"No me siento parte de la elite. No creo ser un rostro de los mismos de siempre"
El excanciller anunciará hoy su precandidatura a La Moneda. Es la primera elección popular en que participa.
Hace seis meses que no ha podido ir al barrio Exposición de Santiago, donde creció. La pandemia se lo ha impedido. Pero hoy Heraldo Muñoz (72) se parará frente al restaurant El Hoyo, en la calle San Vicente, y desde ese lugar lanzará oficialmente su opción como precandidato de su partido, el PPD, a la presidencia de la República. El tradicional local ha sorteado la pandemia y ahora está en manos de dos de sus primos. Siempre la propiedad ha estado ligada a su familia.
Muñoz fue vocero del gobierno de Ricardo Lagos y luego canciller con Michelle Bachelet. De ser ratificado como candidato por el partido que preside, el PPD, sería la primera vez que participa en una elección popular. "Lo de mañana (hoy) es el inicio de una conversación colectiva para que el Partido por la Democracia decida si puedo representarlo como candidato presidencial y eventualmente en una primaria de la centroizquierda", dice.
-¿Y por qué apuesta por ir a la Presidencia y no como miembro de la Convención Constitucional?
-Creo que es necesario marcar el espacio de la izquierda socialdemócrata que hoy no tiene candidatos o candidatas. Hay que pensar en las plataformas, en las ideas y propuestas para ofrecerle al país el sueño del Chile preferido de aquí al 2030. Ni siquiera hay que pensar en el próximo gobierno, sino en cómo enfrentar los desafíos que se nos vienen por delante para un país más justo y más digno, que recupere el crecimiento económico y el empleo. Para eso se necesita mirar trayectorias de las personas, pero también los programas, las ideas colectivas que se presenten. Yo aspiro a contribuir a un país donde una persona que nace en Estación Central pueda tener las mismas oportunidades que alguien nacida en Vitacura.
-¿Cuáles son estas ideas?
-Se trata en primer lugar de tener un nuevo modelo de desarrollo que apunte hacia un estado de bienestar, y eso significa un estado que proteja socialmente a los ciudadanos e implica reformas profundas en materia de salud pública para tener una de calidad para todos y todas y no con el actual sistema donde la salud no es un derecho. Lo que haría es tener un fondo único de salud para fortalecer Fonasa, donde vayan todas nuestras cotizaciones del 7%. De ese modo, invertir no sólo el 3,6% del PIB, sino que el 6% y después más para estar igualados a los países OCDE. Y quien quiera tener isapre puede continuar con ella como una suerte de seguro complementario. Tenemos que abordar ahora la calidad de la educación pública, la descentralización del país. La nueva Constitución nos da la posibilidad de repensar esa dimensión, de modo de transferir poder a las regiones. También quiero una economía verde, vale decir, un modelo de desarrollo sustentable donde una de las prioridades sea la protección del océano. En la actual Constitución no hay ninguna palabra sobre el océano y resulta que la zona económica exclusiva de nuestro país es tres veces la cantidad de territorio continental e insular, excluyendo el territorio antártico.
-¿Cómo ve la competencia futura en su sector? Ya se han ofrecido Francisco Vidal y Ximena Rincón, entre otros. MEO está volviendo.
-Lo veo bien, porque me parece que en una democracia vigorosa debe haber diferentes opciones y la gente tiene que tener la oportunidad de elegir. Que se ofrezcan mil flores me parece muy bien, refleja que nuestra democracia todavía goza de buena salud y habrá que pensar en el mecanismo para que la gente pueda elegir antes de que se llegue a la presidencial. Por eso estoy por primarias abiertas, de tal modo que, pese a que sean primarias de un partido o conjunto de partidos, sea la ciudadanía la que pueda participar y no sean sólo los militantes.
-¿Y cree que puedan ponerse de acuerdo para primarias? No pudieron hacerlo para las elecciones de gobernadores y alcaldes.
-Bueno, es verdad, pero eso apuntaba a un acuerdo de toda la oposición, pero al menos logramos un pacto significativo de seis partidos donde están el PPD, el PS, el PR, la DC y el PRO y Ciudadanos, en las 16 regiones. Pero como ahora se trata de una competencia más acotada, primero en un partido, y luego en otros partidos que tendrán que elegir mecanismos de elección de su candidato o candidata, no creo que sea tan complejo. Eventualmente, la primaria abierta de la centroizquierda donde concordemos un programa común, porque acá no se trata de una competencia de rostros, de personalidades, sino de ideas y de las personas que encarnan esas ideas o programas.
-¿Cree que cambió definitivamente el escenario político chileno? La derecha fue dividida al plebiscito y ni hablar de "las oposiciones".
-Yo creo que sí, pero está sucediendo hace tiempo. La ciudadanía ya no se identifica tanto en el eje izquierda y derecha, sino que más bien tiende a la independencia, a no tener adhesiones ideológicas porque Chile es una sociedad más diversa. Por eso es que soy partidario de que los partidos no intenten copar la Convención Constitucional, porque ahí tienen que estar los jóvenes, tienen que estar las mujeres, los independientes, los pueblos indígenas. Esta diversidad le hace bien al país. Es un desafío muy fuerte a la política, aunque ésta supo responder con el acuerdo del 15 de noviembre que permitió la reforma constitucional y justamente que condujo al plebiscito. Así que creo que hay un mandato y un desafío de la política. Un país diverso le hace bien al futuro.
-Hay muchas quejas de que siguen los mismos de siempre. ¿Es usted uno de los mismos?
-No soy un político tradicional. No he sido nunca alcalde ni concejal ni diputado ni senador. Esta es la primera elección popular a la cual iría. He sido más bien académico y diplomático. Nunca me imaginé estar en la actual condición de postular a una candidatura a la presidencia de la República. Nunca estuvo en mis cálculos. Y lo que aspiro es a presentar y a escuchar a la gente y tratar de expresar los sentimientos y anhelos especialmente de la clase media y de los más vulnerables. Pero subrayaría a la clase media baja de donde provengo. Por lo tanto, no me siento parte de esa elite. Así que no creo ser un rostro de los mismos de siempre porque de hecho recién entro en la política contingente en 2018, cuando soy elegido presidente del PPD. Antes de eso era un experto al que llevaban a la televisión y me entrevistaban en los diarios como especialista en política internacional.
-Joaquín Lavín habló el domingo de un gobierno de unidad. Si no, no será candidato. ¿Cree posible que se pueda organizar un gobierno de unidad?
-De lo que yo estoy convencido es de que es necesario aunar voluntades a futuro. Un país dividido no tiene futuro. Por eso enfatizo tanto la conveniencia de un gran pacto social que incluya las reformas estructurales que el país necesita: un acuerdo de justicia tributaria para que contribuyan más quienes tienen más. Y medidas para recuperar el crecimiento económico y el empleo y la inversión. Eso requiere unidad, un amplio espectro, y eso se ha hecho en algunos países exitosos donde empresarios y trabajadores, gobierno y oposición, partidos políticos de izquierda y derecha se han sentado a definir el futuro. Cada partido compite dentro de ese marco de acuerdo. Por eso digo que tenemos que empezar a imaginarnos el Chile del 2030. Y no el de la próxima elección presidencial. Un gobierno de unidad nacional es distinto, aunque no sabemos cómo es lo que plantea Lavín, porque lo único que yo veo es un titular, no veo las bajadas, el detalle. Quiero un modelo de desarrollo que avance hacia un estado de bienestar Y ahí veremos qué es lo que quiere la gente y me parece que hoy casi en construcción un cierto sentido mayoritario hacia un estado de bienestar. Hacia un país más digno y próspero, pero más digno. Donde el crecimiento entra a todos los hogares y no en manera desigual como ha sucedido en este país pese a todos los avances en los 30 años y los errores y omisiones.
"Lo de mañana (hoy) es el inicio de una conversación colectiva para que el Partido por la Democracia
decida si puedo representarlo como candidato presidencial".
"Soy partidario de que los partidos no intenten copar la Convención Constitucional. Ahí tienen que estar los jóvenes, tienen que estar las mujeres, los independientes, los pueblos indígenas".