"Hemos tenido problemas de comunicación, de confianza, pero las tensiones se han gestionado"
El secretario de Estado aborda la pandemia, la polémica por el manejo de cifras, la suspensión de la convocatoria para 2021 de Becas Chile y la vacuna para hacer frente a la pandemia del covid-19.
Andrés Couve dice que muchas veces tuvo que estar al otro lado de la mesa, peleando más presupuesto para la actividad científica frente a comisiones parlamentarias y representantes del ministerio de Hacienda. Con esa experiencia y además como destacado científico (tiene un doctorado en Biología Celular y un postdoctorado en Neurociencia), se convirtió en el primer ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile y esta vez le tocó a él hacer un recorte que, dice, fue difícil pero necesario.
El anuncio de que en 2021 se suspendería la convocatoria a las Becas Chile, que es el mecanismo mediante el cual los investigadores chilenos financian sus estudios de postgrado en el extranjero, cayó como una bomba en la comunidad científica.
-Más allá de lo lógico que resulta entender que hay que recortar presupuesto por la crisis económica, ¿cómo se puede explicar esta decisión?
-Son decisiones difíciles, pero hemos definido dos cosas: en este escenario difícil quisimos priorizar la protección y el resguardo de nuestro sistema nacional y en ese sentido instrumentos que son valiosos para la comunidad científica, como el Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico), en cada una de sus modalidades, regulares, iniciación, postdoctorado, centros de investigación, y también las becas nacionales, van a tener niveles de adjudicación en 2021 que son equivalentes al 2020. Por lo tanto, una de las primeras cosas que hicimos fue resguardar nuestras capacidades nacionales. Y para eso, se tuvo que suspender transitoriamente la convocatoria a Becas Chile, pero sólo para el año 2021. Esta es una medida transitoria. Además, toma en cuenta la incertidumbre internacional. Por ejemplo, de las 20 universidades que más seleccionan nuestros estudiantes, 16 de ellas están totalmente cerradas. Solo cuatro, en Australia, tienen una apertura parcial. Por lo tanto, es un presupuesto que es muy responsable con lo que está ocurriendo hoy en el país, y tiene este foco en la investigación nacional.
-¿Y no se podía recortar en otros ítemes?
-Hace unos días cumplimos el primer aniversario como ministerio y estamos en un momento en que estamos consolidando la institucionalidad, estamos haciendo que el ministerio tenga todo el músculo que requiere para cumplir con su función. Y este contempla dos cosas adicionales que son muy significativas y que nos gustaría darle mucha relevancia. La primera, es que se transfieren capacidades y programas que apuntan a la transferencia tecnológica y a la innovación. Y ese era un anhelo que existía en la comunidad científica. También se incorporan elementos para coordinar algunos institutos tecnológicos públicos donde está una musculatura distinta que es la de la investigación del Estado, como el Instituto Antártico Chileno, la Comisión Chilena de Energía Nuclear, el Instituto Nacional de Hidráulica, y como cuatro centros o institutos del ministerio de Agricultura. Entonces también este presupuesto nos permite coordinar institutos que tienen que ver con la investigación y la tecnología públicas.
-No debe haber sido fácil la decisión.
-Exacto. Tienes que considerar que yo provengo del mundo académico y estuve presente en muchas de las discusiones presupuestarias en el mundo de la academia y sé lo difícil que es. Hay un anhelo muy genuino de la comunidad científica y de muchas otras personas para que nuestra investigación sea cada vez más fuerte, que podamos hacer crecer la comunidad científica, incorporar cada vez a más jóvenes. Pero hay que tomar decisiones difíciles en la posición en que estoy, entendiendo muy bien cómo el mundo académico participa de estas discusiones. Obviamente para mí fue difícil.
-¿Se puede asegurar que no les faltará financiamiento a los que están cursando posgrados afuera?
-Así es, no ha faltado hasta el momento. Todos los estudiantes que están cursando sus becas están recibiendo financiamiento y esos que son más de 2.000 van a poder continuar con sus planes de estudio, van a poder finalizar sus programas.
-¿Y qué pasa con los que por la pandemia se les extendió el tiempo de estudio?
-Nosotros hemos tenido conversaciones con los becarios y becarias en situaciones difíciles y desde la ANID (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo) se han hecho esfuerzos significativos para ayudar a estos jóvenes con financiamiento, flexibilidad (por ejemplo, que puedan regresar antes) y también extendiendo sus visas.
VACUNA Y DATOS COVID
-¿Qué avances hay en la vacuna?
-Tenemos avances a nivel nacional. Estamos abordando esto a través de una estrategia nacional Una parte de ésta tiene que ver con los ensayos clínicos de fase tres. A la fecha hemos recibido cuatro recomendaciones del Comité de Vacunas para hacer ensayos clínicos. Son la Sinovac, Oxford, CanSino y Janssen. Sinovac y Janssen ya fueron autorizados por el ISP cumpliendo con toda la normativa vigente. Hay avances. Y esos avancen involucran a universidades regionales.
-¿Qué significado tiene para el país poder hacer ensayos clínicos?
-Tiene dos grandes implicancias. Al hacer ensayos clínicos en Chile favorece una interacción comercial. Nos pone en una posición para poder negociar un número de dosis en caso de que la vacuna sea exitosa. Lo segundo, es que, además, como lo hacemos a través de la comunidad científica, fortalece esa capacidad de investigación clínica y también establece vínculos con estos desarrolladores porque sabemos que esta no va a ser la primera ni la última vacuna en la que vamos a tener que participar en ensayos colaborativos. Por lo tanto, es deseable tener estas redes internacionales muy consolidadas para el futuro.
-Su ministerio es parte de la Mesa de Datos de la Mesa Social Covid-19. ¿Qué tiene que decir sobre la polémica sobre el manejo de los datos, que ha llegado hasta una investigación por parte del Ministerio Público?
-El rol del ministerio ha sido poner a disposición datos que ya son públicos de otros ministerios y ahora también datos del sector privado. Hemos tenido el rol de ordenar esta información, de ponerle una nomenclatura estándar, albergarla en un solo sitio de libre y fácil acceso, de tal modo que pueda ser utilizada por la comunidad científica y también que sirva para informar a la ciudadanía. Eso lo hemos hecho con el mundo académico. Ahora eso hoy nos ofrece una base de datos que es abierta y que tiene más de 60 productos de datos, que incorpora a las universidades para generar nuevos indicadores de calidad y no ha estado exento de dificultades. Hemos tenido problemas, ha sido difícil, ha habido muchísimas tensiones, hemos tenido problemas de confianza, de comunicación, pero esas tensiones se han gestionado, hemos estado trabajando con la comunidad académica de manera sostenida y creo que ha dado frutos inéditos de una comunicación académica y pública y privada que permite mostrar estos datos para todos. Así ha sido reconocido por ejemplo por la OMS. Entonces, ¿ha sido difícil, sí; ¿con problemas? También. Pero ha habido aprendizajes y eso tenemos que dejarlo plasmado. Pero hay que considerar que tuvimos que hacer algo para lo cual ningún país estaba preparado. Entonces, en términos del volumen de la información, de la periodicidad, esto fue una tremenda exigencia de construir un sistema que no teníamos y ahí creo que el compromiso de la comunidad académica fue fundamental.
-Una parte de la comunidad científica dice que no fue escuchada.
-Yo creo que un reflejo de una comunidad científica madura es que sea una comunidad crítica que nos exija como autoridad y que sea independiente. Por lo tanto, en la medida en que toda esa crítica sea constructiva y vaya hacia generar un sistema cada vez mejor, es importante conversar. Nuestra tarea es justamente poner la máxima cantidad de información a disposición de la comunidad científica para que se puedan hacer esos análisis independientes y para que si hay datos que son necesarios que uno pueda tener se genere esa conversación y que ella lleve a que se puedan disponer datos que antes no estaban. Eso ha pasado muchas veces durante esta epidemia porque gracias a esa exigencia, a esa conversación, se han puesto nuevos datos a disposición.
"Hay que tomar decisiones difíciles en la posición en que estoy, entendiendo muy bien cómo el mundo académico participa de estas discusiones. Para mí fue difícil (recortar Becas Chile)".