El aporte de las iglesias evangélicas
Se conmemora hoy el Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes de Chile, celebración que se realiza cada 31 de octubre. El festivo fue instituido en 2008 mediante la ley 20.299, promulgada por la entonces Presidenta de la República, Michelle Bachelet, para honrar y destacar el aporte que han hecho esas iglesias no sólo en el tema religioso, sino en la educación, el trabajo social con las familias, el apoyo a los reclusos en las cárceles y su reinserción social.
En esta oportunidad, se recuerda que el 31 de octubre de 1517 Martín Lutero clavó sus "95 tesis" en la puerta de la iglesia de la ciudad alemana de Wittenberg, marcando con ello sus diferencias con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, institución oficial a nivel religioso en aquella época. A partir de esa acción, se inició el proceso de reforma y ordenamiento religioso en el mundo, que ha desencadenado el persistente crecimiento de ese credo.
La llegada del evangelismo a Chile data de mediados del siglo XIX, gracias a la inmigración de alemanes e ingleses, que trajeron al país sus creencias luteranas y anglicanas, respectivamente. Sin embargo, el gran poder que tenía la Iglesia Católica y su relación con el Estado no permitió su desarrollo. En 1883 se aprobaron en el país las "leyes laicas" y en 1909 nació la Iglesia Metodista Pentecostal, la que tiene mayor cantidad de fieles. Pero no fue hasta después de 1925, gracias a la separación oficial del Estado y la Iglesia Católica, establecida en la Constitución de ese año, que la población evangélica comenzó a aumentar.
En 1974 fue inaugurada la Catedral Evangélica en Santiago, a cargo de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal de Chile y al año siguiente realizaron su primer Tedeum con invitación a autoridades. Cuando se planteó la necesidad de que este sector tuviera un día de celebración se consideró que debía ser un reconocimiento al aporte que han realizado a la espiritualidad de la sociedad chilena. En el país, hay una diversidad de credos, que a la vez representan posturas distintas frente a la sociedad, pero la institucionalidad evangélica ha tenido importantes avances en conversión de fieles.
Es muy importante el rol social que han cumplido los evangélicos y protestantes, así como el porcentaje significativo de sus fieles, un 15,1% de la población, de acuerdo con el censo de 2002, y luego 16,6% según el censo de 2012. La mayoría de los fieles se encuentra en la Región Metropolitana (723.567), la Región del Biobío (487.965), La Araucanía (193.660) y Valparaíso (145.750).
El aporte del pueblo evangélico no sólo debe considerarse desde el punto de vista de la ramificación de sus templos en todos los rincones del país, sino también en otros ámbitos del quehacer nacional, como es el caso de la educación y de los colegios que tienen y administran. Han desarrollado una importante labor, solidaria, especialmente con los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Aparte de proyectos educacionales con sus colegios, han trabajado en la reinserción social, con una fuerte presencia en las cárceles para contribuir a rehabilitar a quienes han delinquido y están en aquellos espacios donde las personas más requieren de apoyo y de guía espiritual.
La presente festividad ocurre en momentos en que el país enfrenta una complicada situación, en medio de la epidemia de covid 19, que desde marzo del presente año ha obligado a suspender la realización de cultos, inicialmente, o realizarlos con limitaciones en el número de asistentes y manteniendo el respectivo distanciamiento social. En estas circunstancias tan especiales, seguramente se expresará la palabra de los pastores de las distintas iglesias evangélicas, haciendo oír su voz ante la sociedad y las instituciones, con el fin de analizar la actual situación que vive el país y para enviar su mensaje de esperanza al pueblo evangélico, opiniones que siempre se han dado en un marco de respeto y consideración.
En estas circunstancias tan especiales, seguramente se expresará la palabra de los pastores de las distintas iglesias evangélicas, haciendo oír su voz ante la sociedad y las instituciones, para analizar la actual situación del país y para enviar su mensaje de esperanza al pueblo evangélico.