La historia común entre perros y humanos lleva 11.000 años
Estudio apunta a que la domesticación de los canes se inició justo después de la Era del Hielo, cuando existían cinco tipos de estos animales.
El inicio de la relación entre perros y humanos sigue siendo un misterio, aunque un nuevo estudio señala que la domesticación se había completado hace al menos 11.000 años, justo después de la Edad de Hielo, cuando ya existían cinco tipos de canes con distintas ascendencias genéticas.
Una investigación que publicó la revista Science, rastrea a través del estudio genético de muestras de 27 perros, algunos de los cuales vivieron hace 11.000 años en Europa, Oriente Próximo y Siberia, la diversidad canina y cómo estos acompañaron al ser humano en su expansión.
Entre las muestras analizadas hay un animal que vivió hace 6.200 años en la cueva de Marizulo (Guipúzcoa, España), donde fue encontrado en un enterramiento del neolítico junto a un joven y un cordero, explica el prehistoriador de la Universidad española del País Vasco, Aritza Villaluenga.
El estudio analiza el origen de la domesticación del perro, un tema que "ha tenido un gran debate", pero esta es la primera vez -destaca- que se considera a escala global, incluyendo animales hallados en contextos arqueológicos en Asia, África, América y Europa.
El equipo, dirigido por científicos del Instituto Francis Crick de la Universidad de Oxford, junto a expertos de más de diez países, demostró que la diversidad observada hoy entre perros en diferentes partes del mundo se originó cuando los humanos aún eran cazadores-recolectores.
Algunas variaciones que se ven entre los perros que caminan por la calle hoy en día "se originaron en la Edad de Hielo. Al final de ese periodo los perros ya estaban muy extendidos por todo el hemisferio norte", según el autor principal de estudio, Pontus Skoglund.
DOMESTICACIÓN
Alguna teorías apuntan a que el inicio de la domesticación puede remontarse incluso a 25.000 años, aunque este estudio aporta pruebas de ADN y de data con carbono 14 de hace 11.000 años, con muestras de perros procedentes de Rusia, cuando el proceso de domesticación ya había terminado, indica Villaluenga.
Se trata de perros del Paleolítico, cuando los humanos eran cazadores y recolectores, animales que dejaron paso, hace unos 7.000 años, a los canes del Neolítico, asociados a los primeros agricultores y que se expandieron por toda Europa.
El perro de la cueva de Marisulo pertenece a esta época y es prueba de que "en el Neolítico la expansión de esta gente que practicaba la agricultura y ganadería se produjo de una manera relativamente rápida. En unos centenares de años -dice-, pasaron desde Oriente Próximo hasta la otra punta de Europa y trajeron a sus propios perros".
Posteriormente, hace 4.000 años, aparecen restos en Alemania de un tercer tipo -precisa el investigador-, que se cree que procede de las estepas europeas y llega con los pueblos de las edades de Cobre y Bronce, el cual se expande por todo el continente y del que proceden todos los perros que hay hoy en Europa.
El estudio además señala que hace 11.000 años lobos y perros estaban genéticamente diferenciados y que, tras la domesticación, no hay genes de los primeros que pasan a los segundos, aunque sí al revés, por casos de canes que se asilvestraron y pasaron parte de su carga genética a las poblaciones salvajes de lobos.
Los investigadores también compararon la evolución en la historia del perro con los cambios en la evolución humana, los estilos de vida y las migraciones. En muchos casos, se produjeron cambios comparables, ya que los humanos llevaron a sus perros con ellos mientras migraban por todo el mundo.