonadas.
El informe del Centro de Políticas Públicas de la U. Católica ha advertido que es muy preocupante la adquisición de créditos para pagar deudas anteriores, un tema que afecta especialmente a adultos mayores, a jóvenes y a mujeres, y que es más notorio en Chile que en otros países latinoamericanos.