Bolivia vive una tranquila jornada de votación, con largas filas y demoras
La nación altiplánica fue el primer país en celebrar elecciones en Sudamérica en el marco de la pandemia. El expresidente Evo Morales siguió el proceso desde Buenos Aires.
Las elecciones generales en Bolivia transcurrieron ayer con tranquilidad y con gran afluencia de votantes en medio de las medidas de bioseguridad. Sin embargo, el comienzo estuvo marcado por la discordia política que provocó el órgano electoral boliviano tras descartar el recuento preliminar de votos, por lo que los resultados podrían tardar días.
A diferencia de 2019, cuando los bolivianos acudieron a las urnas en un clima de crispación política y tras protestas ante lo que se temía que ocurriría, el presunto fraude y la cuestionada candidatura del entonces presidente Evo Morales, ayer el país reportó una jornada de calma y sin mayores incidentes. Las elecciones fueron observada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y Naciones Unidas.
Aunque hubo excepciones a la calma, como el robo de unas maletas con papeletas de votación, pero que no estaban marcadas y fueron recuperadas por la Policía, que arrestó a dos personas.
La presidenta interina Jeanine Áñez llamó a los bolivianos a acudir a las urnas y garantizó que unos 35.000 policías y militares serían desplegados a lo largo del país para que vigilaran el desarrollo de las elecciones generales para elegir vicepresidente y renovar el Legislativo por cinco años.
LARGAS FILAS
"Tenemos una jornada electoral que está transcurriendo en paz", resaltó durante la tarde el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero.
Desde que arrancó la jornada en los nueve departamentos (símil regiones) del país, se reportaron filas extensas en los recintos de votación, que según explicó Romero fue porque "el procedimiento de voto es un poco más lento que de costumbre".
En algunas zonas rurales de Bolivia se reportaron tumultos, embotellamientos y largas filas de votantes sin que se respetaran las medidas de bioseguridad, por lo que las autoridades se vieron desbordadas.
Para estos comicios, los primeros que se celebran en Sudamérica en medio de la pandemia, se habilitaron más mesas de votación, 5.134 recintos electorales en total, que abrieron a las 08.00 hora local y funcionaron nueve horas ininterrumpidas hasta las 17.00.
SIN EVO MORALES
Los comicios de ayer han sido calificados de "históricos" ante la ausencia por primera vez en 18 años de Evo Morales como candidato a presidente, quien desde hace casi un año vive en Buenos Aires y ejerce como jefe de campaña de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS).
En unas breves declaraciones ayer en el centro de cómputo montado por el MAS en Buenos Aires, Evo Morales celebró el "espíritu democrático y pacífico" de la jornada y pidió a los votantes no caer "en ningún tipo de provocación".
El expresidente, que no puede votar debido a la inhabilitación que él mismo define "por motivos políticos", señaló que "ante tanto rumor" sobre lo que hará, quería aclarar que su prioridad "es exclusivamente la recuperación de la democracia".
Cerca de 7,3 millones de bolivianos estuvieron habilitados para sufragar en estas votaciones, de los cuales 301.631 están censados para votar en el exterior y un 47% de ellos lo hará en Argentina, donde oficialmente residen alrededor de 450.000 bolivianos.
CANDIDATOS OPTIMISTAS
El primero en ejercer su derecho al voto fue Luis Arde, candidato del MAS, quien se mostró confiado en que su partido volverá al poder en Bolivia con una victoria en las urnas, frente a otros a los que acusó de haberlo tomado "por las armas".
El MAS era el favorito en las encuestas, aunque con duda si podría ganar en primera vuelta o irá a segunda con Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa. El expresidente Mesa votó en La Paz y dijo que Bolivia vive un "momento fundamental" para poder salir de la crisis.
El tercero en las encuestas, el candidato por Creemos, Luis Fernando Camacho, pidió transparencia y "consolidar" el proceso democrático al votar en Santa Cruz.