La percepción de temor frente a los delitos
La Fundación Paz Ciudadana ha informado que el índice nacional de medición de la situación delictual del país y de la percepción de inseguridad de la población mostró una caída, llegando a 27,4%, la cifra más baja de toda la serie histórica de este indicador que se elabora desde el año 2000. El resultado fue 13 puntos porcentuales menos que el 40,6% observado en 2019. El informe mide el porcentaje de hogares en que uno o más de sus integrantes fue víctima de un delito de robo o intento de robo, sin embargo, anotó que la percepción de temor de la ciudadanía sigue en alza.
Normalmente la victimización y el delito son condiciones que tienen factores multidimensionales que las provocan, pero lo más probable es que en este caso la pandemia y las cuarentenas que han limitado el desplazamiento de las personas han influido también en la cifra de menores delitos. Igualmente, la revictimización, entendida como el haber sido víctima de más de un ilícito en el año, fue de un 17,7%, cifra menor que el 26% observado en 2019.
Además, el reporte muestra que, a pesar de la baja en los hogares con víctimas, el nivel de temor alto se mantiene entre los años 2019 y 2020, especialmente porque un 55,1% cree que el actual nivel de delitos de su comuna aumentará en los próximos doce meses. Las personas tienen temor a ser víctimas de un robo o ataque y pese a los esfuerzos que realizan los organismos que tienen que ver con la prevención y el control, no ven logros significativos.
Existe en la ciudadanía la sensación de que los esfuerzos que realizan las policías, los organismos de gobierno y la colaboración de los municipios para hacer frente a los delitos, se esfuman cuando se pone en funcionamiento la "puerta giratoria", que permite a quienes delinquen salir impunes y sentirse más seguros para continuar atacando. Se genera un fuerte rechazo en los ciudadanos cuando -por ejemplo- por televisión a esas personas reírse al momento de abandonar el tribunal, escoltados por sus defensores, mientras sus familias incluso amenazan a las víctimas.
Con frecuencia se dan a conocer informes que muestran el altísimo porcentaje de causas que reciben las fiscalías y que se archivan sin tener un resultado. Por eso, el pensamiento de los ciudadanos que interactúan con estas instituciones es que no le están dando una solución concreta al problema de la delincuencia.
Para el año 2020, y a pesar de las restricciones de movilidad producto de la pandemia, las denuncias alcanzaron un 54,3% de los delitos, cifra significativamente superior al 49,4% del año 2019. De las víctimas que dejaron constancia en Carabineros, un 27,2% indicó quedar satisfecho con la actuación policial, cifra menor al 32% del año 2019. Afortunadamente, el hecho de que aumenten las denuncias revela que son cada vez menos las personas que optan por no denunciar debido a la creencia - muchas veces fundada- de que no tendrán resultados en el sistema judicial. Hay que advertir que resulta contraproducente la resistencia de las víctimas para dejar constancia, ya que esto se traduce en que esos hechos pasan a integrar la llamada "cifra negra" de la delincuencia.
Es cierto que el tema de fondo en la delincuencia es que muchas familias no han tenido oportunidades educacionales y laborales para desarrollarse, pero no hay que desconocer que aun teniendo esas oportunidades, los caminos del delito ofrecen el atractivo de dinero fácil con mínimo esfuerzo. Y mientras se hacen los cambios que permitan un sistema educacional más integrador, que podría tomar años y hasta generaciones, hay que dar respuesta a los problemas que enfrenta hoy la gente: la delincuencia es una realidad que atemoriza a las familias y la percepción ciudadana es que no se hace lo suficiente por resolverla. Por ello, las instituciones y autoridades requieren de nuevos modelos de gestión que fortalezcan las acciones preventivas y de persecución criminal inteligente, que reemplacen una estructura esencialmente reactiva.
Además, el reporte muestra que, a pesar de la baja en los hogares con víctimas, el temor alto se mantiene entre los años 2019 y 2020, especialmente porque un 55,1% cree que el actual nivel de delitos de su comuna aumentará en los próximos doce meses.