Percepción de riesgo en torno a la pandemia
Esta semana, en medio de las repercusiones políticas que han marcado la pauta a propósito del plebiscito constitucional del domingo último, perdió un poco de protagonismo en la agenda pública la crisis sanitaria que vive el país debido a la pandemia del covid-19.
Sin embargo, aquello no tiene nada que ver con el hecho de que la emergencia mantiene su gravedad y que -sobre todo- hay que ver con ojo crítico y vigilante lo que está ocurriendo en Europa, con una segunda oleada de una enfermedad especialmente dañina y preocupante.
Además, los datos conocidos esta semana a nivel nacional y regional, dan cuenta de elementos que obligan a mantener las precauciones, independiente de la fase del Plan "Paso a Paso" en que se encuentre cada comuna.
Por ejemplo, se conoció que de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile está décimo entre los países con más casos por cada 100 mil habitantes. Considerando una población de 17.762.683 personas, tiene una tasa de 2.840,4. En este ítem lo superan Bahrein (5.887,3), Andorra (5.652,9), Qatar (5.306,7), Aruba (3.937,4), Israel (3.845,3), Guyana Francesa (3.576,7), Panamá (3.268,9), Kuwait (3.127,5) y Bélgica (3.075,8).
Según la misma OMS, el país está entre los 10 con mayor tasa de decesos por cada un millón de habitantes. En específico, con los 14.158 fallecidos hasta el viernes informados por el Minsal, se ubica octavo en el planeta con 740,63. En este rango lo superan San Marino (1.237,55), Perú (1.042,16), Bélgica (975,7), Andorra (944,8), España (762,25), Brasil (747,88) y Bolivia (745,74).
A nivel regional, en tanto, el jueves último se supo que en la jornada previa Biobío concentró 17 de las 86 fallecimientos por coronavirus confirmados por el Departamento de Estadística e información en Salud (DEIS) en el país. Se trató del mayor número de decesos diarios informados en la zona desde el inicio de la pandemia. En casi ocho meses, la enfermedad adquirida hasta ayer por 29.535 personas en la Región ha sido la causante de 482 muertes.
Ante este importante número de decesos, el seremi de Salud, Héctor Muñoz, llamó a la población a tomar las medidas de prevención para evitar que sigan falleciendo personas a causa del covid-19.
"Existe la percepción de que el virus no está generando un efecto significativo, pero hoy tuvimos 17 fallecidos más, que ya ingresaron a la validación del departamento de Estadística e Información, que es la más alta que hemos tenido en un día", sostuvo la autoridad regional de Salud en esa oportunidad.
Esa caída en la percepción de riesgo es, claramente, una condición altamente preocupante, porque puede llevar a la comunidad a la falsa sensación de que "lo peor pasó", cuando -en rigor- es perfectamente posible que lo peor esté por venir. Esto, sin ánimo de parecer catastrofistas, pero tomando como antecedentes los efectos de la segunda ola en el hemisferio norte. En efecto, Estados Unidos registró el viernes más de 94.000 nuevos casos de coronavirus en 24 horas, el número diario más alto desde el inicio de la pandemia, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Se trató del segundo día consecutivo en que la nación norteamericana superó sus registros previos.
Algo parecido ocurre en países europeos como España y Francia, donde han vuelto los confinamientos masivos y la alerta es extrema en virtud del significativo aumento de los contagios en las últimas jornadas. Los antecedentes en el Viejo Continente son altamente inquietantes. Al menos 14 países alcanzaron esta semana cifras récord de ingresos en hospitales de enfermos por coronavirus. Más de 135.000 enfermos por el virus se encuentran actualmente hospitalizados en los 35 países en Europa de los que se disponen datos, mientras que hace una semana eran menos de 100.000.
Estas realidades deben hacernos reflexionar sobre lo importante de que cada uno haga su trabajo adecuadamente. Partiendo por las autoridades, que deberían preferir la mesura al triunfalismo a la hora de comunicar adecuadamente la evolución de la pandemia, pero también considerando la responsabilidad de cada ciudadano, que requiere de tomar conciencia sobre la importancia del autocuidado y de aprender a convivir con un virus que -más allá de las esperanzas puestas en las vacunas- nos acompañará por mucho tiempo más.
Las últimas cifras y la situación del Hemisferio Norte deben hacernos reflexionar sobre lo importante de que cada uno haga su trabajo adecuadamente. Partiendo por las autoridades, que deberían preferir la mesura al triunfalismo a la hora de comunicar adecuadamente la evolución de la pandemia.