Los cambios de un comercio penquista que aún no se levanta
"Como comercio, la fecha del 18 de octubre no es algo que nos cause alegría o una sensación positiva, en el sentido que nos recuerda todo lo que tuvimos que pasar, vimos en pleno el nivel de violencia en el centro", dice Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción.
Las manifestaciones post 18-O tenían como itinerario pasar por la Plaza de la Independencia y la Plaza de Tribunales, entre ambos puntos cuando comenzaban los enfrentamientos después de las 18 horas, también ocurrían saqueos a locales comerciales emplazados desde O'Higgins hasta Avenida Los Carrera.
En total, la Cámara de Comercio contabiliza 149 tiendas que tuvieron que cerrar sus puertas tras las manifestaciones del año pasado por lo daños recibidos, robos, incendios y por las bajas ventas.
Durante las semanas que duraron las movilizaciones, la dinámica de cada día era similar: marchas convocadas desde las 11 de la mañana que se desarrollaban sin contratiempos, sin embargo, después de las 17 horas comenzaban los enfrentamientos y llegaban también quienes aprovechaban de robar en los recintos.
Esto obligó a que los locales modificaran su rutina de trabajo y, además, el exterior de sus comercios: las cortinas se bajaban entre las 14 y las 17 horas, y comenzaron -primero- a soldar latas a sus puertas para evitar que fueran destruidas con facilidad por los saqueadores. Con el paso de las semanas, varios se cambiaron hacia las rejas.
Cepeda comenta que "desde el estallido que nunca volvimos al horario normal, empezamos a trabajar entre 4 a 5 horas, debido a que las manifestaciones tenían su peak a las 4 ó 6 de la tarde tanto en la Plaza de la Independencia como en Tribunales, tuvimos problemas con los trabajadores porque muchos tuvieron que tomar licencia médica por estrés. Hubo que hacer turnos para resguardar los locales de noche y que no entraran a las galerías".
Como Cámara de Comercio hicieron un llamado a que se blindaran los locales, a contratar más guardias de seguridad y reforzar las entradas de las galerías.
Tras un mes y medio desde que comenzaran las movilizaciones del 18-O, el anterior presidente de la Cámara de Comercio, Arturo Della Torre, tuvo que renunciar a su cargo porque recibió amenazas hacia él y su familia, en el marco de unas declaraciones que entregó por el momento social que se estaba viviendo.
"Como directorio tuvimos que seguir trabajando fuertemente, en sacar adelante el tema, especialmente porque desde el estallido social no hemos podido repuntar ni tener perspectiva de venta. Si bien las demandas sociales nadie las desmerece, la forma en que se manifestaron y las consecuencias graves que trajo, no era lo correcto. Y ahora tenemos el centro todo blindado", sentencia Cepeda.
Reconoce que están esperando el fin de las cuarentenas para poder volver a funcionar, pero también temen que el fin de la restricción de movilidad sea el impulsor para un resurgimiento de las manifestaciones y que ellos, como locatarios, deban seguir con restricciones en su funcionamiento.