Viene de la página anterior
(...)Lo que sí, todos los que estamos basados en Santiago -lo que ciertamente incluye al Banco Central- deberíamos siempre recordar que lo que ocurre en la Región Metropolitana no siempre representa lo que ocurre en el resto del país.
-¿Cuál es su balance del retiro del 10% de los fondos de pensiones para la economía y cómo esto puede tener efectos para la demanda como para las pensiones futuras?
-Como señalé hace algún tiempo, los fondos de pensiones no están guardados en una bóveda, sino invertidos en activos dentro y fuera de Chile. Por eso el retiro de fondos significaba que las AFP tendrían que vender muchos de esos activos para poder responder a las solicitudes de los afiliados. Las medidas implementadas por el Banco Central, junto con las adecuaciones regulatorias y la propia gestión de cartera de las AFP, permitieron que la liquidación de una magnitud relevante de activos no provocara distorsiones en los mercados.
Respecto al uso de los fondos retirados, nuestra estimación es que la mitad (algo más de 15 mil millones de dólares a fines de agosto) se destinará a consumo, mayormente concentrado en este año. Con ello, el retiro de ahorros previsionales incrementará el consumo privado e implica un impacto positivo de 1,2 puntos porcentuales en la actividad de 2020. En todo caso, considerando una mayor concentración del consumo en bienes e importaciones, dadas las limitaciones a la actividad de servicios, el impacto sobre el empleo no es tan significativo.
(...)Dicho esto, no debe perderse de vista, tal como se reconoció en la tramitación parlamentaria, que esta es una medida que implica usar ahorros que estaban destinados a financiar futuras pensiones, de modo que un balance completo de esta medida debería también considerar el impacto de la reducción de ahorro en la economía y sus efectos previsionales. Sin embargo, este último es un tema que está fuera de los mandatos del Banco Central, por lo que no seremos nosotros quienes hagamos esta evaluación.
-Ha señalado que es importante evitar una eventual inestabilidad financiera y pérdida de liquidez por el deterioro de la cartera de créditos de los bancos. ¿Cómo se puede incentivar a que esto no ocurra?
-La morosidad se ha mantenido estable. Lo anterior obedece mayormente a las diversas medidas de apoyo implementadas, como por ejemplo la Ley de Protección del Empleo, los créditos Fogape-Covid, la reprogramación de créditos y las facilidades del Banco Central, que han mitigado el riesgo de crédito de empresas y personas. Junto con esto, es importante que otras medidas que se discuten en el Congreso, como la reprogramación generalizada de créditos, se evalúen considerando el impacto que tendrían sobre la liquidez, provisiones y uso del capital de los bancos, de modo que no nos encontremos luego con que éstos se topen con límites regulatorios y no puedan seguir prestando.
-¿Debe entenderse en este sentido que el Banco Central haya mantenido la tasa referencial de interés y cómo proyecta la política monetaria?
-El Consejo se ha comprometido a mantener un elevado impulso monetario mientras la economía así lo requiera. Hemos reducido la TPM (Tasa de Política Monetaria) a su mínimo técnico de 0,5% desde marzo pasado, nivel en el que se mantendrá en gran parte de los próximos dos años hasta bien entrado 2022. También hemos adoptado medidas no convencionales de apoyo al crédito y la liquidez. Particularmente importantes son las dos etapas de la FCIC. La primera, que aseguró un financiamiento a tasas equivalente al mínimo de la TPM por 4 años, ya fue copada por el sistema financiero. Esto, más las garantías estatales, han permitido un aumento del crédito, inusual ante la caída que hemos observado de la actividad. Tercero, el Banco estableció un programa de compra de activos que ha mejorado las condiciones de financiamiento en el mercado de bonos bancarios y corporativos.
-¿Es importante la incidencia económica del proceso constituyente?, ¿cómo afecta el plebiscito las expectativas económicas de los actores del mercado?
-El plebiscito de octubre y el itinerario que eventualmente se defina partir de su resultado están determinados por un proceso institucional respaldado por un acuerdo político amplio. Los riesgos para la confianza y las expectativas no están en que se cumpla ese itinerario, sino que se pudiera ver amenazado en su diseño y contenido.
-La autonomía del Banco Central es un asunto que podrá discutirse en el proceso constitucional. ¿Hay alguna consideración técnica a favor o en contra de mantener esa autonomía o sólo queda entregada a la decisión política?
-La autonomía de un órgano del Estado sólo puede ser compatible con la plena vigencia de la institucionalidad democrática en la medida que se le entreguen mandatos precisos y limitados, que no incidan sobre temas que son de decisión política, y que este rinda cuenta por el cumplimiento de estos mandatos ante las autoridades representativas de la voluntad popular. De esta manera existe un límite a los mandatos que se le deben entregar a un banco central autónomo. En el caso del Banco Central, tenemos antecedentes que hablan por sí solos de los efectos que ha tenido para el país la consagración de su autonomía en la Constitución y la ley. Dos ejemplos son relevantes en este sentido: observar la evolución de la inflación en el país antes y después de la autonomía; lo mismo respecto de las crisis financieras y cómo se han enfrentado. A esto se puede sumar, además, la experiencia de otros países.
-¿Qué es peor: el virus o los efectos de la cuarentena?
-Las medidas sanitarias que se han impuesto desde marzo a la fecha han buscado un bien superior que es proteger la vida de las personas. En ese sentido, más allá de que los efectos económicos de estas medidas sean muy significativos, estos no pueden superponerse a la protección de la población.
"Los riesgos para la confianza y las expectativas no están en que se cumpla ese itinerario (a partir del plebiscito de octubre), sino que se pudiera ver amenazado en su diseño y contenido".