"La ciudadanía ya dio un mensaje y es que Chile requiere redistribución del poder en distintas dimensiones"
La investigadora analiza el proceso que viene tras el plebiscito realizado el pasado domingo, que califica de histórico, así como también delinea algunas de las características que deberían tener los futuros integrantes de la Convención Constitucional. Asegura que los partidos políticos tienen un desafío en mantener el nivel de participación y, sobre todo, en la elección de los candidatos indicados para el debate de ideas que se avecina.
Tras el contundente resultado del plebiscito realizado hace una semana en el país, donde la opción Apruebo llegó a un 78,26%, los días siguientes han sido testigos de una rápida sucesión de análisis políticos, sociales y estadísticos. También comenzaron a surgir los primeros nombres interesados o propuestos en torno a quienes podrían ser candidatos a los 155 cupos de la Convención Constituyente, que será elegida en abril próximo.
Para la abogada y doctora en Ciencias Políticas y Sociales, Paulina Astroza, el proceso realizado el domingo no sólo deja muchas lecciones, sino también abre opciones concretas para el país. Ante todo destaca que se trata de un hecho histórico, ya que "un plebiscito en democracia, que se da en un contexto de pandemia, en que un país en que la participación venía bajando, lo que estaba demostrando una desconexión entre la política y la ciudadanía. Además, estábamos en el contexto del estallido social y de una crisis económica".
Destaca que el proceso que viene también será único, especialmente por la forma en que se desarrollará, con un plebiscito de entrada y de salida, y una convención paritaria. "Eso es excepcional en el mundo", asegura.
-Terminado el proceso del Apruebo y Rechazo, ¿cómo estima que viene esta segunda etapa?
-Ahora viene la etapa de los contenidos, de las ideas, de ver cuál es el Chile que queremos. No es de polarización, porque esto no es blanco y negro, no es binario como lo fue el Apruebo y Rechazo. Es un debate de ideas, qué tipo de gobierno queremos, qué tipo de Estado, etc. Lo que hace la Constitución es distribuir el poder en distintas dimensiones y tenemos que pensar cómo queremos la redistribución. Por ejemplo en lo territorial, como es el caso de las regiones, es la oportunidad de avanzar de verdad en una mayor descentralización política, es el momento en que estas ideas, que fundaciones como Corbiobío u otras instituciones llevan 30 años planteando, se pongan encima de la mesa y los convencionales deban discutirlo
-¿Esa redistribución del poder debería ser llevada a todos los ámbitos?
-Sí, es la redistribución del poder entre el Congreso y el Presidente, porque tenemos un sistema hiperpresidencialista o presidencial reforzado, entonces hay que ver qué competencias podemos redistribuir entre el Ejecutivo y el Legislativo. La redistribución del poder económico, considerando que Chile tiene un modelo que da lugar a demasiada concentración económica. La redistribución del poder político, que hoy está concentrado en los partidos. Todo esto significará que algunos pierdan poder, y los que lo tienen no lo quieren dejar, pero la ciudadanía ya dio un tremendo mensaje el domingo y es que Chile requiere una redistribución del poder en distintas dimensiones. Eso nos va a llevar a que se dé un proceso que cumpla con las expectativas y no sea un proceso frustrado, porque ese riesgo existe si no lo hacemos bien.
-La participación alcanzada en el plebiscito ha sido ampliamente destacada por todos los sectores, ¿cómo se puede mantener o proyectar para las elecciones de abril?
-Creo que será difícil cuando esto de ir a votar por una idea o una esperanza, que es la nueva Constitución, se transforme en personas de carne y hueso por las cuales haya que ir a votar. Más aun cuando nos vamos a dar cuenta que el 95% de las personas en Chile no estamos afiliados a un partido político y la gran mayoría de los candidatos y candidatas que van a aparecer serán de partidos políticos. Entonces, va a costar muchísimo mantener esa épica, ese deseo de participar, esas ganas con las que fuimos el domingo.
-¿Qué deben rescatar los partidos políticos de los resultados del plebiscito?
-Hubo dos mensajes claros en los resultados. El primer mensaje lo dio la primera papeleta con que casi el 80% de la población dijo que queremos un cambio en Chile, pero ese cambio no es solo uno. Ninguno se puede atribuir que ganó y que corresponde a su idea, porque dentro del Apruebo hay muchos Apruebos. Es decir, hay muchas ideas de lo que queremos como cambio en la Constitución. Estamos con una idea del Chile que soñamos, pero no todos soñamos el mismo Chile. La segunda papeleta nos dio otro mensaje, porque la convención constitucional sacó incluso más votos que el Apruebo, entonces casi un 80% de los votantes no quieren a los partidos políticos redactando la Constitución. Se viene de nuevo a reflejar esa crisis de confianza que tienen los partidos políticos, ya lo habían demostrado el estallido social y las encuestas.
-Los partidos políticos tienen un gran desafío, una responsabilidad.
-Tienen el tremendo desafío, porque una democracia representativa como la nuestra para que sea fuerte y robusta necesita de partidos sanos y que cuenten con la legitimidad de la ciudadanía. Que rindan cuenta, que sean democráticos, que terminen con el caudillismo, de ser siempre los mismos. Se les olvida que el mandato que ellos tienen es la representación del bien común en base a sus ideas y no el bien de intereses particulares o los intereses solo del partido.
-El plazo para las elecciones es corto, de hecho las candidaturas a la Convención Constitucional deben ser inscritas en enero. ¿Hay tiempo para que los partidos políticos asuman realmente esos mensajes?
- Si no les llega el mensaje de la desconexión que tienen y que ha sido paulatina en las décadas, tenemos un problema enorme y traerá problemas durante el proceso, porque los partidos políticos existen, de hecho, la cancha no es pareja entre partidos e independientes, no están las mismas condiciones. En la Cámara de Diputados se logró bajar la cantidad de firmas que se requería para poder presentar listas, pero eso debe aprobarlo el Senado y además se rechazó la idea que se hicieran subpactos entre listas independientes. Entonces, esas claramente son limitaciones a la participación de independientes como convencionales. Ahora dicen que abrirán cupos dentro de sus partidos, pero a mí me da la sensación que la ciudadanía no quiere independientes en listas de partidos. Entonces deben adaptarse, en poco tiempo no lo van a hacer, pero tienen hacerlo, es un deber que se modernicen, den tiraje a la chimenea, terminen con las malas prácticas porque necesitamos partidos políticos fuertes para una democracia fuerte
PERFIL DEL CANDIDATO
-Esta semana comenzaron a surgir los primeros nombres de posibles candidatos, a la Convención, ya sea por interés propio o por propuesta de terceros. Entre ellos hay exautoridades o actuales sin posibilidad de reelección, ¿es recomendable que los partidos recojan la disposición que tienen algunos de ellos?
-Creo que hay que verlo caso a caso, porque no es que todos los políticos sean malos y todos los independientes sean buenos. No hay que caer en esas caricaturas. Efectivamente hay militantes de partidos políticos y exautoridades que hicieron bien su pega, y que ahora por la ley no pueden ser reelectos en el cargo que estaban y que pueden ser muy buenos convencionales.
-¿Se puede considerar un capital personal el hecho de ser conocidos, considerando lo cortos que son los plazos para inscribir candidaturas y para la elección como tal?
-Sí, exactamente, hay un capital y si lo hicieron bien hay un reconocimiento también. No hay que partir de la idea de que porque alguien es político o fue autoridad no tiene derecho a presentarse. No soy partidaria de esa idea, pero sí algunos que pueden tener intenciones o que no pueden ser reelegidos son también quienes representan algunos vicios de la clase política y tal vez se van a dar a de bruces porque a ellos las personas no los van a votar. Entonces, como digo, es caso a caso. Los partidos deben seleccionar muy bien a sus candidatos, sean militantes o no, porque eso de que la gente vota por alguien porque es del partido o porque es el candidato del partido, eso ya no es así de manera transversal.
-Qué características debería tener el candidato entonces, ¿podemos hablar un perfil para ser convencional?
-A ver, estoy de acuerdo en que debe existir diversidad en la Convencional, no todos deben ser técnicos ni especialistas, ni abogados ni constitucionalistas. Perfectamente se puede apoyar desde lo técnico, desde la academia, desde la especialidad que muchos tenemos sin llegar a ser convencionales. Ese aporte debe estar. Pero también debe estar representada esa gran variedad y diversidad que tiene Chile. Que tiene que haber algunos académicas y académicas, sí , por qué no. Que tienen que haber dirigentes sociales, personas que representan el mundo popular, exautoridades políticas que han hecho un buen trabajo, sí, claro que sí. Los convencionales deben aportar a una labor que será compleja y que es representar el contenido del Apruebo y del Rechazo. Porque el Rechazo también debe tener representantes dentro de la Convención, porque es un 20% de la población que no deben ser descartados por opinar distinto. Hasta llegar a un consenso mayoritario como resultado del diálogo, pero debe existir esta diversidad.
-Y sobre los independientes, ¿qué es ser independiente hoy?
-Es una gran pregunta y que hoy nos estamos haciendo todos. La respuesta más fácil y básica es que se trata de alguien que no milita en un partido político. Pero pretender que un independiente no tiene ideas o valores es ridículo. Es diferente un independiente a un apolítico, que creo que no hay, todos tenemos de alguna forma nuestra posición. Y aplicaría las mismas normas que para un militante de un partido político, porque no hay que caer en caricaturas, que todo independiente en bueno por el hecho de serlo. Además, estamos pensando en personas, que tienen errores o debilidades, no estamos eligiendo personas hipervirtuosas, sin defectos o impolutas.
-Tener un rol en lo social, en lo gremial o en general en lo público, ¿puede ser considerado una ventaja?
-Sí, lo es, esa es la realidad. Quienes plantean que, sin ser peyorativa, cualquier persona anónima puede llegar a ser elegida…la verdad es que esto se gana con votos. Tal vez muchísimos desconocidos tienen más méritos que los conocidos, pero no me va a extrañar que aparezcan rostros de la televisión o de la farándula, de los matinales, que son muy conocidos y que van a ser candidatos y logren sacar muchos votos. Tal vez lleguen a ser convencionales. Y puede haber un profesor que pueda tener muchas más competencias, muchas más de las virtudes que se necesitan para ser convencional, pero que no lo conoce nadie y la gente no va a votar por él. Y esto se gana con votos, en lo práctico esto es la política real.