Investigadoras conectan a "El Peneca" con sus antiguos lectores
Paulina Daza, Marcia Martínez y Clara María Parra lanzarán su proyecto a las 18 horas en la página de Facebook de la Biblioteca Municipal.
Por Nicolás Martínez Ramírez
Con el surgimiento del periodismo moderno, a inicios del siglo XX, nacieron numerosas revistas especializadas dirigidas a ciertos segmentos de la sociedad.
Uno de ellos fue el infantil, para el que se publicaron -solo en la primera década de los años 1900- revistas como la "Revista de los niños" (1905), "Chicos y grandes" (1908) y "El Peneca" (1908).
Creada por la editorial Zig-Zag, esta última fue la única que logró sobrevivir y es recordada hasta hoy, pese a haber sido publicada por última vez en 1960.
Es así que las investigadoras Paulina Daza, Marcia Martínez y Clara María Parra, todas excompañeras en el Doctorado en Literatura Latinoamericana de la UdeC, decidieron ahondar en la revista. Todo por un interés común en la historia de la lectura.
"A partir de conversaciones más domésticas y en entornos familiares, comenzamos a notar una reiteración de información, que tenía que ver con las generaciones que hoy consideramos como 'los abuelos'. Se referían mucho a las revistas que compraban para ellos como infantes y que realizaban una lectura familiar", señaló Parra.
A partir de ahí y luego de un llamado de atención por la repetición de experiencias en torno a "El Peneca", las investigadoras comenzaron a recabar las vivencias. Es así que hoy, desde las 18 horas en la página de Facebook de la Biblioteca Municipal de Concepción, será presentada la web elpenecacomunidadeslectoras.cl.
El sitio será introducido por la académica Marina Alvarado, de la Universidad Cardenal Silva Henríquez, y el profesor Tomás Cornejo, de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
TRABAJO
Con más de un año de trabajo investigativo -desde fines de 2018- como parte del proyecto del Fondo del libro y la lectura "Comunidades lectoras del Biobío: El Peneca (1908-1960)", la investigación reúne entrevistas a 16 hombres y mujeres de entre 65 y 92 años. Todos actuales habitantes del Biobío, pero que pasaron sus infancias en otras zonas del país.
De acuerdo a Parra, "nuestra pregunta giraba en torno a por qué esta revista era la más recordada. Cuando hablamos con los lectores, señalaban que la revista les impactaba por las imágenes y el color. Fuimos a explorar y no era muy difícil, porque las personas guardan las revistas y ese es otro rasgo que nos llamó la atención".
De acuerdo a las investigadoras, la revista -a lo largo de los casi 50 años que duró- también mostró rasgos de modernidad técnica, algo que la particularizó frente a las otras publicaciones de la época.
"Es un dispositivo de impacto social, porque acuñó todas las posibilidades de manejo de color e impacto sensorial que podía tener una publicación de principios de siglo. Además, Chile es un país que no tiene una industria editorial tan desarrollada como México o Argentina, pero aún así esta revista mostró que podía tener impacto no solo en las poblaciones urbanas, sino que también llegaba al campo", agregó la doctora en Literatura Latinoamericana.
Lo que será presentado hoy, particularmente, son las propias personas que tuvieron contacto directo con la revista. La página contendrá el acercamiento inicial a la publicación, a partir del testimonio de sus propios lectores. Especialmente, el material que más les impactó, como portadas e historias.
"Esta es la primera parte de la investigación, porque esta continúa y la idea es poder escribir un libro sobre todas las experiencias. Por una parte, el estudio del material, porque la historia de la lectura tiene muchas facetas y una de ellas es la materialidad, el cómo se consolidaron y sobrevivieron al registro de los archivos. La otra, dedicada a cómo se forman comunidades de lectores en torno a prácticas particulares y una tercera, a estas últimas en sí mismas, ya que eran lecturas colectivas", señaló Parra.