Es ya costumbre que, cada año, este sea el mes que concentra los esfuerzos para crear conciencia en torno al cáncer de mama. Se le llama incluso "octubre rosa", aludiendo al color asociado a la enfermedad y utilizado en todas las campañas que, a nivel mundial, resaltan la importancia de realizar las acciones que lleven a una detección precoz. Pero este 2020 tiene características especiales que hacen que ese llamado deba hacerse con más fuerza que en otras ocasiones.

Las condiciones impuestas por la pandemia de Covid-19 provocaron que muchas mujeres tuvieran que postergar su mamografía anual e incluso que demoraran en consultar ante señales de alteraciones en sus mamas. Por eso, hoy el mensaje es que acudan a realizar sus exámenes.

"Es fundamental que se retomen los controles mastológicos. A estas alturas estamos recibiendo muchas pacientes que no consultaron a tiempo y en las que vemos el avance de la enfermedad producto de la pandemia", comenta el Dr. Badir Chahuán, jefe del Equipo de Cirugía Oncoplástica de Mama de FALP. "Hay que recordar que en el cáncer de mama el pronóstico depende mucho de la etapa en que se encuentre", insiste.

En efecto, en 9 de cada 10 mujeres esta es una enfermedad curable si es que se diagnostica tempranamente. "La clave es, ojalá, encontrar las lesiones antes de que se palpen, por medio de exámenes de imágenes", dice el especialista.

La pandemia ha sido una de las razones por las que muchas mujeres no han realizado su mamografía anual, pero no es la única.

"Uno en la consulta puede apreciar que las mujeres en Chile hacen todo muy bien, pero en general descuidan su salud. Muchas de ellas dejan pasar 3 a 5 años sin controlarse, y algunas nunca se han hecho una mamografía porque les da miedo encontrar algo. Esa es la mentalidad que queremos cambiar, las mujeres deben entender que su salud es primordial", comenta el Dr. Chahuán.

¿Qué hacer entonces? Todas las mujeres sobre 40 años deben realizarse una mamografía anual, aunque no existan antecedentes de cáncer de mama en su familia. Si los hubiera, deben empezar con los controles 10 años antes de la edad en la que su familiar fue diagnosticada. "La mamografía es el único examen que ha demostrado disminuir la mortalidad por cáncer de mama", afirma.

El autoexamen de mamas, en tanto, no reemplaza a la mamografía, pero es importante como herramienta de conocimiento que permitirá reconocer alguna alteración -como protuberancias o cambios en la piel- y consultar con un médico. Es especialmente útil en el caso de las mujeres más jóvenes, que por edad aún no entran en el rango de la mamografía.

"Hoy están las condiciones para retomar el cuidado de la salud. Quizás, en este momento de la pandemia, hay que priorizar las cosas por las que uno va a salir; algunas de ellas pueden esperar más, pero es clave que el control médico no se retarde. Las mujeres no deben dejar pasar el tiempo porque, si se detecta un cáncer, ese tiempo puede ser vital en su pronóstico", finaliza.