"La descentralización no va a ser la solución si no se genera un proyecto y una visión común de desarrollo"
La cientista política de origen estadounidense, quien llegó en 1993 a Chile, analiza las oportunidades del traspaso de poder que significará la elección de gobernadores regionales y las opciones de incluir esta materia en el debate constitucional. Advierte que se trata de un proceso que requiere saber aprovechar las oportunidades y aboga por una mayor articulación público-privada y participación ciudadana en las decisiones más importantes.
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Jeanne Simon Rodgers cumplirá en octubre de este año 27 años en Chile. Fue en 1993 cuando arribó a Concepción, en medio del periodo de transición que vivía el país, y por casi una década trabajó en el sector privado. Luego de ello, hace 15 años, se integró a la Universidad de Concepción, donde actualmente se desempeña como académica del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política.
En la actualidad, la doctora en estudios internacionales de la Universidad de Denver, Estados Unidos, es una de las más reconocidas expertas en materia de gobernanza y descentralización, pero además ha realizado diversos estudios sobre derechos de pueblos indígenas y políticas públicas. También ha sido representante de la Fundación Chile Descentralizado y es una activa participante en el debate público regional en materias como equidad de género y desarrollo sostenible.
PROYECTO REGIONAL
-Al ser originaria de Estados Unidos, que es una república federal, ¿le sorprendió algo en particular de Chile, en relación a su centralismo o condición de estado unitario?
-Lo que más me llamó la atención es la forma en que el Estado va estructurando a las personas. Que las personas no consideran que la construcción de un Estado se hace desde abajo, lo cual en Estados Unidos es bastante común. Quizás por el mismo estilo de desarrollo, que fue ocupando terreno dentro del continente norteamericano, con lo cual se fueron armando los pueblos. Nuestra Constitución tiene el concepto de Estado subsidiario, pero es al revés de lo que ocurre en Chile: el Estado federal o nacional toma solamente los elementos que no pueden resolverse localmente. Por eso Donald Trump no tiene tanto poder para mandar a los estados, porque mucho del poder reside, precisamente, en ellos.
-¿Qué le parece ese modelo, en comparación con un estado fuertemente centralizado como el chileno?
-Creo que tiene ventajas y desventajas. Pero tengo esperanzas de que en el caso de Chile la descentralización es un proceso que se va a venir. Ahora bien, habrá regiones que lo podrán aprovechar -espero que Biobío sea una de ellas- y otras que no. Porque al final, no servirá tener mayor autonomía si no se logra generar un proyecto y una visión en común del desarrollo que queremos. La descentralización es necesaria, pero no va a ser la solución si no logramos aprovechar la oportunidad que implica tomar las decisiones desde acá. Hasta ahora muchas veces nos quedamos en la idea de que la culpa de todo la tiene el nivel central y eso no es suficiente.
-¿Cómo se puede apuntar, en concreto hacia el fortalecimiento de un proyecto regional y cuánto ha avanzado Biobío en esa materia?
-Yo trato siempre de ver el vaso medio lleno, aunque eso no quite dar una mirada también a la parte que falta. Como ejemplo, justamente la semana entrante se realizará el encuentro Erede y pienso que el espacio que ha ido generando Irade, de ir construyendo una visión compartida donde hay bastante comunicación público-privada en relación a la Región, es positivo. Además, las veces que me ha tocado participar en análisis sobre la Estrategia Regional de Desarrollo también he visto que el diagnóstico es bastante conocido y compartido. Ahora, la parte medio vacía es que la discusión se da en un círculo bastante cerrado, donde no se ve mucha participación de la sociedad civil o la ciudadanía. También la conversación está muy centralizada en la Provincia de Concepción, lo que hace mucho más difícil la participación de las provincias de Arauco y Biobío. Y claramente eso explica lo que pasó con Ñuble (exprovincia de Biobío), que ahora es región.
-A propósito de procesos que se vinculan con la descentralización del país y más allá de la necesaria democratización que implica la elección de autoridades, ¿ve algunos riesgos en el proceso de instalación de los futuros gobernadores regionales?
-A mí me preocupa el hecho que algo que ha funcionado bastante bien en las regiones es que los seremis trabajen esencialmente como el gabinete del intendente. Y ahora vamos a tener dos figuras (el gobernador regional y el delegado presidencial) y no sabemos si irán a ser de la misma coalición. Aunque incluso si son de la misma coalición, también pueden tener conflictos, porque siempre hay bandos dentro de los partidos. Ojalá la persona que sea elegida sea capaz de convocar y generar colaboración dentro de la Región.
-¿Qué es lo que más echa de menos del liderazgo político regional?
-En la Región, pero también a nivel nacional e incluso global, uno echa de menos más liderazgos que no solamente busquen la ganancia en el corto plazo, sino también a mediano y largo. Nosotros sabemos que para generar desarrollo regional -y el sector privado también lo sabe- necesitamos tener una visión compartida hacia el futuro e ir avanzando conjuntamente en ella más allá de los ciclos políticos. La propuesta que ha generado Chile Descentralizado y también el informe de la Comisión Asesora Presidencial para la descentralización (instancia que se desarrolló durante el gobierno de Michelle Bachelet) era impulsar un voto programático, donde los candidatos se comprometan con el cumplimiento de un programa o, mejor aun, con un instrumento como la Estrategia Regional de Desarrollo, que debería ser lo más transversal posible e incorporar una diversidad de voces.
ESTRATEGIA DE DESARROLLO
-¿Cómo se puede conectar el proceso de descentralización con la necesidad de contar con esa Estrategia Regional de Desarrollo enfocada -por ejemplo- en una mayor especialización territorial, como ocurre en los territorios de Europa?
-Claramente, la descentralización podría favorecer la adaptación de mejores estrategias locales de desarrollo. Pero con el Estado actual que tenemos -que es un Estado subsidiario- quien tendría que llevar la batuta es el sector privado. Si el sector privado engancha con el proceso, eso implica un mayor nivel de coordinación, pero también que las grandes inversiones -obras públicas, portuarias- dejen de decidirse todas en Santiago. Hay que ir construyendo acuerdos en relación al desarrollo que queremos y trabajar en torno a eso.
-¿Y qué valor le asigna específicamente a la especialización en materia de fomento productivo local?
-Lo que ocurre es que hay que tener políticas de fomento que no sean neutrales a la hora de financiar los proyectos. Lo que se debe hacer es financiar los proyectos o impulsar los bienes públicos que sean coherentes con la visión regional, concentrando los esfuerzos en un sector que pueda despegar. Y una vez que eso ocurra, uno puede pensar en otros sectores. Pero lo importante es buscar generar encadenamientos, trabajo, desarrollo dentro del territorio. La descentralización debería servir para avanzar en este camino, al menos, tengo esperanzas al respecto.
-¿Y qué relevancia tiene la gobernanza, y en particular la articulación público-privada, para avanzar en esta materia?
-La idea de la gobernanza es ir ajustando los procesos. En el caso de la Unión Europea un elemento clave es la generación de indicadores que den cuenta del avance de las estrategias. Eso implica voluntad política del sector público, pero también del sector privado.
DEBATE CONSTITUCIONAL
-Ante un posible triunfo de la opción "Apruebo" -a la que usted adscribe- y la consiguiente elaboración de una nueva Constitución. ¿Cree que hay suficiente conciencia desde las regiones para incorporar la descentralización como foco de una Carta Magna?
-No, justamente por lo que estábamos conversando antes. Desde la Región percibimos que muchos de los problemas se deben a la centralización. Pero desde la Región Metropolitana se cree que el problema es de gestión de gobierno. También hay mucho rechazo al proceso desde las elites. Pero todo dependerá de quiénes van a ser los convencionales, para que la descentralización y la participación ciudadana sean temas relevantes. Como académicos, cuando participamos en seminarios o encuentros nacionales, siempre estamos visibilizando el tema de las regiones, porque cuando hablan de Chile muchas veces solamente están hablando de Santiago. Es como la temática de género, que si no se visibiliza, no avanza y no se cambia.
-Y en materia de participación ciudadana, ¿cuál cree que es el desafío central del actual debate constitucional en el país?
-El desafío va a ser justamente la participación, para que la ciudadanía se sienta parte de ese proceso. Porque si gana el Apruebo vamos a tener a los convencionales, pero la pregunta es cómo logramos que se sienta partícipe la gente. Si no, vamos a quedar con la sensación de que hubo más personas escribiendo la Constitución, pero con un resultado parecido. Quizás la respuesta está en el uso de nuevas tecnologías y en tener una mayor diversidad de canales. Pero destaco que desde el estallido social hasta ahora hemos hablado más de política que en los otros más de 25 años que he vivido en el país. Personalmente, me gustaría ver el tema de la participación como uno de los primeros artículos de una nueva Constitución, pues no hay que tener miedo a una democracia vibrante. Contar con más espacios de participación institucionalizada siempre termina favoreciendo un mayor respeto entre todos.
-Y a propósito de la sucesión de elecciones que se avecinan y el clima de mayor polarización. ¿Cómo cree que se viene el futuro para la Región y el país?
-Creo que se vive un momento súper crítico, importante, es la oportunidad de elegir un camino como país. Espero que Chile busque abrirse y confiar en los otros y sobre todo que sea capaz de mirar al mediano y largo plazo, valorando especialmente la oportunidad de pensar un futuro en común, por ejemplo a propósito de la necesaria descentralización. No sé si estoy pidiendo mucho, pero ese es mi deseo. Debo decir que tengo más fe en Chile que la que tengo en Estados Unidos. Quizás porque acá todavía es un país pequeño, donde en general la gente se conoce y es bastante solidaria. Allá las brechas han crecido mucho, por ejemplo entre el campo y la ciudad, mientras que acá todavía hay bastantes conexiones entre lo rural y lo urbano y eso es valorable.
La doctora en estudios internacionales de la Universidad de Denver es una de las más reconocidas investigadoras en materia de gobernanza. Por ello, pone el foco en la relevancia que cumple el sector privado en la planificación estratégica local.